River fue mezquino y apenas rescató un empate ante Olimpo, en Bahía. ¿Le sirve? Por el desarrollo del partido, sí; por su situación en la zona roja, no tanto.

En medio de un contexto de tensión y nerviosismo, Olimpo y River firmaron un empate en Bahía que dejó todo igual en la zona roja. Los bahienses, por ahora siguen fuera de la Promo y el Millonario, lo mira desde abajo.

Desde el arranque se vio mejor el local. Buscó por los costados y con un criterioso manejo de la pelota, rompió los planes de un rival mezquino y frío del medio para arriba. Pudo haber marcado en tres o cuatro acciones puntuales (un palo de Rolle tras un tiro libre esquinado), sin embargo, le faltó efectividad en la puntada final. El equipo de Jota Jota se dividía entre su timidez inicial y su posterior posición especuladora. Lejos de evidenciar la convicción que exigían sus necesidades, cedió mansamente el protagonismo hasta agruparse en su propio campo.

Tras el descanso, la actitud del Millonario fue otra. Aunque eso no le alcanzó para tomar la iniciativa. Apagado el mediocampo (Acevedo llegó a la quinta amarilla y Almeyda salió dolorido por un golpe en el aductor), dependió excesivamente de la inspiración de Lamela y Lamela se lució pero con intermitencias. Por eso, a partir de los 20 minutos, y comprendiendo sus limitaciones, la visita se resignó al empate. Y esa actitud confundió al conjunto de De Felippe que, durante todo el torneo, ha rendido mejor cuando lo provocan (no es casual que lleve seis sin ganar en Bahía). Así y todo, pudo haberlo ganado Olimpo. No lo logró, por falta de resolución, y entonces firmó el empate.

El resultado le terminó sirviendo a los dos. A los bahienses porque sumaron y sus puntos multiplican en la tabla de los Promedios y a River, que al menos no perdió jugando muy mal.

fuente Olé


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