Esperame Amor…
en los 14 años que hace que escribo poesía, cada vez que he decidido hacerlo no necesité ponerme a pensar para volcar mis sentimientos en el papel, pero... el motivo de la presente hizo que me demorase dos meses y medio antes de poder hilvanar alguna idea, ya que cada vez que lo intentaba el llanto no permitía que me concentre. Por más convencido que esté que ahora mi esposa está en un lugar mejor y sin sufrimientos, puedo garantizarle a quien esto lea, que lo más terrible que me ha pasado en mis 73 años es estar ahora sin ella. Por eso a quien me califica de viudo le digo: "No soy viudo, mi esposa hizo un viaje llamada por quien hace siempre las cosas sin equivocarse, entonces con Porota hemos hecho un pacto de vivir por un tiempo en casas separadas hasta que Dios resuelva volver a juntarnos". A quienes lean esto les deseo de corazón que alguna vez puedan llegar a festejar las Bodas de Oro. Gracias.
Esperame amor...
Nunca he sufrido tanto al escribir “mis decires”,
y aunque del cielo mires cómo estoy yo y nuestros hijos,
ellos siempre muy prolijos como les supiste enseñar,
pero la mujer que supo dar por nosotros hasta la vida,
no comparte nuestra comida en la mesa ya no está…
Dios te ha llevado al más allá pero algo nos consuela,
no habrá más nada que te duela se habrán curado tus males.
tus preocupaciones reales habrán sido solucionadas,
te rodeará un conjunto de hadas y los Santos te darán paz,
porque allá arriba encontrarás lo que aquí no conseguiste…
Grande tus ojos abriste por última vez en tu vida,
a Ale pediste comida y después yo me despedí,
no te olvidarás de mí yo siempre te recordaré,
y nuestra vida que fué cúmulo de sobresaltos,
ahora ha hecho un alto hasta que Dios vuelva a unirnos…
Lo que no pudimos decirnos al no poder imaginar,
que este mundo habrías de dejar tras el llamado divino,
del Cielo un Ángel vino y en sus brazos te llevó,
al lado del Señor te sentó en un lugar reservado,
el que te habías ganado con la bondad de tu alma…
No desesperes, ten calma, es lo que todos me aconsejan,
no se dan cuenta que me alejan de lo que no quiero olvidar,
muy fuerte quisiera gritar cuánto te sigo amando,
si lo que me está faltando es tu presencia a mi lado,
cincuenta años han pasado pero que fue ayer me parece…
Cuando dejaste te besé yo no lo podía creer,
con el tiempo habrías de ser quien me diera cuatro hijos,
y en tus grandes ojos, fijos, la mirada del amor veía
es por eso que hoy quería dedicarte mi sentir,
porque en el momento de partir tenías los ojos cerrados
y no me pude despedir…
y aunque del cielo mires cómo estoy yo y nuestros hijos,
ellos siempre muy prolijos como les supiste enseñar,
pero la mujer que supo dar por nosotros hasta la vida,
no comparte nuestra comida en la mesa ya no está…
Dios te ha llevado al más allá pero algo nos consuela,
no habrá más nada que te duela se habrán curado tus males.
tus preocupaciones reales habrán sido solucionadas,
te rodeará un conjunto de hadas y los Santos te darán paz,
porque allá arriba encontrarás lo que aquí no conseguiste…
Grande tus ojos abriste por última vez en tu vida,
a Ale pediste comida y después yo me despedí,
no te olvidarás de mí yo siempre te recordaré,
y nuestra vida que fué cúmulo de sobresaltos,
ahora ha hecho un alto hasta que Dios vuelva a unirnos…
Lo que no pudimos decirnos al no poder imaginar,
que este mundo habrías de dejar tras el llamado divino,
del Cielo un Ángel vino y en sus brazos te llevó,
al lado del Señor te sentó en un lugar reservado,
el que te habías ganado con la bondad de tu alma…
No desesperes, ten calma, es lo que todos me aconsejan,
no se dan cuenta que me alejan de lo que no quiero olvidar,
muy fuerte quisiera gritar cuánto te sigo amando,
si lo que me está faltando es tu presencia a mi lado,
cincuenta años han pasado pero que fue ayer me parece…
Cuando dejaste te besé yo no lo podía creer,
con el tiempo habrías de ser quien me diera cuatro hijos,
y en tus grandes ojos, fijos, la mirada del amor veía
es por eso que hoy quería dedicarte mi sentir,
porque en el momento de partir tenías los ojos cerrados
y no me pude despedir…
Escribo como soy… y soy lo que siento.
