Lógicamente, para nosotros, amantes de los perros, adoptar a un perro es un sinónimo de pura alegría, independiente de cuál sea su raza, sexo, edad o color. No obstante, siempre es importante resaltar que dar una vida digna a un perro también presupone responsabilidades, cierta solvencia económica y disponibilidad de tiempo.

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Cuando hablamos de "desventajas", en realidad, nos referimos a los aspectos que pueden hacer más difícil la crianza de determinada raza, ya sea por requerir un mantenimiento más detallado que demanda mucho tiempo de su tutor, por necesitar un amplio espacio para vivir cómodamente, por rener una salud más frágil, o bien por requerir una alimentación especial o cuidados más específicos que implican gastos más elevados.

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