gripe A o lo politicamente correcto..!?

tomate unos minutos y leelo
 
Gripe A: MUTATIS MUTANDIS… o todo lo políticamente incorrecto de comentar.

Publicado por Gustavo Fernández en 03-07-2009

En la pantalla, un evento gubernamental más. Un par de días antes había renunciado la ministro de Salud de Argentina, Graciela Ocaña, y era la ocasión para el que hasta entonces fungía como vice gobernador de la pequeña provincia de Tucumán, el doctor Manzur, asumiera como nuevo Ministro del área. En el estrado, todos y todas. Con la Presidente, Cristina Fernández de Kirchner en primer plano, obvio. Las palabras de rigor, las esperables y las que no. La gripe A avanzaba. No debía cundir el pánico, pero había que extremar todas las precauciones. Había que actuar con responsabilidad. El Gobierno tenía sus recursos y estrategias. Estaba, diría alguien, todo fríamente calculado. Pero el viejo Sigmund siempre mete la cola.

Terminó el acto gubernamental. En un momento que -esto nos vendía minuto a minuto la TV- un peligroso jinete apocalíptico, el de la Peste, parecía galopar por las pampas argentinas. Tiempos de crisis, de actos de conducción preclaros, valientes, decididos. De gestos y acciones que mostraran a las claras las virtudes del liderazgo….

Y la cámara retrocedió. El salón, en la Casa Rosada, plagado de hombres, mujeres y niños que con fervor partidario se apiñaban como fans en un recital de rock. Codo a codo, cheek to cheek, por mucho, a centímetros unos de otros. Y en un freudiano acto fallido, la Presidente finaliza el acto, baja un par de escalones…. y comienzqa repartir besos y abrazos, a niños, niñas, compañeras y compañeros agolpándose cholulos para la foto que luego exhibirán con contagioso orgullo porcino en oficinas y salas de estar, más besos, más abrazos… y yo congelado ante el televisor preguntándome: “Pero… ¿no era que teníamos una pandemia?”.

Allí comprendí que todo era un gigantesco, mediático, invalorable acto fallido del inconsciente colectivo estatista. Porque si hubiera la pandemia peligrosa que medios periodísticos y voceros gubernamentales quieren vendernos, uno (yo) hubiera esperado un acto de asunción recoleto, no digo con barbijos (tampoco es de exagerar) pero con los mínimos presentes necesarios, con unas sonrisas y batir de palmas en al aire como profiláctico saludo. Pero no. En franco entusiasmo corporativo, las respiraciones de todos los presentes se mezclaban solidariamente y uno (yo) casi podía adivinar las microgotitas de saliva saltando de rostro en rostro, de cargado maquillaje al bótox más cercano.

A la mañana siguiente, caminaba las callecitas de Buenos Aires que siguen teniendo ese “no sé qué”. A pesar de la manía paranoica de algunos, el clima era distendido. Uno (yo) parecía vivir a caballo de dos realidades: la que se palpita en la calle, y la que vende la TV. Hora tras hora, se alimenta ridículamente el miedo. Guillermo Andino y Mónica Gutiérrez transmitiendo el noticiero de América TV desde la mera calle frente a un hospital del partido Malvinas Argentinas, no como “movileros” sino con mesa de trabajo y todo montado en plena calzada, ambos con barbijos y tratando de disimular el frío de órdago que hacía quizás matizado por los calores de estar protagonizando semejante papelón en aras de un mayor rating. De poco importa que algunas (pocas) voces sensatas recuerden que todos los años en Argentina fallecen, a consecuencia de las implicaciones de la gripe o influencia “estacionaria” (es decir, la común, la de siempre) más de 500 personas. Es decir, la misma tasa de mortalidad (0,5 %) que muestra esta gripe A. De la cual los propios infectólogos dicen que en una semana, en el 90 % de los casos, remite espontáneamente en personas sanas.

Déjenme decirlo más claro: aunque la voz oficial de la gripe tiene en el Arquetipo del Académico (y la bendiciòn de la OMS) la garantía de confiabilidad de estar frente a una “peligrosa pandemia” que justifica medidas extremas (como los mil millones de pesos que el Estado argentino acaba de ddestinar a compras masivas de antibióticos para engrosar cada vez más las arcas de Roche), aún cuando los disidentes (uno, es decir, yo, y algunos más) vengamos advirtiendo hace un par de meses que estamos ante un, primero, jugoso negocio de algunos pocos laboratorios multinacionales (ver aquí), el hecho es que un análisis desapasionado de la informaciòn, salvo que uno ame sentirse protagonista de una versión tercermundista de “Exterminio”, apunta a revelar otra cosa: el Poder en las Sombras (llámenlos corporaciones industriales farmacéutico financieras, Illuminatis o como prefieran, no entraré ahora en esas menudencias) otra vez (¡otra vez!) nos manipula, siembra el miedo a medida que siembra viruts, genera pingües beneficios del temor de buena fe pero ingenuo y poco analítico de las masas y nos predispone a cosas peores.