Se preguntarán a quien dedico esto y porqué: Contesto el primer interrogante, esto va en primer lugar para Gerardo que tuvo la genialidad de hacerme conocer (******). Después, como es lógico, para (******), un sitio que en el poco tiempo que llevo registrado – desde el 10-01-2009 – me ha dado la oportunidad de saber cuanto vale - en más ó en menos – lo que escribo. No voy a hacerles perder su precioso tiempo transcribiendo los nicks de quienes han puntualizado y hecho comentarios sobre mi trabajo. Me gustaría nombrarlos a todos porque todos son importantes para mí, quienes opinan a favor, quienes opinan en contra y hasta quien con muy poca altura escribió: Chupame un……- En los casi 40 años que escribo nunca he publicado un libro con mis poesías, y cuando algunos amigos me han preguntado porque no lo hacía siempre contesté lo mismo: Escribo únicamente vivencias que solo interesan a quienes van dedicadas, posiblemente a sus familiares y a algunos amigos que compartimos la reunión cuyo motivo me ha inspirado a escribir… esas cosas no le interesan al público en general principalmente porque no entienden mucho de lo que digo ya que son hechos o circunstancias estrictamente personales. Se da el hecho de que lo que las opiniones de los taringueros son las que por primera vez me hacen ver la realidad, lo que no han logrado los aplausos que recibí cada vez que “decía” mis poesías – no sé recitar – porque todos quienes me escuchan son personas amigas, que en un acto reflejo es posible que choquen una palma con la otra produciendo así el aplauso, pero… habrá habido sinceridad en ello???. Nunca podré saberlo, imagino que en algunos lo habrán hecho porque así lo sentían, pero… y los otros que también aplaudían. Justamente por eso todas las opiniones son importantes, ya que quienes han volcado sus comentarios no tienen ningún compromiso conmigo, no me conocen ni los conozco, lo que les da la gran ventaja de poder ser sinceros. Desde el momento que todos los comentarios son importantes es necesario sepan que como todo humano, mi ser está formado por una mezcla de virtudes y defectos; estos últimos han sido numerosos pero los años han hecho que vaya curándome de algunos, y si hablo de virtudes posiblemente toda mi vida he tenido y tengo tenido una sola: Saber ser agradecido. Para aquellos que me dicen que “mis decires” los han emocionado solo tengo que decirles GRACIAS, no existe otra palabra que en tan pocas letras lleve un mensaje tan importante. Para quien ha escrito: Chupame un ….. le digo que no es necesario que haga más comentarios para que los taringueros que han leído eso seguramente imaginarán que es una licencia poética. Para quienes refutan la calidad de mi poesía quiero recordarles la décima que transcribí en mi primer contacto con (******) y que a fuer de ser reiterativo dice:
Algunos me llaman poeta
pero poeta yo no soy,
por eso te pido hoy
me cambies de apelativo,
a mis versos yo los vivo
escribo con sentimiento,
en lo que digo jamás miento
por eso creo es mejor
que me llames DECIDOR
de las cosas que aquí siento…
Si esto que escribí hace más de treinta años no les dá la exacta idea de que jamás me autocalifiqué como un poeta, solo como alguien que escribe poesías.
