Noticias del Conicet 15/11/10




En busca de los oscuros secretos del universo
15-11-2010 | La Voz del Interior, Córdoba | Ciudadanos

Patricia Tissera, la cordobesa ganadora del premio LOréal-Unesco a la Mujer de la Ciencia 2010, estudia la materia oscura, uno de los problemas clave de la Astronomía

Que el cosmos es un misterio, se sabe. Hay miles de millones de estrellas y galaxias de las que sólo conocemos sus destellos. Pero hay un universo más oculto aún del que se sabe menos, porque ni siquiera nos ilumina.



La astrónoma cordobesa Patricia Tissera estudia lo que está en las sombras del universo: la materia oscura. Los astrónomos saben que está presente sólo porque su gravedad afecta a otros cuerpos visibles, pero no puede verse porque no emite luz ni otra radiación. Y en el universo hay más materia oscura que de la “común”.

La materia oscura parece un tema irrelevante. Pero saber qué es y cómo se comporta puede ayudar a conocer el destino final del universo.

–¿Para qué sirve estudiar la materia oscura?

–Tratamos de entender cómo se forman las galaxias y las estrellas y cómo evolucionan en el tiempo. Para eso usamos modelos de simulaciones que nos permiten, asumiendo algunas hipótesis y modelos físicos, construir un universo virtual y seguir su evolución para compararlo con las observaciones. Así, podemos inferir si las hipótesis que se sugieren están bien o mal. Allí la materia oscura es una variable importante.



–Si no se ve, ¿cómo la investigan?

–Incorporamos como una variable en nuestros modelos y simulaciones que corremos en computadoras para hacer predicciones sobre las propiedades que podría tener y los efectos sobre las galaxias.

–¿Qué características predicen estos modelos?

–Las propiedades que detectamos coinciden con las que investigan otros grupos en el mundo. Predicen que su distribución no es uniforme, sino que está concentrada donde están las galaxias (la materia luminosa) y en la región central de ellas. Pero ese dato no coincide con las observaciones. Estamos investigando si esta diferencia entre modelo y observaciones es un problema matemático, de variables físicas del modelo, o si es un problema de la teoría de base que describe el universo.

–¿Hay astrónomos que niegan la existencia de materia oscura?

–Sí. Algunos cuestionan la teoría base que explica la estructura del universo por este problema que planteé y por otros. Se manejan modelos alternativos, pero son muy exóticos y difíciles de corroborar.



–Existen varias hipótesis sobre cómo evolucionará el universo. Que se seguirá expandiendo, que volverá a achicarse o que se desgarrará. ¿A cuál subscribe?

–A lo único que subscribo es lo que indican las observaciones. Se verifica en muchos resultados observacionales y los parámetros cosmológicos están muy bien determinados como para decir que estamos en un universo en expansión tendiendo a una aceleración que será constante infinitamente. Pero este modelo también predice la existencia de energía oscura, de la cual no sabemos mucho cómo podría afectar al destino final del universo.

–¿En este escenario que pasaría con nuestra vía láctea y la Tierra?

–No nos pasaría nada. Las galaxias y sistemas planetarios ya están ligados por la gravedad y no se van a desarman.

Patricia tiene una hija de 9 años y otro de 3. “Trabajo de 9 a 18 y después estoy con ellos. A veces recupero un poco de tiempo a la madrugada”, dice. Cuando tenía más tiempo libre, realizaba actividad física porque, dice, está todo el día sentada. Ahora trata de ir al gimnasio.

–¿Desde cuándo le gustó la astronomía?



–Siempre me atrajo y me gustaba mucho estudiar. Para mí la escuela era un placer. Me gustaban la matemática y la resolución de problemas, algo que no le gusta a mi hija. A medida que cursé el secundario, me fui dando cuenta de que la Astronomía era la más completa porque combina matemática, física e informática y estás respondiendo preguntas todo el tiempo.

–¿Cómo reaccionaron sus padres cuando les dijo que iba a estudiar Astronomía?

–Fue raro, porque vivir de la Astronomía es un poco complicado. No te vas a hacer rico. Pero luego me apoyaron durante la carrera.

–¿Conoce algún astrónomo rico?

–No sé si es rico, pero conozco un astrónomo que diseñó un programa para detectar objetos de baja luminosidad en el espacio. Eso luego se aplicó para la detección de cáncer de piel.