Visiten ahora el blog de nuestro amigo y webmaster, “Quique” Marzo, Inquietamente. En él, nuestro Editor relaciona este “brote” con la apariciòn (de la que no ha habido antecedentes hasta ahora en nuestro país) de “chemtrails”, esos extraños trazos en el cielo producto de sustancias despedidas por aviones civiles o militares con fines sobre loos cuales ninguna fuente ha acercado hasta ahora más que afirmaciones ambigüas (la más graciosa que he escuchado: que en algunos vuelos se inyectan en la turbinas componentes químicos para que desde tierra puedan comprobar su funcionamiento. ¡En un país donde se reciclan aviones destruidos para recuperar repuestos!. Eso, sin considerar lo tonto de evaluar una turbina con prismáticos mientras está a 10 km de altura cuando en tierra pueden hacérsele todos los estudios del caso) con otros episodios sobre los cuales la frágil memoria pública parece no guardar registro. ¿Recuerdan ustedes los experimentos con virus recombinantes (un virus recombinante es la combinaciòn de dos virus distintos, por ejemplo, gripe y viruela: si no te mata uno, lo hace el otro) hechos a fines de los 80 en los alrededores de Azul, provincia de Buenos Aires, en convenio secreto con la empresa francesa Transgene, la misma acusada de haber provocado a principio de los 60, en el curso de una “vacunaciòn masiva” en Angola -tapadera de otros experimentos- la mutaciòn del HIV de primates a humanos?. ¿Los brotes nunca explicados de ántrax en el sur y centro de Entre Ríos en 2002 y 2003, en coincidencia con la detecciòn de maniobras clandestinas de “marines” yankies en la regiòn?. Vayan, vayan al blog de Quique Marzo, y estudien con perverso deleite el cuadro ilustrativo que les ha preparado. Habla por sí solo, simpático el cuadrito…

¿Por qué no se da la cobertura necesaria a las denuncias, ya en curso, que implican al gobierno de Obama en avalar actos de bioterrorismo?. ¿O las denuncias de profesionales sobre las maniobras con medicamentos en nuestro país?. ¿O las acusacioens al gobierno argentino por manipular las circunstancias?.

Vamos por más. ¿Nadie ha reparado en que todos, absolutamente todos los actores políticos de las elecciones legislativas del domingo pasado han demostrado, en relaciòn a la “pandemia”, ser unos absolutos e irredimibles corruptos?. No, no por ese escándalo de…. No, no, tampoco por ése otro….. ¡pero que no!. ¡No era de aquél del que estaba hablando!….

Simplemente, llamo la atenciòn sobre que ninguno de ellos apareció la semana previa, públicamente, diciendo algo como: “Muchachos, creo que debemos postergar las elecciones”. Estábamos con pandemia y, claro, si la gente se junta en algún lugar, es en el acto eleccionario. A propósito, adivina adivinador…. ¿a quién puede beneficiarle que esta elecciòn haya sido la que tuvo el nivel más bajo de concurrencia jamás registrado?. Y no me digan que es por el escepticismo y erl hastío de la gente. Porque si estoy escéptico y hastiado, con más razón voy a votar, para castigar con mi voto a quien se lo merezca. No, el nivel de asistencia cayó drásticamente (creo recordar que asistió sólo el 60 % del padrón electoral) porque mucha gente tenía miedo.

Pero si bien la poca asistencia beneficia al oficialismo, el punto es que todos los otros actores políticos consensuaron y fueron cómplices. De la izquierda a la derecha, de arriba y abajo, del centro a afuera, todos. Porque, o bien sabían que había una epidemia y fueron cómplices en preferir exponer a la gente con tal de asegurar sus sueldos (perdón, sus bancas) en las elecciones, o bien sabían que no había tal pandemia -y por ello, no había tal peligro- y fueron cómplices en silenciar esa verdad.

Vuelvo a ver esas imágenes casi bizarras, propias de comedia italiana de los cincuenta, la Presidente poniendo en su cargo a un Ministro de Salud Pública que alimenta los temores mediáticos de la sociedad y luego, lo dije, besos y más besos, abrazos y más abrazos… Alguien dirá que son las irresponsabilidades de los tontos. Pero no me creo eso de “los bobos en el poder”. Los que están encaramados al poder son cualquier cosa menos bobos. En todo caso, humanos como cualesquiera, víctimas de sus propios actos fallidos.

Gripe A, el terror que es igual a la gripe nuestra de todos los años, sólo que año tras año a ningún medio televisivo le interesan 500 muertos por algo tan tonto como la gripe estacionaria. En una adqaptación psicodélica de “El Secreto”, por aquello de “sacar la atención de lo que no nos gusta y ponerla en lo que nos gusta”, los que manipulan nuestra conciencia sacan nuestra atenciòn de lo que nos gusta (o de lo que debemos saber) y la enfocan en lo que no nos gusta (o en lo que prefieren que creamos). Un toque profesional, un par de médicos autosuficientes, un comunicado de la OMS, y sus afirmaciones son serias y científicas. Y nosotros, claro, conspiranoicos.

Mutatis mutandis. Debemos cambiar lo que hay que cambiar. Y lo primero es el anquilosado paradigma de creer que elegimos saber libremente lo que queremos pensar o creer, ignorando que la Matrix es cada vez más Matrix.