Para ser más entendible esto – y si alguien se cansa de leer estas explicaciones le digo que no tengo poder de síntesis – narraré con lo ocurrido cuando escribí lo que por primera vez podría llamarse poesía. Antes de esto solo escribía cuartetas de tinte humorístico donde rimaba nada más que la segunda con la cuarta y narraba las características de quienes competían conmigo al tenis y pelota a paleta. Un buen día – pasaron alrededor de cinco años desde que escribí la primer cuarteta y leía las mismas en los asados con que coronábamos las finales de los torneos – en mi interior hubo como un estallido que yo no sabía de qué se trataba; era una fuerza que me decía que tenía que escribir una verdadera poesía. Como iba a escribir algo serio si no sabía hacerlo y menos aún sobre qué escribir. Hasta que encontré que lo más fácil era encontrarle rima a cosas que había vivido. Así fue como – tardé más de tres meses en terminarla y en el auto llevaba un cuadernito porque como vivía pensando en ello cada vez que paraba, anotaba lo que se presentaba en mi mente – resolví escribir lo que titulé EVOCACIÓN – ahora lo podrán leer también en (******), y que es la historia de cómo nació el Club al que hacen 57 años que concurro y las características de quienes nos representaban cuando yo era un jovencito. Pero lo importante de esto y porqué lo traigo a colación es que el gran interrogante para mí era si lo que estaba escribiendo podría gustar o no a quienes serían mis oyentes. Después del almuerzo despedida de las delegaciones de muchas provincias argentinas, y también de Paraguay y Brasil, yo “dije” mis versos – no sé recitar – y al final el aplauso fue sostenido y largo, pero… no sería que aplaudían porque en aquellas épocas ya llevaba 31 años de socio – hoy son 57 – y lógicamente era una persona muy conocida y llevaba muchos años defendiendo con éxito los colores de la Institución. Pocas horas después de esto, al llegar a mi casa con el resto de mi familia, uno de mis hijos, de solo 15 años en aquellos tiempos me dijo: “Papá, porque en todas las oportunidades que escribías las cuartetas cómicas, quienes participaban del asado lo festejaban con risas, gritaban Sapucai y también aplaudían; sin embargo hoy mientras vos recitabas el silencio era enorme y margen de que te aplaudieron un buen rato me extrañó que la mayoría de los presentes tenía los ojos llorosos”. Eso fue suficiente para que me dé cuenta de que no sé si gustaron “mis decires” por su valor poético, pero lo importante para mí a partir de ese momento y jamás cambiaré, es que lo que escriba llegue al corazón de aquellos a quienes les dedico mis sentimientos. Por eso, a los opinólogos que dicen que después de 40 años de escribir tendría que tener un vocabulario más amplio, de que tendría que usar más o menos comas, y no sé cuantas otras cosas tendría que mejorar les digo: Si hace 30 años he escrito que no me sentía un poeta, y con eso he encabezado mi primer contacto con (******), es decir que sigo manteniendo la misma postura, quiero hacerles saber que nunca he corregido una poesía, porque estoy convencido que cuando las cosas salen del corazón y son corregidas, en esas expresiones no es solo el corazón el que influencia, también lo es la mente y esa no es mi finalidad. No soy de los que se sientan a pensar lo que van a escribir, yo ocupo este método. Resuelvo escribir algo, archivo la idea en el cerebro y llegado un momento, que nunca sé cuando será, me siento a escribir y como dice el Martín Fierro: Me brotan las coplas como agua de manantial. Jamás escribo algo que no sea producto de lo que me dicta el corazón, y el corazón no miente, por eso para esta oportunidad he subrayado: en lo que digo jamás miento.
Los invito a todos los que enviaron comentarios que se tomen el trabajito de leer los que recibí y se darán cuenta que mi poesía ha llegado al corazón de personas que hasta leer esto ni siquiera sabían de mi existencia, eso es lo único que me importa y – modestia aparte – me felicito de haber logrado arrancar lágrimas en alguno de ellos, porque sé que no son lágrimas de tristeza, son lágrimas de emoción. Hacerme conocer esas sensaciones son el mejor regalo que podrían haberme brindado, y para quienes consideran que después de 40 años escribiendo tendría que haber aprendido más, y haber enriquecido mi vocabulario les pregunto si ellos son capaces de arrancar una lágrima, y creo que si lo hacen debe ser a “un cocodrilo” porque como dice el refrán, esas lágrimas son falsas. Les doy mi palabra que cuando escribo no está en mí buscar la perfección en el arte