La energía nuclear ha vuelto y lo ha hecho para quedarse

La energía nuclear ha vuelto y lo ha hecho para quedarse




Después de una larga travesía por el desierto, la energía nuclear vuelve a ser considerada como una necesidad en el panorama energético mundial. El mundo ha vivido en permanente crisis energética desde los años 70, sin dar una solución definitiva a los principales problemas que se le presentaban.

En estos años a la permanente crisis se le unen dos factores muy importantes que pueden traer cambios sustanciales en el modelo energético.

El primer factor es la creciente demanda de energía de los países emergentes, derivada de su deseo de mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, lo que está provocando una vez más serias tensiones en los mercados de materias primas energéticas.

El segundo es la creciente sensibilidad medioambiental, que obliga a los países a utilizar tecnologías menos contaminantes.


En este contexto son legión los países que han decidido que la energía nuclear sea parte de su solución de futuro. Muchos de ellos basarán su modelo de generación eléctrica en renovables y nuclear, buscando las proporciones más adecuadas a sus condiciones climáticas, usando el gas y el carbón como respaldo a las intermitencias de las renovables.

La lista de países es larga, por ello solamente daremos unos ejemplos de países que ya están trabajando activamente en esta dirección: Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, Finlandia, Polonia, Italia, Turquía, Suiza, Bulgaria, Republica Checa, Rusia, India, Emiratos Árabes, Sudáfrica, China o Japón.

La estrategia nuclear de los países citados, y otros más, es: utilizar al máximo las centrales nucleares actuales, hasta como mínimo 60 anos; construir nuevas centrales; y almacenar temporalmente el combustible irradiado, esperando al desarrollo de las tecnologías de reutilización y de reducción de la vida media de los isótopos más activos.

Hoy en día la seguridad de las centrales nucleares no está en cuestión. Los dos únicos accidentes de esta industria: Three Mile Island en 1979, sin consecuencias exteriores, y Chernobyl en 1986, con una tecnología y un régimen político obsoletos y ajenos a nuestra realidad, son historia.



Los índices de seguridad y eficiencia de las centrales en operación son muy altos. Los organismos reguladores de todos los países, incluido España, han puesto en marcha mecanismos de control y transparencia que garantizan que el más mínimo incidente industrial es conocido de forma inmediata. Dicho nivel de información no tiene parangón en ninguna otra industria.

España, con un parque de centrales que operan de forma segura y eficiente y una industria y unos profesionales de primer nivel mundial, no puede quedarse atrás en esta tendencia. Nuestros socios y competidores están construyendo modelos energéticos muy sólidos y competitivos, mientras nosotros andamos en el desconcierto.

Trabajemos en definir un modelo basado en las energías renovables, la energía nuclear -incluyendo Santa María de Garoña, el gas como respaldo y una importante capacidad de almacenamiento –bombeo y coche eléctrico- y de intercambio internacional. / José Emeterio Gutiérrez, Presidente de la Sociedad Nuclear Española - EFE