Carlotto duda... y yo también

la jefa del banco de datos trucho y los negocios con los abogados y las indemnizaciones en la Argentina de la joda general



Por Horacio R. Palma

Estela Barnes de Carlotto está abocada a la tarea de saber si los hijos de la dueña del diario Clarín son hijos de desaparecidos.

Los hijos adoptivos de la dueña de Clarín, sospechan de un entuerto político detrás de sus casos. Y sospechan una manipulación de datos genéticos por parte de la Asociación que preside Estela Barnes de Carlotto.

Tienen sus razones para dudar. Es que Carlotto sólo acepta los estudios genéticos del Banco de datos que maneja a su antojo. Ninguna otra entidad científica, por más prestigiosa que ésta sea, le resulta confiable a la Carlotto.

Ante tan sospechosa terquedad, ante tanto hermetismo en los datos genéticos, las dudas se agigantan.

Hay cosas de las que nadie habla: Varias veces los datos genéticos de Banco Nacional de datos genéticos tomaron rumbos extraños. A través dicho Banco, hubo chicos "recuperados" que se recuperaron varias veces, y lo que es peor, una vez se anunció la recuperación de un varón. Luego marcha atrás. Y más tarde se anunció la recuperación del supuesto hijo de la misma familia, pero mujer. O viceversa. Caso Sandoval.

Hubo casos en que se anunciaron chicos "recuperados" erróneamente. Así y todo, a sabiendas del error, rápidamente la Asociación que preside la Carlotto, se encargó de entregarlos a sus supuestas familias "de sangre". Paradoja, las supuestas familias de sangre, se convirtieron en familias apropiadoras. Y Carlotto en cómplice de una "apropiación de menores". Caso Treviño.

Hubieron casos de chicos ya hombres que, habiendo sido paridos por sus madres biológicas, aún así fueron perseguidos por la Asociación de la Carlotto, obligados a la extracción compulsiva de datos genéticos. Para después de cinco años de torturas judiciales y psicológicas, anunciar que ese chico hombre al que persiguieron durante años sabiendo que era parido por su madre, había sido encontrado en otra causa que había sido abierta en forma paralela en otro juzgado. Para que se entienda mejor. Es como si, después de haber extraído las muestras de sangre de los hijos de la señora Noble, pasaran los meses y la Asociación que preside Carlotto anunciara que estos chicos que estaban buscando, habían sido encontrados ya en otra causa que estaba abierta en otro juzgado. Caso Mancuso.

Curioso es que, a pesar de que Carlotto asegura que son 500 los bebés "robados", el Banco Nacional de datos Genéticos se haya quedado hace ya varios años sin la principal especialista en la materia, la Dra. Ana Lopardo, quien renunció, es decir, la Carlotto la hizo renunciar cuando la eximia genetista dijo en una entrevista en el diario Clarín: "El banco tiene muestras de sangre para comparar sólo a 100 chicos. Tenemos mucha dificultad para que los familiares de desaparecidos se acerquen a dar sangre."

Pues bien, por un misterio de la ciencia, la Carlotto ya lleva anunciados más de 100 chicos "recuperados". Tal vez deban presentarla para el Nobel de genética, ya que para el de la Paz, como lo confirma año tras año, la vende la cara.

Desde hace un tiempo, vemos en la televisión una profusa publicidad con actores reconocidos y jóvenes. La publicidad pide encarecidamente, que "los que tengan familiares víctimas del terrorismo de estado (Sic), se acerquen a donar sangre para poder comparar."

Es extraño que, en 30 años de lucha, los familiares de los "desaparecidos" a los que les fueron "robados" sus bebés, no se hayan presentado aún a donar sangre para comparar los ADN.

Propongo que la extracción de sangre para comparar ADN sea compulsiva para todas aquellas personas que hayan tenido una hija terrorista en edad de reproductiva.

Los hijos de la dueña de Clarín, dudan. Y tienen sus razones. Y tienen mucho dinero. Por eso publicaron una solicitada en todos los medios expresando sus dudas.

La Carlotto la leyó. Y dijo: "Esto me huele a una letra que no es la de Felipe y de Marcela. Dudo que lo hayan escrito ellos."

El ladrón piensa que todos son de su condición, decía mi abuelita. Que nunca tuvo que mentir que era abuela. Porque se le notaba en cara.


http://www.lahistoriaargentinacompleta.blogspot.com/