literario cumpliendo con todas las reglas de la versificación, y por eso tampoco he participado nunca de ningún concurso literario. He titulado esto: Escribo como soy… y soy lo que siento, por eso tengan por seguro que no cambiaré mi forma de decir cosas para satisfacer a unos pocos; no pretendo con mi poesía convertirme en el Premio Nóbel de Literatura, pretendo ganarme un lugarcito donde está Porota porque sé que esas lágrimas que he conseguido arrancar vienen acompañadas de una enorme e irrefrenable cantidad de energía positiva. Si Dios continúa dándome vida y la fuerza interior con la que soy el palenque de mis hijos – la menor tiene 42 años – aunque ellos creen que es al revés, pero no se dan cuenta que su fortaleza aumenta cuando me ven fuerte a mí. Palabras especiales van para Cita Suizaid del que estoy absolutamente seguro que tiene tanta capacidad que, como dice: “con un solo año de escribir poesía y estudiando un poco te hago un poema que se te frunce, etc.etc.”, reitero, estoy absolutamente seguro que conseguirá arrancar lágrimas… de risa. Al comenzar a recibir comentarios me senté a contestarlos pensando que podría cumplir con todos para agradecer por los mismos, pero después de Esperame amor me doy cuenta que es imposible por la cantidad. Mañana viernes 27 viajo a Buenos Aires para ver a mis hijos y nietos que viven en esa, y tratar de sacar adelante mi libro. Me agradaría contactarme con todos, pero por mail o quizás por MSN, y si en una de esas usan cámara web podremos chatear viéndonos y hablando en vivo y en directo. Para que sepan verdaderamente porque agradezco todos los comentarios, los que están a favor y los en contra, cuando Dios se llevó a Porota, y teniendo 5 hijos que van desde los 51 hasta los 42 años, y nietos desde 24 hasta 3 añitos, sabía que debo seguir viviendo por ellos, pero la problemática era la pregunta, en ese momento sin respuesta, de que haría de mi vida. Aunque les parezca raro, vuestros comentarios han traído una luz para encontrar solución a como continuar, porque lo último que deseaba era sentarme en la puerta de mi casa a mirar cómo el mundo continúa dando vueltas, total con mi pequeña jubilación y la pensión que me dejó Porota podría vivir sin lujos pero tranquilo. NO!!!, NO!!! y NO!!!. Cómo no agradecer vuestros comentarios si en ellos encontré el lei motiv de mi futuro, por eso les hago saber que durante más de 20 años he sido viajante de las más importantes editoriales argentinas, españolas y mexicanas. Con mi maleta cargada de libros y de ilusiones he recorrido el país entre La Quiaca y Esquel visitando casas de familia, oficinas públicas, Instituciones de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, también escuelas de más de 200 docentes, ubicadas en floridas avenidas en importantes ciudades, pero lo más importante y lo que más enseñanzas me ha dejado es la visita que hice a escuelas de solo dos o tres maestras/os, y también de personal único, con edificios formados nada más que por un salón que hacía de aula, dormitorio y cocina, a la que concurrían chicos que para llegar a veces caminaban más de 5 Km., estas escuelas estaban ubicadas en la selva Misionera y en los montes de Formosa, al igual que en otras provincias, como escondiendo la vergüenza de ser pobres. Esos chicos concurrían con el convencimiento de que volverían a sus casas habiendo aprendido algo más ese día; y los docentes varones que al verlos cuando izaban la bandera lo hacían con tanto orgullo que me parecía que estaban vestidos de frack, y las maestras tenía la sensación de que vestían largos trajes de noche, sin embargo solo adornaban la pobreza del lugar con el guardapolvo blanco, gastado pero siempre limpio. En cuando solucione algunas cositas que están pendientes volveré a salir a las rutas para visitar esas escuelas que en Septiembre de 1979 dejé de hacerlo – fue cuando enfermó Porota y me ví obligado a dejar de viajar – y ahora, con mi libro, que titulé “Diccionario de la Rima” abrazaré de nuevo la profesión que es la que más satisfacciones me ha dado en la vida. Si quieren conocer el contenido de mi obra vean la dirección de la página web donde he consignado mi perfil.
Gracias a todos.
Algunos me llaman poeta
pero poeta yo no soy,
por eso te pido hoy
me cambies de apelativo,
a mis versos yo los vivo
escribo con sentimiento,
en lo que digo jamás miento
por eso creo es mejor
que me llames DECIDOR
de las cosas que aquí siento…
Si esto que escribí hace más de treinta años no les dá la exacta idea de que jamás me autocalifiqué como un poeta, solo como alguien que escribe poesías.
