El Lobo sigue en la A



Marco Pérez metió dos goles y Ormeño definió la historia: Gimnasia se queda en Primera. Atlético Rafaela se había puesto 1-1 y soñaba, pero aunque la peleó hasta el final, no le alcanzó. Preocupante lesión del arquero Airaudo, que recibió un rodillazo en el rostro y fue trasladado a una clínica.



Si el enfrentamiento pasado entre Gimnasia y Atlético Rafaela fue una epopeya que dejó sobre la mesa más cuestionamientos que festejos, esta revancha que podía tomarse la Crema no se quedó atrás. La mala expulsión de De La Fuente, cuando el resultado era un 1 a 1 que favorecía a los de Santa Fe, tuvo especial incidencia en el transcurrir del partido.

A ver. De esa falta que no fue, Rafaela comenzó a sufrir el partido. Se quedó con uno menos en el final del primer tiempo, ya que el volante vio la segunda amarilla por un "no agarrón". Se agarró la cabeza por tener un tiro libre peligrosísimo, ahí nomás del área. Y se arrancó más de un par de mechas cuando vio que Marco Pérez, a quien nadie lo tenía, se la mandó a guardar a Airaudo con un bombazo.

Pese a tener un hombre más en la cancha, y la yugular de su rival regordeta, suculenta, el Lobo no mordió. Así, la sensación en el verde césped del Bosque, cuando se veía a Pérez errar uno, a Teté González errar otro, a Castro no pudiendo definir y dale que va, era que cualquier equivocación, por más pequeña que fuera, le daría a Gimnasia una lección de cómo definir de un cuetazo a un equipo que le entregó la sien en bandeja.

Pero Sessa por uno, una palomita de Lagrutta; y Sessa por dos, un tiro al ángulo de Arrieta, fue, otra vez, el que apagó el fuego de las papas. Y se redimió de su error en el gol de los santafesinos. Rafaela padeció la expulsión de Serrano por una mano y la lesión de su arquero (le tapó un mano a mano a Castro y el delantero le pegó un rodillazo en el rostro sin intención) que, como se habían hecho todos los cambios, tuvo que ser reemplazado por Bovaglio. El defensor no hizo un mal trabajo, pero el sueño de una hazaña, como ya lo había sido aquel partido con Niell como protagonista, se quedó en la almohada. Siendo sólo ocho, la Crema se cuajó. Ormeño dijo basta y el Lobo cerró las plazas para entrar a la Primera División




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