l2 gz pj del mes de enero





Historia
"Provengo de la ciudad élfica Valinor, cerca del continente de Faerün, ciudad gobernada por la Valier, Diosa de la región. Desciendo del noble apellido Piedrasangrienta, un antiguo linaje de Damas nobles, quienes cumplen funciones en el Palacio de las Artes Invisibles, en la gran ciudad élfica. Mi madre, Istarwën, es cartógrafa y de ella he aprendido el arte de la escritura de mapas.

Para ascender al cargo de Dama de Valinor, mi madre me envió a Aden... a estudiar la hechicería del poderoso elemento "auga". Debía convertirme en una Cantante de Hechizos y regresar a mi continente para culminar el período de entrenamiento como Dama... pero desde mi llegada a Aden las cosas fueron completamente diferentes a lo planeadas... he aquí mi historia, en el extraño continente:

Cuando llegué a la ciudad para jóvenes elfos, no conocía yo los delincuentes, ni los asesinos, ni mucho menos los estafadores... todo eso me fue por primera vez experimentado en estas tierras. Recuerdo que no existía tal justicia divina como ahora. Aún los Dioses se encontraban en guerra y no prestaban atención a nimidades de mortales. Fue así como por primera vez en mi vida, asesiné a alguien... una elfa que había robado el arco de mi prometido Aasimar, quien resultara asesinado, meses después, por bandidos de la ciudad de Gludio.

Luego de la muerte de Aasimar, vagué por las tierras de Aden explorando nuevos lugares... donde sólo me encontré con más y más gente extraña. En muchas de esas excurciones, conocí lo que para mí, aún son próceres en mi educación Adeniense... gente como xxSolitaxx, Yamsha, Luismartin, Ichigo87, Meldwen y Medea... grandes guerreros y magas que me ayudaron cuando lo necesité. Algunos, el día de hoy, aún recuerdan como yo, aquellas bellas épocas de inocencia y despreocupación.

Las imágenes llegan a raudales a mi mente... la poderosa fuerza de IronFist se estaba viendo reducida por el gran número de guerreros Mirage. Eran tiempos de cambio para todos... No excluyéndome, pues, los vientos traían un nuevo aire... creí que nunca volvería a encontrar a nadie a quien amar... pero la Diosa del destino juega mucho con su ruleta del azar, haciendo que en mi camino se cruce un hechicero humano de nombre Raistlinn... extranjero también. La magia fluía entre nosotros cada vez que nos veíamos. Antagónicos como frío y el calor, nos complementábamos como el agua y el fuego.

Crecí explorando e investigando cuanto nuevo lugar encontraba. Fue así como conocí el primer clan al que pertenecí. Los prestigiosos Avatares... aún recuerdo los nervios al momento de ejecutar la misión para ingresar... debía acabar con la bestia de la locura cerca del altar de los Ritos en la ciudad de los jóvenes elfos drow... Aric, el enano, prescenció la matanza del esbirro, haciéndome jurar, luego, bajo el nombre Avatar y otorgándome el anillo de membresía.

Pertenecer a la reconocida Torre Avatar, me significó poder ahondarme aún mas entre las diferentes escuderías de Aden. Permitiéndome conocer y formar amistad con quienes hoy me significan mis hermanas elfas, Guardianas de Elmore y por siempre compañeras de aventuras: Isilwen y 7ceci7.

Durante mucho tiempo hice amigos y enemigos. Quizás algunos se acuerden... verme corretear cerca del valle dracónico, contando la terrible historia del Guardia Belton, quien perdió su familia una noche de invierno, cuando Antharas atacó la ciudad de Giran. Recuerdo haberme declarado abiertamente, enemiga de una humana que profesaba el arte de la daga. Así como tambien reconocer una hermandad con Cziczarkko y Bloodinesses; mi hermana Humana y Drow, respectivamente. Solía regresar de tanto en tanto a la Villa élfica y acompañar en sus primeros pasos o en los exámenes a los más jovenes, como había sido acompañada yo por quienes antes he mencionado...