Los 20 mil dólares del premio le servirán al grupo de Patricia para comprar más equipamiento y viajar a congresos para difundir su trabajo y escuchar colegas de su especialidad.

–¿Por qué Buenos Aires?

–Luego de que me doctoré en la UNC, estuve un año en Oxford y dos en Madrid con becas. Y regresé a Argentina, a Buenos Aires, pero no porque en Córdoba no tuviera trabajo, sino por una decisión familiar. En Buenos Aires mi pareja podía conseguir un mejor trabajo, entonces decidimos instalarnos acá.

–¿Hay diferencias entre la científica y el científico?

–El trabajo es el mismo. Desde lo cultural, se espera que la mujer sea quien cuide a los chicos, por lo que si falto no me miran mal. Pero sí, algún hombre a veces mira mal si una mujer le cuestiona un dato, aunque a mí no me ha pasado.

Fuente: http://www.conicet.gov.ar/NOTICIAS/portal/noticia.php?n=6678&t=4


Una bacteria que fabrica plástico
15-11-2010 | La Nación | Ciencia y salud

Produce un polímero biodegradable que le permite subsistir en temperaturas extremas y sin nutrientes.

Fue hallada en la Antártida, en una laguna que se mantiene congelada la mayor parte del año. Fue bautizada como Pseudomonas extremaustralis y, si bien su crecimiento óptimo se produce a los 28°C, se las arregla muy bien por debajo de cero grado. Es una bacteria imbatible: resiste el frío y la radiación ultravioleta, así como la escasez de nutrientes, y para enfrentar esas duras condiciones ambientales produce una sustancia de reserva que resulta de sumo interés: el polihidroxibutirato (PHB), un polímero con el cual se puede fabricar plástico biodegradable.



"Buscábamos en estos ambientes extremos porque pensábamos que allí habría organismos que produjeran polímeros con propiedades interesantes", señala la doctora Nancy López, investigadora del Departamento de Química Biológica de la FCEyN, que publicó el hallazgo en Current Microbiology . Cabe aclarar que esta bacteria no es patógena para el hombre, a diferencia de su pariente, la Pseudomonas aeruginosa, un bacilo oportunista que infecta, sobre todo, el tracto pulmonar en seres humanos y causa neumonías.



López relata: "Para nuestra sorpresa, encontramos que la P. extremaustralis producía una alta cantidad del polímero, más del 80% del peso seco, que es muy alta en una especie de pseudomonas que normalmente produce 40%, y además un tipo de polímero que no es habitual en este microorganismo". El producto en cuestión es una sustancia de reserva que las bacterias fabrican y la utilizan cuando la necesitan, porque las ayuda a sobrellevar el estrés ambiental.

Un objetivo de los investigadores era identificar los genes responsables de la producción del polímero. Finalmente, pudieron determinar que la bacteria posee un mosaico de genes de distinto origen y que probablemente los haya adquirido por transferencia de otros microorganismos. "Pensamos que esos genes se mantuvieron en esta cepa porque constituían una ventaja en ese ambiente tan adverso", comenta.

Lo cierto es que esta bacteria parece indestructible. "Cuando la trajimos a Buenos Aires, y todavía no la habíamos identificado con precisión, pensamos que formaría esporas y la calentamos a 80°C para extraer las esporas. La sorpresa fue que aguantó esa alta temperatura", dice López, en cuyo equipo se desempeñan los licenciados Nicolás Ayub, Paula Tribelli, Mariela Catone y Carla Di Martino, además de la doctora Laura Raiger Iustman.

La poderosa bacteria fue sometida a pruebas de resistencia al frío y al congelamiento. El equipo observó que si mutaban el gen responsable de la producción del polímero, la bacteria no era capaz de crecer en el frío porque no soportaba el estrés oxidativo: no podía hacerle frente al aumento de moléculas de oxígeno reactivo que se producen por los cambios metabólicos frente a las duras condiciones del entorno.



Ante una situación de estrés por el frío, esos cambios en el metabolismo de la célula bacteriana dan lugar a moléculas reactivas de oxígeno (superóxidos y peróxidos, como el agua oxigenada) que dañan las macromoléculas, como el ADN. La bacteria con el gen mutado no pudo defenderse de esa agresión porque no alcanzaba a fabricar las enzimas para la detoxificación.

"Ante el frío extremo, la bacteria degrada sus reservas del polímero y los materiales de esa degradación le sirven para contrarrestar el estrés oxidativo causado por el frío", afirma López, que publicó este resultado en la revista Extremophiles , dedicada a los estudios sobre microorganismos capaces de sobrevivir en condiciones extremas y que, por eso, se denominan extremófilos.