Para ser más entendible esto – y si alguien se cansa de leer estas explicaciones le digo que no tengo poder de síntesis – narraré con lo ocurrido cuando escribí lo que por primera vez podría llamarse poesía. Antes de esto solo escribía cuartetas de tinte humorístico donde rimaba nada más que la segunda con la cuarta y narraba las características de quienes competían conmigo al tenis y pelota a paleta. Un buen día – pasaron alrededor de cinco años desde que escribí la primer cuarteta y leía las mismas en los asados con que coronábamos las finales de los torneos – en mi interior hubo como un estallido que yo no sabía de qué se trataba; era una fuerza que me decía que tenía que escribir una verdadera poesía. Como iba a escribir algo serio si no sabía hacerlo y menos aún sobre qué escribir. Hasta que encontré que lo más fácil era encontrarle rima a cosas que había vivido. Así fue como – tardé más de tres meses en terminarla y en el auto llevaba un cuadernito porque como vivía pensando en ello cada vez que paraba, anotaba lo que se presentaba en mi mente – resolví escribir lo que titulé EVOCACIÓN – ahora lo podrán leer también en (******), y que es la historia de cómo nació el Club al que hacen 57 años que concurro y las características de quienes nos representaban cuando yo era un jovencito. Pero lo importante de esto y porqué lo traigo a colación es que el gran interrogante para mí era si lo que estaba escribiendo podría gustar o no a quienes serían mis oyentes. Después del almuerzo despedida de las delegaciones de muchas provincias argentinas, y también de Paraguay y Brasil, yo “dije” mis versos – no sé recitar – y al final el aplauso fue sostenido y largo, pero… no sería que aplaudían porque en aquellas épocas ya llevaba 31 años de socio – hoy son 57 – y lógicamente era una persona muy conocida y llevaba muchos años defendiendo con éxito los colores de la Institución. Pocas horas después de esto, al llegar a mi casa con el resto de mi familia, uno de mis hijos, de solo 15 años en aquellos tiempos me dijo: “Papá, porque en todas las oportunidades que escribías las cuartetas cómicas, quienes participaban del asado lo festejaban con risas, gritaban Sapucai y también aplaudían; sin embargo hoy mientras vos recitabas el silencio era enorme y margen de que te aplaudieron un buen rato me extrañó que la mayoría de los presentes tenía los ojos llorosos”. Eso fue suficiente para que me dé cuenta de que no sé si gustaron “mis decires” por su valor poético, pero lo importante para mí a partir de ese momento y jamás cambiaré, es que lo que escriba llegue al corazón de aquellos a quienes les dedico mis sentimientos. Por eso, a los opinólogos que dicen que después de 40 años de escribir tendría que tener un vocabulario más amplio, de que tendría que usar más o menos comas, y no sé cuantas otras cosas tendría que mejorar les digo: Si hace 30 años he escrito que no me sentía un poeta, y con eso he encabezado mi primer contacto con (******), es decir que sigo manteniendo la misma postura, quiero hacerles saber que nunca he corregido una poesía, porque estoy convencido que cuando las cosas salen del corazón y son corregidas, en esas expresiones no es solo el corazón el que influencia, también lo es la mente y esa no es mi finalidad. No soy de los que se sientan a pensar lo que van a escribir, yo ocupo este método. Resuelvo escribir algo, archivo la idea en el cerebro y llegado un momento, que nunca sé cuando será, me siento a escribir y como dice el Martín Fierro: Me brotan las coplas como agua de manantial. Jamás escribo algo que no sea producto de lo que me dicta el corazón, y el corazón no miente, por eso para esta oportunidad he subrayado: en lo que digo jamás miento.
