Juzgan al "vengador" que mató al bajista de...










La Matanza




Juzgan al "vengador" que mató al bajista de SuperMerk2







El grupo de cumbia villera Supermerk-2 alcanzó la cima en 2003 con su primer sencillo, un éxito fugaz que les valió un disco de oro en sólo 23 días. De su autoría son pegadizos temas como “La lata”, “La gorra”, “Tomando porquería” y “Qué calor”. Sin embargo, un episodio terminaría abruptamente con el ascenso de los músicos.

Durante la fatídica noche del 4 de junio de 2006, tres adolescentes perecieron en medio de un confuso episodio en un cumpleaños celebrado en una vivienda de la calle Almeyda, pleno barrio El Tubo de Laferrere. Una salvaje balacera se cobró las vidas de Esteban “Ity” Sosa (18 años), Bernardo “Berna” Florentín (17) y el bajista de SupermerK-2Alejandro Mamani (19) quien, según los testigos, comenzó el incidente, enfadado porque le prohibieron la entrada a la fiesta a la que asistían 60 personas.







Aguafiestas




El cumpleaños de Adrián se hizo sentir en todo el barrio. La música tronaba y los festejos atrajeron a los vecinos. Pero la tragedia también se hizo presente con la llegada de Mamani (“el Ale”) bajo los efectos de sustancias alucinógenas y secundado por varios amigos.

El “No” que le espetaron en la puerta no lo amedrentó y pretendió ingresar por la fuerza. La discusión derivó en una violenta pelea a la que le siguieron los disparos del arma calibre 9 milímetros que portaba el bailantero.

En los minutos que duró la furia de Mamani, cayeron muertos Sosa y Florentín, sin saber siquiera qué estaba sucediendo. Hasta que un “justiciero”, como lo definieron sus vecinos, repelió a balazos la agresión del bajista. Se trataría de Jorge Cabral, un joven que comenzará a ser juzgado hoy, por el Tribunal Oral Nº 2 de La Matanza.

Desde el comienzo, el barrio estuvo decidido a proteger a Cabral, quien habría actuado como vengador de las muertes de dos inocentes. Y, pese a que la Justicia ubicó rápidamente al sospechoso, “los testimonios de los vecinos fueron disímiles" y un manto de silencio cubrió al homicida de Mamani, cuestión que llamó la atención del fiscal que llevó a cabo la investigación, Gustavo Banco.

Y, pese a que existe una hipótesis que indica que la pelea se dio a causa de un enfrentamiento entre barras de Almirante Brown y Nueva Chicago, para Banco, el incidente se explica por el peligroso "cóctel de armas, drogas y alcohol”.

Inicialmente, el hecho estuvo inmerso en una nebulosa, porque Mamani, al entrar gravemente herido en el tórax al Hospital Paroissien, dio el falso nombre de Juan Carlos Barrera, con lo cual desorientó a la policía, que empezó a buscar al músico que, poco después, expiraba.


Descontrol




Supermerk-2 es uno de los tantos grupos surgidos durante 2003 con el furor de la “cumbia villera”, un estilo musical atacado por diversos sectores por contener mensajes “autodestructivos, apológicos hacia el consumo de droga o referidos al sexo fácil”.

Los programas “tropicales” plagaron la televisión con estas bandas, que invadieron todos los estratos sociales. Tal fama lograron que el COMFER debió intervenir: “A partir de su difusión y debido al poder de convocatoria, estimamos necesario analizar algunos aspectos vinculados con éste fenómeno. Las letras de la cumbia villera resaltan una modalidad diferente de contar las historias; apoyándose en hechos de la realidad actual, se caracterizan por emplear un lenguaje que otorga una marca personal al relato (...). Esta nueva forma de mirar y expresar la realidad tiene como fuente el contexto sociopolítico actual, por lo que se lograría una reafirmación de la propia identidad y de su condición social”.

Las letras hacen referencia a la realidad social de zonas marginales, sobre todo la delincuencia, la persecución policial, la escasez de recursos, el rol de la mujer y el consumo y tráfico de estupefacientes.

“Nosotros cantamos lo que pasa en las calles, el que no lo quiere ver está ciego”, arguye Pachi, segunda voz de Supermerk-2. Sin embargo, el COMFER decidió fijar normas e infracciones sobre la emisión televisiva y radial de este género musical en pos de “proteger la salud y la formación de la audiencia”.

A juicio del antropólogo Carlos Herrán “es un fenómeno que se convirtió en un negocio. Hay una cierta presentación o apología de lo que sería la marginalidad o el delito, pero creo que eso es simplemente porque vende, nada más. Pero no hay una relación directa entre la marginalidad y el delito, no es que promueve el delito o que los que lo hacen son delincuentes”.

“Se puso un poco de moda decir que los chicos tienen que salir a robar porque no les queda otra, y tenés grupos como Los Pibes Chorros, que de cumbia no tiene nada y son realmente buenísimos, son buenos músicos –acota-. Es un muy buen nivel el que ellos han encontrado de promocionar un modo de vida supuestamente marginal que para cierta gente tiene cierto atractivo, especialmente para los muy jóvenes”.


El juicio




El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de La Matanza, integrado por los jueces Arturo Gavier, Graciela De Palo y José Eugenio LeccceJorge, comenzará a juzgar a Jorge Cabral por el crimen de Alejandro Mamani. Los dos homicidios perpetrados por el bajista del grupa bailantero no se tratarán, debido a que al morir el autor de los mismos, se extinguió la acción penal.

El abogado del acusado, Alberto Fornaro, dijo que durante las audiencias, declararán entre 50 y 60 testigos, por lo que el proceso durará, al menos, una semana.

La estrategia de Fornaro estará basada en demostrar que su cliente actuó en su legítima defensa ya que el Mamani, luego de matar a Esteban Sosa (18) y Bernardo Florentín (17), lo hirió de bala a él y a otro joven.

"A Cabral le pasaron el arma en el momento para que se defendiera porque Mamani estaba tirando", indicó el letrado que recordó que tanto Cabral como Juan Carlos Barrera (18), estuvieron internados en el Hospital Paroissien por heridas de bala. El abogado también señaló que en su declaración indagatoria ante el fiscal que instruyó la causa, Gustavo Banco, el imputado aseguró que él se defendió de una agresión de Mamani.