El turco Sultan Kosen, de 27 años, es ya oficialmente el hombre más alto del mundo, con 2,47 metros, por encima del hasta ahora poseedor del récord, el chino Bao Xishun, a quien sobrepasa por 11 centímetros.


Kosen tiene además las manos y pies más grandes del mundo, lo que le trae muchos problemas con las mujeres. "Hasta ahora ha sido muy difícil conseguir una novia. No he tenido ninguna, porque normalmente me tienen miedo", dijo Kosen en la presentación de la nueva edición del Libro Guinness de los Récords hoy en Reino Unido.


Ahora espera encontrar el amor. "Lo primero que quiero es un coche en el que pueda caber. Pero más que eso me gustaría casarme. Ojalá que ahora que soy famoso pueda conocer a muchas chicas".


Las manos de Kosen miden 27,5 centímetros de largo, y sus pies 36,5 centímetros.



Su tamaño le crea dificultades también a la hora de vestir a la moda, y duerme en una cama hecha a medida de tres metros. Sin embargo, la altura tiene también sus ventajas: "Reconozco a la gente desde lejos. Y en casa puedo aprovechar mi tamaño para cambiar bombillas o colgar cortinas".


Kosen creció de forma normal hasta los 10 años, pero luego desarrolló gigantismo debido a un tumor. El año pasado el tumor fue extirpado para frenar el crecimiento.


El redactor jefe del libro de los récords, Craig Glenday, calificó a Sultan como un gigante manso. "Es un hombre dulce, tranquilo, totalmente relajado y que no da importancia a su extraordinaria posición", por la que viajará a varios países como Alemania y Estados Unidos.


El ucraniano Leonid Stadnik había sido nombrado temporalmente el más alto del mundo con 2,57 metros, pero tras debates sobre la forma de medir su altura tuvo que devolver el título.