La enseñanza de la Filosofía en la secundaria

Hay que informar, para poder formar: aufheben


“… ¿Enseñar filosofía supone un desafío mayor o diferente al de enseñar cualquier otra materia?  
 Es un desafío diferente. Para que la enseñanza filosófica sea significativa se debe hacer algo más que transmitir información, por ejemplo, sobre la historia de la filosofía. Hay que enseñar fundamentalmente a filosofar, lo que no sólo implica la adquisición, por parte de quien aprende, de algunos conocimientos y ciertas habilidades argumentativas sino, sobre todo, el desarrollo de una actitud perspicaz y problematizadora de la realidad…”
Resuena en mi lo dicho por Cerletti, “se debe hacer algo más que transmitir información”, ¿Qué es ese algo más?; “hay que enseñar a filosofar”, ¿pero como?

Antes de continuar, quisiera distinguir que nos ubicamos en la modernidad (para algunos en la postmodernidad, creo que son los que no fueron a visitar provincias como el Chaco, Misiones, y solo nombro de Argentina, pero en todo el mundo hay provincias que creo innecesaria ubicarlas en la postmodernidad), por lo tanto en una nueva concepción de la escuela, ya no estamos ubicados en una escuela tradicional, ¿Cuáles son las diferencias?; para la escuela tradicional el hombre es un individuo, un animal  racional, para la moderna, es un organismo inteligente que interactúa con otros (sujeto–en–un–grupo); para la escuela tradicional el rasgo mas importante del hombre es la memoria, para la moderna es la capacidad para resolver situaciones nuevas, plantear problemas, buscar datos, organizarlos y lograr resolverlos;  en lo que refiere a la enseñanza escolar, la escuela tradicional tiene como objetivo la transmisión y repetición de los contenidos, la moderna tiene como objetivos la resolución de problemas, a través de experiencias; el rol del profesor en la escuela tradicional es activo, el del alumno es pasivo, en cambio en la nueva concepción de escuela, el profesor es activo y a la vez pasivo, y el alumno es activo.
La escuela nueva critica de la tradicional el papel del profesor, la falta de interactividad, el formalismo, la importancia de la memorización, la competencia entre el alumnado y, sobre todo, el autoritarismo del maestro.
Por ubicación nos encontramos dentro de este movimiento pedagógico, denominado Escuela nueva, pero, leyendo y re-leyendo las características de cada concepción e intentando ubicar la actividad de la enseñanza de la filosofía, por la experiencia que tengo (que me brindaron las pocas presencias de clases, sumando también las experiencias de mis compañeros de cátedra) me cuesta un poco introducir tal actividad a la nueva escuela, que los textos caracterizan.

¿El joven escolar en realidad tiene todas las características y posibilidades que enumera la escuela nueva?, ¿para aprender filosofía se necesita más que informarse, sino también formarse, filosofar?, ¿desde la escuela tradicional el joven puede filosofar?, si no lo puede hacer ¿se queda a mitad del camino?

A medida que realizo el trabajo, refuerzo más la idea de que la escuela tradicional solo sirve (valga la redundancia) para continuar la tradición (y esto se opone a la critica, el cambio, la creación, para estas virtudes, la escuela no sirve, habrá que hacerlo fuera de ella), y a su vez, me doy cuenta que la escuela nueva esta perfectamente diseñada para posibilitar el filosofar.
Si los jóvenes estudiantiles de hoy, están en una escuela nueva, ¿Por qué no filosofan, porque no problematizan la realidad?, ¿será que no tienen las características y posibilidades que enumera la escuela nueva?

Tranquilamente podría venir un profesor en este momento a persuadirme de su “buena” labor áulica, y comentarme con un in defensivo, que los jóvenes de hoy no quieren problematizar la realidad, que están distraídos, y que el esfuerzo del profesor, y las puertas abiertas de la escuela nueva a la creatividad a la actitud critica, no vale nada ante las ganas e interés del joven.
Yo, conociéndome, le hubiese creído, me hubiera quejado e los medios de comunicación, del estado, etc.
Pero tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos el aula, y lo que pasa allí adentro.
Seguramente el estado y los medios de comunicación, y otras instituciones que no conozco, pero que debe haber, tratan de distraer al ciudadano, de violentarlos simbólicamente, para así poder perpetuar su dominación, incluso la escuela misma es un instrumento de ideologización. ¿Por qué el pueblo reclama la escuela y el estado la impone?

Pero observe algo más que las pocas ganas del alumnado ante la filosofía, observe que en lo que respecta a la materia filosofía, sigue rigiendo el modelo tradicional (quizá sea una generalización arriesgada), admito que para poder criticar se necesita saber, pero a estos pobres chicos, solamente se los informaba (como para que después y fuera de la escuela, con sus saberes hicieran lo que quieran, y eso es muy de escuela tradicional), no se interactuaba con ellos, no eran alumnos de una escuela nueva.  Los miraba, y no veía en ellos casi ninguna característica de un alumno de la escuela nueva.

Entonces le contestaría a la profesora que me vino a persuadir hace un rato, mientras escribía mis pensamientos, quizá tenga algo de razón, en que los jóvenes de hoy, estén sin rumbo, distraídos, persuadidos, pero que esos mismos jóvenes aunque estén sin rumbo, tienen mucho viento, tienen mucho viento, pero no tienen rumbo, necesitan una guía (activa y pasiva a la vez) no un timón (activo), el profesor necesita responsabilizarse ante los jóvenes, no caer en un facilismo, buscar la manera de, tratar de, conseguir que sus alumnos filosofen, problematicen la realidad y no tomar la actitud, de que, ya que el alumno esta distraído, perdiendo el tiempo, que haga 30 guías y lo siga perdiendo.


Una tortuga que vaya por la pista, siempre le va a ganar al corredor mas rápido, pero desviado.

Firma: Dr. Angelicus, Nov. 2009