La mosca en el avión (por Fernando Peña)

Ayer en una farmacia entró un alemán que pidió repelente. Ninguno delos que estábamos ahí pedimos repelente. No podemos creer que unmosquito que vive en el Chaco llegue a Buenos Aires.

Fernando Peña
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Eran las cuatro de la mañana aproximadamente, la hora en la cual elavión está en la nada, sobrevuela la nada, se dirige a la nada y si tedespertás no sabés a dónde vas ni por qué vas. Cuatro de la mañana enun avión rumbo a Miami, se esfumó la euforia, ya estás harto yangustiado porque la ilusión de tomar un avión ya pasó. Estás en elavión. La alegría previa del viaje ya no te sostiene, ahora se empiezaa instalar la angustia de saber que mañana, que es hoy, no vas a dormiren tu cama… y no hay estrellas de hoteles que reemplacen la calma dedormir en tu cama.

Era el jefe de cabina del vuelo 900 de American Airlines a Miami,estaba desvelado, sentado en mi asientito indigno que ocupa eltripulante que trabaja en primera clase, ese asiento angosto, incómodo,duro. Estaba aburrido, aburridísimo, muy, muy, muy aburrido, eseaburrimiento que provoca el desvelo y viceversa, el estar alerta alpedo. De pronto una mosca. Una mosca que se posaba en el carrito decomidas de primera clase. La empecé a seguir. Siempre me dieron ascolas moscas pero el aburrimiento puede con todo, es como la calentura,todo lo que te molesta de repente se reinventa y sirve. La moscacaminaba verticalmente como Batman por la puerta del carrito, y yo laobservaba… la miraba… la estudiaba… “¡Qué loco!”, pensé, “pensar queesta mosca subió en Buenos Aires…” “...pensar que ahora baja en Miami yno sabe inglés…”, “¿cómo hablará con las otras moscas?... Pelotudecesque uno piensa… Es la meditación que al final más enseña. Terminado elepisodio de la mosca.

Dejé de volar y empecé a trabajar de actor, mi vocación. Tengo unpersonaje, o criatura como me gusta llamarlos, que se llama MarioModesto Sabino. Sabino es un tano conservador. En uno de sus monólogoshabla de cuando nos llegue la muerte, no de la muerte en sí, sino de lallegada de la muerte, de cuándo nos tocará, a qué hora, que es muchomás claustrofóbico que la muerte en sí. No molesta tanto la muerte, loque molesta es la fecha, no es el dejar de existir lo que angustia,sino cuándo se dejará de existir. No saber cuándo es lo que nos llenade ansiedad y lo que nos vuelve locos:

“¿Hago esto ahora o no?”, “el año que viene me separo”, y un montónde resoluciones ficticias que sabemos están fuera de nuestro controlpero curiosamente estamos convencidos, aun sabiendo que no, que tenemosel control total. Retomo. Sabino decía en su monólogo: “Le llevaba 14años a mi esposa, yo me moriría primero lógicamente, preparé todo parami muerte, tenía todo listo, quería dejarle todo preparado, arreglado,todo prolijo… para que no tuviera problemas, ¿me entendés?… y se murióayer… ella… ella… (llora a moco tendido) ¿Cómo puede ser?... Si era másjoven que yo… Es que la muerte, y no le digas la parca porque seofende, está más cerca de lo que vos pensás… todos ustedes piensan queahora cuando termine la función se van a ir a comer una pizza a LosInmortales... (el público se reía)… andá a saber… capaz que no llegan…a lo peor se muere uno ahora de un ataque al corazón… (el público sereía)… ¿de qué te reís?... aaahhh, es que nadie piensa que se puedemorir ahora… siempre se muere el otro y el ataque al corazón siempre leagarra al de al lado… y te hago una pregunta, ¿y si un día el de allado sos vos?... apaa... ¿Mirá si un día la noticia sos vos?... (elpúblico se reía menos)… ojo… no digas que porque no, porque a mí nooo…más vale preguntate, ¿por qué no?… Los doscientos tipos que murieron enel boliche éste que no recuerdo el nombre tampoco pensaron que se ibana morir esa noche… guarda eh… ojito con el momento de la muerte”.

