Un carpintero de Taiwan, por alguna razón desconocida, se decidió comprar un DVD de alto contenido erótico titulado “Affairs con otras esposas”. Ya sabéis: una mente depravada disfrutando de sexo duro por la pantalla mientras, de paso, se descojonaba de maridos cornudos…

… hasta que se dio cuenta de que una de las esposas infieles le sonaba.

Tardó unos pocos segundos en darse cuenta de que era la suya; de que su mujer aparecía grabada con una cámara oculta montándoselo en un motel con otro tipo, con un desconocido…


… un momento: ese tipo que estaba haciendo posturitas extrañas con su parienta también le sonaba: era su amigo, el carnicero del pueblo.


Tras ver el DVD corrió a casa y pidió el divorcio a su mujer. El carnicero, al escuchar la noticia (ya sabemos lo pequeños que son los pueblos) huyó rápidamente del lugar. Ya se sabe: un carnicero sabe cómo usar un cuchillo, pero un carpintero conoce más instrumentos de tortura.

Pero de poco le sirvió huir. Tiempo después el furioso carpintero (del que sólo sabemos que se apellidaba Lee) encontraba a su “antiguo amigo”. Ni corto ni perezoso le apuñaló en el muslo.

Claro está, la autoridades han tenido que procesar al pobre señor Lee por agresión y podría ser condenado a seis meses de prisión o al pago de una multa (vamos, que encima de cornudo acabaría sin un duro).

Una pena: si existiese una ley de duelo como Dios manda todo hubiese acabado mejor, o al menos de forma más espectacular.