Sin embargo, esos tiempos cambiaron, y a medida que crecíamos como clan, nuestras prioridades se iban modificando. Los lugares de caza rotaban y cambiaban por zonas más complicadas y a su vez, más concurridas... fue así como comenzaron varios conflictos con otras cofradías. Recuerdo como si fuera ayer... un incidente en la torre cruma, en el segundo piso... una enana intentó asesinar a Raistlinn, dejando como resultado una declaración de guerra entre nuestras escuderías. La lidereza de la cofradía CRIOLLOS, ya había atacado a Gronka, el orco destructor Avatar y nuestras armas ya se habían teñido de sangre en aquella oportunidad.

La guerra fue muy dura. No estábamos acostumbrados a blandir nuestras armas contra pares de nuestras razas... mas era menester mantenernos de pie y defender nuestro emblema, así como a nuestros hermanos de armas. Fue entonces cuando mis ojos percibieron la cantidad de personas que se involucraron para defendernos... muchos clanes y muchos amigos de forma independiente, arriesgaron sus vidas por las nuestras. Recuerdo claramente, las manos de Valnir y Falakata manchadas de sangre tras asesinar a varios Criollos en las puertas de Dion; a S7uk4 huyendo de la guardia de la ciudad por dar muerte a un enemigo.

Aquella guerra nos unió mucho con quienes fueran, luego, nuestros aliados en Avalon: McLaw, Nebula, ElmoreGuardians, KLBA, ForgottenTemplars y Avatares.

Claro está, que la felicidad nunca fue vasta para mí y todo aquello que por fin parecía ser perfecto, se desmoronó. Para mal de mi sangre, Raistlinn y yo, nos desposamos en la cascada angelical, al este de la villa de los cazadores. Ahora ya no era digna de mi linaje noble, abandoné mi lugar en Valinor para persistir en Aden junto a mis amigos y mi amado esposo.

La maldición no se hizo esperar. Pronto todo aquello que nos había unido, fue desapareciendo paulatinamente. Primero Avalon se disolvió y luego la Gran Torre Avatar dejó de ser mi hogar.
Fueron tiempos muy duros y de gran tristeza, pues... sólo vivía de los recuerdos. Había regresado a la Villa élfica para recordar días de felicidad allí. Incluso se había encontrado varias veces ya con quienes fueran torpes aprendices antaño, ahora grandes héroes de Aden. Finalmente había decidido abandonar el Gran Continente y regresar a Valinor... aunque ya perdida de mi título de noble, deseaba regresar con mi familia ya que, quienes lo fueron una vez en Aden, habían dejado de serlo. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga... y la Diosa Eva extendió su mano para abrazarme y devolverme algo de felicidad. Abrió mis ojos con un hechizo, otorgándome el poder de ver más allá del mal que yo pudiera haber provocado, haciéndome notar que aún había gente que confiaba en mí, que esperaban por mí, que siempre estuvieron y quizás nunca los noté.

Debo agradecer a quienes hoy me acompañan. Quienes me acompañaron cuando decidí irme, para no dejarme sola. Aquellos que me alzaron cuando ya no quise caminar. Mis actuales compañeros de escudería, a los grandiosos Defensores de la Fe: LuKard0, Aluen, Cziczarkko, Nemea, Araielle, Sviwel, Elnmister, Markokrako, Cataqclismo, Joek, Defias, Draconik, MaverickSauron, Jinuxi y Narelita.

Un nuevo camino aparecó frente a mí. Un camino aún no transitado... pero que sin lugar a dudas, llevaba a algún lugar. Aún estoy recorriéndolo el día de hoy, junto a grandes personas que puedo atreverme a llamar mis amigos.


soy nuevo este el pj del mes de enero del l2gz