Tigre: drogan, violan y picanean a la salida de un boliche




Ocurrió en Tigre. la joven fue muy lastimada por las descargas


eléctricas que recibió


en los genitales.



Las cámaras de seguridad viales, clave para descubrir a los culpables.








Noelia estaba con algunas amigas en Hora Club, un reconocido pub del partido de Tigre, en las cercanías del Puerto de Frutos. Ella vive en Benavídez, tiene 19 años y, de ahora en más, es dueña de un pasado que preferiría olvidar. Porque fue una de las tantas víctimas del salvajismo de tres hombres, que la violaron y torturaron.


El hecho, que se dio a conocer recién ahora, ocurrió el pasado 4 de octubre, domingo por la madrugada. Noelia había tomado alcohol, sus reflejos y su estado ya no eran los mismos. Pero estaba consciente. En el transcurso de la noche un hombre se acercó, le ofreció un trago de dudoso cóctel y ahí comenzó el principio de su desdicha.


La convenció para salir del lugar. Se fueron juntos, las amigas de Noelia la consintieron, aunque jamás imaginarían lo que se iba a desencadenar en las próximas horas. El hombre, al parecer, tenía todo fríamente calculado: En un auto, esperaban otros dos sujetos.

“La chica estaba bastante mareada. Allí la golpearon, la obligaron a subir y le dijeron que se quedara quieta. La llevaron a un lugar, que no puede precisar porque no recuerda con exactitud, pero creemos que era un descampado”, dijo María Elena Leuzzi, titular de Asociación de Víctimas de Violación (A.Vi.Vi)





Los tres hombres la violaron. La penetraron por la vagina y por el ano. Mientras, “se reían” Noelia podía escuchar y sentir todo, pero el cuerpo no le respondía. Después de que les rogó piedad y que no le hagan más daño, los sujetos duplicaron su crueldad y, como si fuera poco, decidieron torturarla con un cable que conectaron a la batería del vehículo.

Las descargas fueron brutales. “Le introdujeron el cable en la vulva y en el ano. Ella se asustó mucho y les volvió a pedir que paren. La dejaron desnuda y tirada en el lugar”, agregaron desde A.Vi.Vi.

Un llamado anónimo fue el que alertó a la policía, que cobijó a Noelia y la trasladó primero al hospital de Tigre. Allí debieron extraerle los restos del cable temiendo lo peor, que las quemaduras que le habían propinado producto de la electricidad sean irrecuperables. “La podrían haber matado, si le herían una arteria tal vez le hubieran provocado una hemorragia. Lo hicieron con premeditación. Fue una animalada, una salvajada.”, expresó Leuzzi.

La chica luego fue trasladada al hospital de Pacheco, se dio aviso a la comisaría de la mujer y de inmediato intervino el fiscal Cosme Iribarren, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 1.


Las pistas y cómo pueden atraparlos




Por un lado los datos que se conocen, y por el otro los que se pueden dar a conocer sobre el paradero de los sospechosos, son pocos. Principalmente para no entorpecer el proceder de la causa.

Pero el fiscal tiene una pesquisa decisiva. A las pocas horas del hecho, domingo temprano por la mañana, se dirigió al Centro de Operaciones del distrito, y capturó las imágenes que toman constantemente las cámaras de seguridad distribuidas en puntos clave de Tigre. Durante esa madrugada, se pudo comprobar la salida de un vehículo en las afueras del bar, que hoy estaría siendo buscado.



La burundanga y qué papel juega el personal del bar




No es la principal duda de Leuzzi, pero al igual que los investigadores, intentan determinar si el hombre que le ofreció bebida a Noelia, tiene alguna relación con el bar, ya que se encontraba allí

“Creemos que le dieron burundanga, porque tuvo los síntomas típicos de una persona bajo los efectos de esa maldita droga”, dijo la especialista, en referencia a las consecuencias que provoca la escopolamina, sustancia capaz de adormecer el cuerpo pero dejar consciente a su consumidor.

Por otra parte, según fuentes informaron , en ciertos boliches existe la complicidad de los empleados o barman, quienes ofrecerían a sus clientes distintas drogas y medicamentos adormecedores mezclados con alcohol, con el propósito de ser usados en una posible víctima.