El Secreto de sus ojos: El secreto de su éxito



Ricardo Darín


Lo dijo Javier Bardem hace poco. Para él, Ricardo Darín es el mejor actor del mundo. Hasta hay quien llegó a compararlo con Marcelo Mastroianni, y quienes dicen que, como Johnny Depp, es uno de esos actores que es imposible que caiga mal. Lo cierto es que aquel galán de ojos claros cuya cara era la imagen de una publicidad de cigarrillos, hoy es la cara del cine argentino de la última década. Juan José Campanella lo dirige en El secreto de sus ojos y cree que llamarlo "la" figura del cine argentino es injusto con otros actores, pero admite que internacionalmente es un referente de las películas de estos pagos.

En apenas dos semanas, la nueva película de Campanella batió récords y ya fue vista por más de medio millón de espectadores. Alabada por una gran cantidad de críticos, respaldada por el público, y destinada a ser la enviada especial a premios y festivales, comparte esas cualidades con otras cintas: El aura, El hijo de la novia y XXY. Aun con diferentes temas, estilos, directores y géneros, todas tienen en común el nombre de Darín en primera línea y haber sido precandidatas para el Oscar. El hijo de la novia, incluso, llegó a la gran final en 2002.

Darín es también la cara reconocida de los premios Goya, con XXY, Luna de Avellaneda y La Fuga, y, como quizá lo fue Federico Luppi hace años, es el nombre que se repite en los filmes destacados desde Nueve reinas en el año 2000. Y lo hizo interpretando a un estafador avispado en la sorprendente Nueve reinas (que tuvo su versión en EE.UU con Criminales), a un padre comprensivo, o a un taxidermista epiléptico. Ahora, regresa como un perito de un juzgado, obsesionado con su pasado. Y en dos semanas, el filme lo logró otra vez.

¿Cuál es su secreto? Muchos señalan lo más evidente, que, sencillamente, estamos frente a un muy buen actor. Otros, que sabe elegir sus trabajos; otros, que sabe despegarse de sus personajes a tiempo; hay quienes hablan de una temporada de "Darinismo" (que de efímera no tiene nada); y hay quienes ven en él una de esas síntesis tan apreciadas de talento y sencillez.

Quizá sea una combinación de todo eso junto, pero ya no quedan dudas de que en la cadena de evolución de este "Darinismo", el cambio siempre se adapta, muta y mejora. Y hoy, más que una marca de efectividad cinematográfica, es el nombre que atraviesa gran parte del cine argentino apoyado por el público, industria y cinéfilos.