Falta Envido y Truco! - Un Post Distinto



El juego de cartas más popular del país es sin lugar a dudas el truco. Compañero de tardes, noches, y días de playa, ha pasado desapercibido hasta este momento, tapando su verdadero mensaje subliminal institucionalizado en el valor de sus naipes.

Claro, es que para ser sinceros, todo lo que hace un hombre lo hace por una mujer. Y todo lo que hace una mujer, lo hace por un hombre.
Esto no quiere decir que cuando a alguien lo ascienden en su trabajo, haya sido por una mujer. Pero claro esta, que el recién promocionado, no ve la hora de salir de su oficina para comentárselo a la mujer que intenta sorprender.
Este es el gran truco en cuestión, el de poder comprender los distintos valores que tienen no solo las cartas del juego, sino también el aspecto de las personas.



Para empezar, vamos a ver un ejemplo totalmente verídico;


La Enciona: es como el ancho de espada, mata absolutamente todo. No importa que tenga un cuerpo espectacular, una cara perfecta, y la inteligencia de diecisiete ajedrecistas profesionales. Si sus encías exceden el tamaño normal establecido, mata absolutamente todo lo bueno que puede tener.



Las Parejas: Esto es el resultante de una ecuación machista que todos los hombres conocemos. El envido es la pareja de cartas perfecta, salvo por una gran excepción; una sola carta es normalmente la que sirve sin la otra.
Para dar un ejemplo, podríamos citar a la famosísima pareja de la frígida y fea resentida, al lado de la voluptuosa y hermosa mujer.
Cobardes como somos los hombres, sabemos que no podemos ingresar al mundo de la linda abriendo la puerta de su casa. Por eso es que necesitamos ingresar a su casa en una fiesta, en una reunión multitudinaria en la que nadie note nuestra presencia. Para eso señores, es que necesitamos al seis de oro. En el envido, el siete de oro no es nada sin el seis. Sin embargo, luego de cantar el envido, o mejor dicho cantarle las cuarenta principales a la mujer que en realidad deseamos tener, el seis de oro pasa a ser una carta relegada a la cual cantarle truco seria una falta de respeto. Por el contrario, el siete de oro conserva su alto valor individual, incluso después de haber perdido su pareja.



La Tetona: Si bien esta carta no llega jamás a tener el valor del ancho de espada, puede decirse que es capaz de matar a varios tres, dos y hasta el siete de oro. Por eso se le puede otorgar el valor del siete de espadas.
No importa la cara, no importa las piernas, no importa la estupidez, si es tetona todo lo vale. Es la clara antitesis de la Enciona, quien con sus encías superdesarrolladas mata todo lo bueno que puede tener aparte. En este caso, la tetona, por el simple hecho de tener sus pechos de un tamaño sobrenatural, tiene permiso si quiere a pesar doscientos kilos. A los hombres no nos interesa, si es tetona vale todo, que quede claro.


La del Culito Perfecto: Esta mujer podría ser una buena carta para abrir la jugada. Un tres, o un dos, depende del momento y las cartas que estén presentes en la mesa.
Es la prima hermana de la Tetona, salvo por la excepción de que solo dios sabe, no existen mujeres con una cola perfecta y unos buenos pechos que acompañen.
Por eso es que se le da el valor de un dos o un tres, por que las del culito bueno, jamás tienen otra carta mas para sumar envido, o para poder cantar truco.
De todas maneras, si bien la tetona tiene mucho más valor en una partida de truco, la del buen culito tiene ciertos permisos que ella sabe y los hace valer con sus jeans extra comprimidos.


La de la Boca Putrefacta: No tengo dudas, estas mujeres no son mas que las figuras en el mazo de cartas de truco.
Hay algo que jamás voy a poder comprender de estas mujeres; ¿Por qué en vez de gastar dinero en la peluquería, hacer dietas, pintarse las uñas, no invierten en un dentista? No lo puedo entender, que alguien me ayude por favor.
¿Acaso creen que alguien va a pasar por alto el verdín entre sus dientes y quedara anonadado por el excepcional color y la delicadeza del contorno de sus cutículas?
Que quede claro de una buena vez, si tiene la boca podrida, no queremos nada. ¡Nada!. Por eso son las figuras, por que no sumas para el envido, no pueden matar a casi ninguna carta, y el único beneficio con el que cuentan, es el de salvar la partida cuando la noche ya cedió todo su esplendor, y comienza a apagarse lentamente. Solo pueden tener un mínimo valor, cuando todas las cartas importantes no están presentes, y se juega la última carta de la partida.


La Facilonga: Esta es la carta que todos los hombres estamos buscando. Nos la pasamos por debajo de la mesa, nos la carteamos, nos la regalamos entre nosotros y la escondemos solo para los momentos necesarios.
Digamos que la facilonga vendría a ser un ancho de bastos. Es una carta excepcional, puede sumar para el envido si es acompañada de una carta inútil pero buena compañera. Tiene el don de pasar con perfil bajo, siempre temerosa de que aparezca el ancho de espada, y como si todas estas virtudes fueran pocas, el ancho de bastos o la facilonga, siempre están. Si, siempre salen. Así se este jugando un partido de truco entre dos personas, uno de los dos siempre tiene una facilonga.
Por eso es que tiene un valor tan alto, por que cuando parece que la noche o la partida de vienen abajo, aparece esta carta y nos salva las papas.


Lo demás, es pura interpretación de ustedes. Señor Verde