Los invito a todos los que enviaron comentarios que se tomen el trabajito de leer los que recibí y se darán cuenta que mi poesía ha llegado al corazón de personas que hasta leer esto ni siquiera sabían de mi existencia, eso es lo único que me importa y – modestia aparte – me felicito de haber logrado arrancar lágrimas en alguno de ellos, porque sé que no son lágrimas de tristeza, son lágrimas de emoción. Hacerme conocer esas sensaciones son el mejor regalo que podrían haberme brindado, y para quienes consideran que después de 40 años escribiendo tendría que haber aprendido más, y haber enriquecido mi vocabulario les pregunto si ellos son capaces de arrancar una lágrima, y creo que si lo hacen debe ser a “un cocodrilo” porque como dice el refrán, esas lágrimas son falsas. Les doy mi palabra que cuando escribo no está en mí buscar la perfección en el arte literario cumpliendo con todas las reglas de la versificación, y por eso tampoco he participado nunca de ningún concurso literario. He titulado esto: Escribo como soy… y soy lo que siento, por eso tengan por seguro que no cambiaré mi forma de decir cosas para satisfacer a unos pocos; no pretendo con mi poesía convertirme en el Premio Nóbel de Literatura, pretendo ganarme un lugarcito donde está Porota porque sé que esas lágrimas que he conseguido arrancar vienen acompañadas de una enorme e irrefrenable cantidad de energía positiva. Si Dios continúa dándome vida y la fuerza interior con la que soy el palenque de mis hijos – la menor tiene 42 años – aunque ellos creen que es al revés, pero no se dan cuenta que su fortaleza aumenta cuando me ven fuerte a mí. Palabras especiales van para Cita Suizaid del que estoy absolutamente seguro que tiene tanta capacidad que, como dice: “con un solo año de escribir poesía y estudiando un poco te hago un poema que se te frunce, etc.etc.”, reitero, estoy absolutamente seguro que conseguirá arrancar lágrimas… de risa. Al comenzar a recibir comentarios me senté a contestarlos pensando que podría cumplir con todos para agradecer por los mismos, pero después de Esperame amor me doy cuenta que es imposible por la cantidad. Mañana viernes 27 viajo a Buenos Aires para ver a mis hijos y nietos que viven en esa, y tratar de sacar adelante mi libro. Me agradaría contactarme con todos, pero por mail o quizás por MSN, y si en una de esas usan cámara web podremos chatear viéndonos y hablando en vivo y en directo. Para que sepan verdaderamente porque agradezco todos los comentarios, los que están a favor y los en contra, cuando Dios se llevó a Porota, y teniendo 5 hijos que van desde los 51 hasta los 42 años, y nietos desde 24 hasta 3 añitos, sabía que debo seguir viviendo por ellos, pero la problemática era la pregunta, en ese momento sin respuesta, de que haría de mi vida. Aunque les parezca raro, vuestros comentarios han traído una luz para encontrar solución a como continuar, porque lo último que deseaba era sentarme en la puerta de mi casa a mirar cómo el mundo continúa dando vueltas, total con mi pequeña jubilación y la pensión que me dejó Porota podría vivir sin lujos pero tranquilo. NO!!!, NO!!! y NO!!!. Cómo no agradecer vuestros comentarios si en ellos encontré el lei motiv de mi futuro, por eso les hago saber que durante más de 20 años he sido viajante de las más importantes editoriales argentinas, españolas y mexicanas. Con mi maleta cargada de libros y de ilusiones he recorrido el país entre La Quiaca y Esquel visitando casas de familia, oficinas públicas, Instituciones de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, también escuelas de más de 200 docentes, ubicadas en floridas avenidas en importantes ciudades, pero lo más importante y lo que más enseñanzas me ha dejado es la visita que hice a escuelas de solo dos o tres maestras/os, y también de personal único, con edificios formados nada más que por un salón que hacía de aula, dormitorio y cocina, a la que concurrían chicos que para llegar a veces caminaban más de 5 Km., estas escuelas estaban ubicadas en la selva Misionera y en los montes de Formosa, al igual que en otras provincias, como escondiendo la vergüenza de ser pobres. Esos chicos concurrían con el convencimiento de que volverían a sus casas habiendo aprendido algo más ese día; y los docentes varones que al verlos cuando izaban la bandera lo hacían con tanto orgullo que me parecía que estaban vestidos de frack, y las maestras tenía la sensación de que vestían largos trajes de noche, sin embargo solo adornaban la pobreza del lugar con el guardapolvo blanco, gastado pero siempre limpio. En cuando solucione algunas cositas que están pendientes volveré a salir a las rutas para visitar esas escuelas que en Septiembre de 1979 dejé de hacerlo – fue cuando enfermó Porota y me ví obligado a dejar de viajar – y ahora, con mi libro, que titulé “Diccionario de la Rima” abrazaré de nuevo la profesión que es la que más satisfacciones me ha dado en la vida. Si quieren conocer el contenido de mi obra vean la dirección de la página web donde he consignado mi perfil.
Gracias a todos.
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DIGAMOS NO ALA TANDA DE CRAPS
stupids