Ovnis: la verdad no está ahí fuera


Permítanme ser totalmente honesto. Yo no creo en ovnis. Nada podría persuadirme a pensar que hay extraterrestres volando sobre nosotros o que están por venir a tomar té.

Es uno de los pocos temas sobre los que mi opinión está tomada y no hay evidencia que puedan citar que la cambie.

Siempre he pensado que la evidencia que existe no viene de los marcianos sino que fue plantada por terrícolas para convencernos de que los extraterrestres existen.

Pero ¿estoy interesado en las historias de encuentros cercanos del tercer tipo? Sin duda alguna. Me encantan en las películas y esos documentales que presentan en esos canales menos conocidos de televisión.

Hasta hace poco, esos eran los únicos lugares en que escuché sobre el incidente de Rendlesham del 26 de diciembre de 1980.

Nunca sentí la necesidad de leer sobre el "Roswell de Gran Bretaña", pues estaba seguro de que una nave voladora no identificada nunca fue vista en los cielos de Suffolk.

Sin embargo, recientemente me interné en el bosque para investigar.

Luces misteriosas

Un 26 de diciembre, hace 30 años, agentes militares estadounidenses que se encontraban cerca del bosque aseguraron haber visto cosas extrañas.

Vieron una luz caer del cielo y, tras pensar que un avión podría haber chocado, se lanzaron a buscarlo dentro del bosque.

Ahí vieron una luz intermitente en los árboles y luces en el cielo. Típica narrativa de ovnis.

Pero ¿deberíamos creer que hay algo misterioso en este episodio?

La otra noche me aventuré a recorrer el bosque de Rendlesham con el experto en astronomía Ian Ridpath, un científico que ha dedicado casi toda su carrera a explicar el incidente.

Me llevó al lugar donde los soldados de la aviación estadounidense reportaron haber visto las luces en el cielo.

Estando allí pudimos ver a pocas millas de camino el faro de la reserva natural Orford Ness.

Ridpath está seguro de que eso fue lo que los testigos vieron hace 30 años. Se trata de una luz que gira cada cinco segundos.

"La historia es demasiado buena para que desaparezca. Es una combinación de hechos que, cuando los unes, suena inexplicable", me dijo Ridpath.

"Pero cuando los analizas por separado, la luz brillante parpadeante era el faro de la reserva natural de Orford Ness; las luces brillantes que se veían en el cielo por varias horas fueron, de hecho, estrellas resplandecientes".

El misterio explicado. Se trató de un error tonto que cometieron dos jóvenes estadounidenses que estaban lejos de su casa.

Mentes sospechosas

Lo que encontré en el bosque esa noche no era evidencia de la existencia de un ovni, pero sí evidencia de cuán fácil es alimentar la imaginación.

Estoy acostumbrado a ir a bosques y salgo en la oscuridad con frecuencia, pero muy raras veces combino las dos actividades.

Se trataba de un terreno que no me era familiar y en el cual la imaginación se combina con lo indistinto para crear historias extrañas.

Por ejemplo, en un determinado momento, la luz apareció a la distancia. Yo no podía oír nada... algo parecía raro. Mi pulso empezó a acelerarse.

Resultó que era un auto, uno de eso que no hacen mucho ruido.

Al levantar la mirada, en el cielo estaba pasando de todo... como siempre, sólo que pocas veces puedo ver un cielo tan libre de contaminación lumínica.

Ridpath me señaló lo que parecía ser un satélite que pasaba por encima de nuestras cabezas, con sus paneles solares reflejando los rayos del Sol. Cuando esto ocurría, se veía como si apareciera un resplandor inexplicable sobre nosotros mientras que en Tierra, destellaban las luciérnagas.

Si uno no fuera escéptico, muy fácilmente podría jurar que vio ovnis.

Una verdadera conspiración

También a la caza de extraterrestres se dedicaba Mark Pilkington, autor de "Mirage Men", un libro sobre ovins, conspiraciones y desinformación.

Mientras volvíamos de ver nuestro faro extraterreste, me dio su opinión sobre las teorías de conspiración respecto a los ovnis.

"Todo lo que piensan los que hablan de encubrimientos y mentiras sobre la existencia de ovnis es exactamente lo contrario de lo que claramente está pasando", me dijo.

"Varias agencias de inteligencia han estado de hecho animando la creencia en objetos voladores y visitas extraterrestres para esconder sus propias operaciones".

Tanto Ridpath como Pilkington son escépticos respecto a la idea de que extraterrestes hayan efectivamente visitado este planeta, aunque el segundo no lo ha sido siempre: en el pasado se mezcló con círculos ufológicos.

Y su libro no es el habitual ataque contra los creyentes. Les trata con el mismo respeto que se le concede a una religión extraña.

Lo interesante, dice, no es lo que los marcianos nos dicen, sino lo que estamos diciendo sobre nosotros mismos al creer en ellos.

Ése fue un paseo nocturno revelador, pero sólo recomendable con una buena linterna y suficientes pilas.

F!