Noto que lo mismo está pasando con el dengue, es al otro, le va apicar al otro, a mí no ni en pedo… Esa cosa argentina que tenemos…“¡Dejate de joder, este mosquito de morondanga!”, me dijo un tacheroayer. “Esto lo inventaron los que hacen los esprais para echarse loinventaron…”, me quiso avivar un mozo. “Todo esto es culpa de Donald…chengue chequen dengue chequen dengue siempre fuimos compañeros…”, medijo un oyente al aire. Cuando el humor porteño en vez de actuar comoherramienta de salvación actúa como negación y tiene el poder dematarnos no sirve más. Justamente porque nos puede matar.

¿Cuándo nos vamos a tomar algo en serio? ¿Cuándo dejará de sersolamente un tema que explota maravillosamente bien Barcelona pero queademás nos ocupe y nos incluya a todos. Hasta ahora nadie piensa que vaa ser picado… ¡Una locura!, ¿por qué no? Y ése es nuestro eternoproblema, nos sobran razones para contestar al porque sí, pero no nosanimamos ni siquiera considerar el porque no. Vamos a ganar en La Pazporque sí, porque somos argentinos y ellos son bolitas… “¿Pero y laaltura no puede afectarlos?”, pregunté a amigos que saben de fútbol.“¡Noooo!”, me contestaron con extrema convicción. ¿Por qué no?, mepregunto… ¿por qué no? ¿Por qué a los argentinos no? Nunca. Siempre no,siempre es no, “¿a nosotroooos?... ¡papaaaá!”. Sería terrible y hastagracioso que no hayan podido con nosotros la sarta de soretes que nosgobiernan y nos han gobernado y nos mate un mosquito… Y nos va a matar:

“Giles vieron, boluuudos, los cagué, no los cagó ni Menem así,infelices… así que pensaban que podían con todo… jajaja… Llegué yo elmosquito de mierda, el que pensaban que estaba en otro país… en el paísdel Chaco… Y además no soy torpe como Scioli que da manotazos deahogado a diestra y siniestra, no yo vengo silbando bajo… y sin avisar,no como De Narváez que avisa alevosamente cosas que de pronto lesalieron del alma, te pico y te mato… te jodí… aaahhh… Ahora vamos aver… fumigá la Quinta de Olivos… jajaja… dale con el muro Posse… Yopuedo con todo… nadie pudo lo que yo voy a lograr… nadie… ningúnpolítico… ningún sida… nada… no me ven… no me creen… y los voy a picar…les voy a tirar el turismo a la concha de la lora… jajaja… Capitanich…no hay sobada de culo a los Kirchner que te salve… y la loca de tumujer… esa que atropelló a lo loca… jaja… ¿y ahora?… ¿y ahora?… ¿quéhacemos?... ¿Pedirá Susana la pena de muerte para mí?... uuuuyyyy… NiMacri, ni Solá, ni la Carrió, ni Alfonsín podrán conmigo … soy el granoen el culo de todos, destapé un quilombo… ¡Ocaña!... ¿Cómo andamio?...jajaja… Qué joda… Quién iba a pensar que un mosquito les iba a patearel tablerooo… ¿Pero saben qué?... les voy a hacer un favor, voy a unirel país, los de capital ya se sienten provincianos… negritos… les voy aenseñar que el dinero todo no lo puede… Voy a convertir a Buenos Airesen el interior… es inminente… ya casi está… jajaja... ja...ja…ja… lescuento un secreto, la única solución para matarme es que tomenconciencia y que trabajen todos y cada uno de ustedes desde sus casas,cosa que nunca podrán lograr… jaja… un mosquito… yo… los cagué…jiji...”.

Ayer entré en una farmacia, San Martín y Paraguay, entró un alemány lo primero que pidió fue repelente para mosquitos. Ninguno de los queestábamos ahí pedimos repelente, yo compré carilinas y Geniol. Salí.Caminé y pensé. No la queremos entender. No podemos creer que unmosquito que vive en el Chaco llegue a Buenos Aires… no tomamosconciencia… y a veces tomar conciencia no es que te den un panfletopedorro o mirar el noticiero, a veces tomar conciencia es miraraburrido y pasmado a una mosca a las cuatro de la mañana en un avión.Tan simple como eso.

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