$50 Por tu semen
En los bancos de semen cada donante anónimo recibe $ 50
Pueden buscar un embarazo en una salida ocasional. O engañar a un novio o amante "fingiendo" un cuidado anticonceptivo inexistente. Opciones, más "naturales", hay. Sin duda. Pero lo cierto es que los bancos de semen son, a veces, la opción más confiable y honesta para mujeres deseosas de ser madres pero sin chances de calzarse el "rótulo" a partir de la consolidación de un gran amor o, por lo menos, de una pareja estable.
Los bancos de semen son laboratorios donde se guardan, congeladas, muestras de esperma para su posterior utilización. En algunos casos se almacenan a pedido de pacientes con cáncer que pueden ver afectada su fertilidad tras los tratamientos y en otros se recurre a la criopreservación para diferir la paternidad. Pero quienes utilizan con mayor frecuencia este servicio son mujeres solas —o en pareja— que no tienen la posibilidad de concebir un hijo con el semen de un conocido.
En Buenos Aires hay dos bancos de semen importantes: Cryo-Bank y CEUSA. Ambos trabajan con estrictas normas de seguridad (Ver Infografía). "La selección de los donantes es muy rígida. Sólo entre el 7 y el 10% de los postulantes terminan siendo aceptados. Tienen que ser mayores de 21 años y tener antecedentes de fertilidad", dice el andrólogo Gastón Rey Valzacchi, director de Procrearte, donde hacen una decena de inseminaciones con semen de banco por mes. "El 90% son parejas heterosexuales con problemas en el varón", aclara.
En Argentina ninguna ley prohíbe la inseminación artificial de mujeres solas y salvo el IFER, que no lo practica, lo único que hacen los demás centros es derivar previamente a la mujer a una consulta psicológica. Al donante se le pagan 50 pesos por muestra y quien la recibe abona entre 300 y 500 pesos (la inseminación o la fertilización in vitro se cobran aparte).
El donante es anónimo. Ni la mujer que recibe la muestra ni el hombre que dona el semen pueden saber nada del otro, pero lo cierto es que en esta cuestión hay un gran vacío legal que deja el tema en suspenso. "Se firma un consentimiento informado que aporta un marco legal para deslindar responsabilidades, pero los datos quedan registrados ante una eventualidad", explica Rey Valzacchi.
No se puede saber nada sobre la identidad, pero sí se puede pedir que sea parecido a un hombre en particular (llevando fotos) o que tenga un determinado color de ojos o de pelo. "Se busca al donante respetando las características físicas que la mujer prefiere", dice Chillik.
En Estados Unidos, por el contrario, casi se puede elegir un hijo "a la carta": hay catálogos de padres de los más variados y no sólo se pueden ver fotos y videos sino también averiguar qué hobbies tiene y cuál es su coeficiente intelectual.
http://www.clarin.com/diario/2005/08/21/sociedad/s-05103.htm
Pueden buscar un embarazo en una salida ocasional. O engañar a un novio o amante "fingiendo" un cuidado anticonceptivo inexistente. Opciones, más "naturales", hay. Sin duda. Pero lo cierto es que los bancos de semen son, a veces, la opción más confiable y honesta para mujeres deseosas de ser madres pero sin chances de calzarse el "rótulo" a partir de la consolidación de un gran amor o, por lo menos, de una pareja estable.
Los bancos de semen son laboratorios donde se guardan, congeladas, muestras de esperma para su posterior utilización. En algunos casos se almacenan a pedido de pacientes con cáncer que pueden ver afectada su fertilidad tras los tratamientos y en otros se recurre a la criopreservación para diferir la paternidad. Pero quienes utilizan con mayor frecuencia este servicio son mujeres solas —o en pareja— que no tienen la posibilidad de concebir un hijo con el semen de un conocido.
En Buenos Aires hay dos bancos de semen importantes: Cryo-Bank y CEUSA. Ambos trabajan con estrictas normas de seguridad (Ver Infografía). "La selección de los donantes es muy rígida. Sólo entre el 7 y el 10% de los postulantes terminan siendo aceptados. Tienen que ser mayores de 21 años y tener antecedentes de fertilidad", dice el andrólogo Gastón Rey Valzacchi, director de Procrearte, donde hacen una decena de inseminaciones con semen de banco por mes. "El 90% son parejas heterosexuales con problemas en el varón", aclara.
En Argentina ninguna ley prohíbe la inseminación artificial de mujeres solas y salvo el IFER, que no lo practica, lo único que hacen los demás centros es derivar previamente a la mujer a una consulta psicológica. Al donante se le pagan 50 pesos por muestra y quien la recibe abona entre 300 y 500 pesos (la inseminación o la fertilización in vitro se cobran aparte).
El donante es anónimo. Ni la mujer que recibe la muestra ni el hombre que dona el semen pueden saber nada del otro, pero lo cierto es que en esta cuestión hay un gran vacío legal que deja el tema en suspenso. "Se firma un consentimiento informado que aporta un marco legal para deslindar responsabilidades, pero los datos quedan registrados ante una eventualidad", explica Rey Valzacchi.
No se puede saber nada sobre la identidad, pero sí se puede pedir que sea parecido a un hombre en particular (llevando fotos) o que tenga un determinado color de ojos o de pelo. "Se busca al donante respetando las características físicas que la mujer prefiere", dice Chillik.
En Estados Unidos, por el contrario, casi se puede elegir un hijo "a la carta": hay catálogos de padres de los más variados y no sólo se pueden ver fotos y videos sino también averiguar qué hobbies tiene y cuál es su coeficiente intelectual.
http://www.clarin.com/diario/2005/08/21/sociedad/s-05103.htm
10 Comentarios
jaja! y pensar que tiramos 50 pesos por dia
8|
x dia x hora diras XD
jajajajajajajaja