Tres asesinatos en sólo nueve horas



La seguidilla fatal empezó alrededor de las ocho de la noche del lunes y se extendió nueve horas, hasta la madrugada de ayer. El primer caso fue el del dueño de un supermercado chino, baleado a metros del Parque Centenario durante un asalto a su negocio. Luego, cerca de las 21, le tocó a un remisero en Béccar: un ladrón simuló ser un pasajero y lo ejecutó adentro de su propio coche. Y por último, ya a las cinco de la madrugada, asaltantes quisieron robarle el auto a un bombero de la Policía Federal en Villa Devoto y le dispararon al menos once veces. Uno de los tiros le pegó en el cuello y lo mató.
Los tres asesinatos ocurrieron en distintas jurisdicciones, pero comparten la marca de la inseguridad. Uno de ellos, incluso, viene con un reclamo: los vecinos de Béccar dicen que al remisero no lo hubieran matado de seguir estando en su lugar un puesto de Gendarmería ubicado a metros de la villa La Cava. Al policía, en tanto, lo mataron cerca de la General Paz.
Asalto en el súper chino

El crimen ocurrió alrededor de las 20 del lunes, en el supermercado “Sofía”, ubicado en Estivao 91, entre Río de Janeiro y Ramos Mejía, a media cuadra del Parque Centenario. Un joven simuló ser un cliente, entró al local, fue hasta una heladera y tomó una gaseosa. Luego fue hacia la caja, adonde estaba el dueño del súper –que era de nacionalidad china y tenía 32 años– y, sin decirle nada, le disparó un balazo en la cara. Enseguida, manoteó el dinero que había en la caja registradora y un celular y escapó corriendo.
Según dijeron los voceros a Télam, al momento del crimen sólo estaban en el local la víctima, su esposa y un empleado. Aunque los investigadores no descartan la posibilidad de un ajuste de cuentas de parte de la “mafia china”, la mujer de la víctima aclaró que no habían recibido amenazas previas, como suele ocurrir en esos casos.


El crimen del remisero

Pedro Eleuterio Miño (57), el chofer asesinado en Béccar, trabajaba en la remisería Panamerican desde noviembre del año pasado. La última vez que se lo vio con vida fue el lunes por la noche, cuando fue a buscar a un pasajero al Hospital de Boulogne a bordo de su Renault 18. “Allí subió al auto un hombre, mayor de edad”, contó a Clarín una fuente de la Departamental de San Isidro. El mismo vocero señaló que ese supuesto cliente (que contrató el viaje telefónicamente con la remisería y hoy es el principal sospechoso del caso) fue filmado por una cámara municipal.
El asesinato ocurrió cerca de las 21 en la esquina de Clemente Onelli y Ada Elflein, a una cuadra y media de una de las entradas de la villa La Cava. “Yo vi doblar el auto por Onelli y noté que iba rápido, pero no imaginé nada extraño”, contó Carlos Medina, sereno de un club de tenis ubicado frente al lugar del crimen.
El remís se detuvo repentinamente en la esquina, sobre la mano derecha. Medina oyó tres disparos. “Ahí me escondí, no vi más”, contó. Luego se acercó al coche y vio la puerta trasera abierta y al conductor, moribundo.
“No sabemos cuántos disparos se hicieron, pero recibió uno solo, en el tórax. Por la posición en la que quedó, mirando hacia atrás y entre los dos asientos, parece que intentó forcejear, el ladrón se asustó, le disparó y huyó”, dijo un vocero. Al evaluar la hipótesis del ataque, los investigadores se inclinan por un intento de robo.
Tiroteo y asesinato

El sargento primero Manuel Aguirre, de 54 años, cumplía funciones en la Superintendencia de Bomberos de la Federal y trabajaba en un destacamento de la Quinta de Olivos. En la madrugada de ayer, había salido de su casa de Villa Soldati para ir hacia allí. Al llegar a la esquina de Lope de Vega y Nazarre, en Devoto, fue amenazado por al menos dos asaltantes que se ubicaron de uno y otro lado de su Volkswagen Gol Trend. Aguirre desenfundó su arma e intentó resistir. Pero casi no tuvo tiempo de hacer nada.
Hubo no menos de 15 disparos. Al verse rodeado, Aguirre se resistió con su pistola, fue baleado y cayó al pavimento tras abrir la puerta de su coche. El policía alcanzó a realizar al menos un tiro antes de recibir un balazo en el cuello que le atravesó la yugular y lo mató. Los ladrones siguieron disparando aún mientras huían.
El Volkswagen quedó en marcha y con las luces prendidas. Las pericias determinaron que había recibido unos 11 disparos. El arma de Aguirre quedó en el lugar, tirada en el pavimento. Los investigadores buscaban ayer testigos e imágenes de cámaras de vigilancia para precisar si en el hecho participaron más de un vehículo y más de dos asaltantes, tal como se sospecha. Casado y con dos hijas, anoche Aguirre era velado en Palermo.

Fuente : http://www.clarin.com/policiales/inseguridad/asesinatos-solo-horas_0_453554764.html