Ahora bien, la propuesta no es que la P. extremaustralis se ponga a fabricar plástico. La idea es tomar los genes responsables de esa producción e insertarlos en otra bacteria, la Escherichia coli , que es más fácil de cultivar. Además, los investigadores quieren utilizar la alta capacidad de supervivencia y resistencia al estrés de la bacteria para otras aplicaciones biotecnológicas, como la biorremediación.

Centro de Divulgación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.

Nota: los doctores Nancy López, Nicolás Ayub, Paula Tribelli, Carla Di Martino, y  Laura Raiger Iustman, son del Conicet.

Fuente: http://www.conicet.gov.ar/NOTICIAS/portal/noticia.php?n=6677&t=4


Recurren a tecnología geoespacial para la lucha contra el dengue
15-11-2010 | Perfil | Ciencia

Científicos de la Conae y de la Fundación Mundo Sano usan un Sistema de Información Geográfica para elaborar mapas de los sitios en los que puede haber criaderos de mosquitos.

Al pensar la lucha contra el dengue, la imagen más común que aparece es la de un operario fumigando para evitar los criaderos de mosquitos. Sin embargo, los expertos coinciden en que fumigar –tras un brote epidémico– ni siquiera es la respuesta más efectiva contra los vectores de la enfermedad. Una mejor estrategia de lucha y prevención ante la proliferación del Aedes aegypti se logra apelando a una tecnología aparentemente muy alejada de los mosquitos: las herramientas geoespaciales.



“Desde hace ya tres años estamos trabajando en Puerto Iguazú, registrando las fluctuaciones estacionales de la abundancia de estos mosquitos y caracterizando su presencia barrio por barrio y lote por lote. Relevamos los tipos y la carga ambiental de los criaderos potenciales y activos”, le explicó a PERFIL el biólogo Marcelo Abril, director de Programas y Proyectos de la Fundación Mundo Sano.

Pero ese relevamiento de campo es apenas la mitad del trabajo de las nuevas estrategias de lucha. Y agregó: “La otra parte consiste en volcar los datos que levanta el equipo en el terreno a un Sistema de Información Geográfica (SIG) de Puerto Iguazú, que desarrollaron especialmente investigadores de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Con ese software, datos de catastro e imágenes satelitales actualizadas podemos posicionar con muchísima precisión diversos datos como el tipo de vegetación, las casas que hay de cada lote, charcos, piletas, tanques, cisternas y otros lugares aptos para criaderos del insecto”. “Todo eso ubicado sobre una imagen satelital, que también aporta información valiosa sobre la posible localización de colonias”, continuó Abril.



¿Para qué sirve toda esa información geográficamente ubicada? “Con esos datos, los responsables de armar campañas de prevención y de lucha pueden obtener una cartografía temática de, por ejemplo, distribución y concentración de los criaderos de mosquitos en cada barrio de la ciudad, lote por lote. Y también ver el historial de la presencia del vector en cada punto del mapa”, detalló por su parte Camilo Rotela, investigador del Instituto Mario Gulich, que pertenece a la Conae. “Recurriendo a estos mapas temáticos se puede medir, por ejemplo, la efectividad que logró una campaña de prevención”, graficó.

Según Abril, “lo que buscamos con las herramientas SIG es poder organizar una gran cantidad de información disponible e ir armando mapas de riesgo que luego le permitirán a las autoridades del municipio o de la provincia priorizar el tipo de campaña preventiva, ubicar las zonas más ‘calientes’ y realizar en la forma y el momento más efectivo una acción contra los criaderos del Aedes”.

A futuro. La utilización de este tipo de tecnología geoespacial en campañas sanitarias es prometedor. Rotela comentó que “los modelos y herramientas SIG que ahora aplicamos contra el dengue pueden ser usadas en leishmaniasis o paludismo. Y también se han hecho pruebas con hantavirus. Eventualmente, podría servir para Chagas o fiebre hemorrágica”.



En tanto, Abril concluyó que “el proyecto de uso de herramientas geoespaciales para la prevención de epidemias que tenemos más avanzado es el de Iguazú, pero también estamos empezando en Clorinda, Tartagal y en una localidad del Chaco”.

Fuente: http://www.conicet.gov.ar/NOTICIAS/portal/noticia.php?n=6680&t=3