Los CDs modernos suenan mal
Interesante explicación: Por qué los CDs modernos suenan mal acompañada de un vídeo muy gráfico y audio demostrativo
Por qué los CDs modernos suenan mal?
Según tu capacidad auditiva y el nivel de “entrenamiento” de tu oído, es posible que hayas observado que no todos los CDs originales suenan bien. Esto puede suceder por varios motivos, pero desde el 2006, aproximadamente, la baja calidad se ha acentuado especialmente en casi todos los CDs modernos de música tipo más comercial (pop, rock, etc.).
Esto se conoce como Loudness War (algo así como “Guerra del Volumen." )
Es un problema causado intencionadamente en el proceso de masterización, donde se sacrifica la calidad en pro de un mayor volumen de grabación. Las grandes compañías discográficas son quienes más lo hacen, es una cuestión de marketing.
La masterización es el proceso en el que se ajusta el resultado final, aplicando a cada fuente de sonido (instrumentos, voces) las correcciones y efectos necesarios para obtener el mejor resultado. A la mezcla total también se le puede aplicar los efectos que sean necesarios.
Nótese que hablo de diferencias entre CDs, y no entre CDs y otro tipo de soporte como puede ser el vinilo. Esa es una discusión aparte.
Este vídeo explica de una forma bastante clara el proceso, con audio incluido:
[enlace]
Qué muestra el vídeo:
Lo que se puede ver en la primera imagen es la representación en digital de una pista de audio perteneciente a un CD de 1989. Aproximadamente en el centro de la imagen se pueden ver dos grandes picos muy juntos que corresponden a la caja de percusión (snare drum). Escucha cómo suena.
En la masterización de la que hablamos, como esos picos ya alcanzan el volumen máximo que el CD permite (eje vertical del gráfico), para aumentar aún más el volumen de la grabación es necesario aplicar más amplificación a los valles y menos a los picos. Eso es lo que pretende representar las líneas horizontales que aparecen en el vídeo “estirando” parte de la forma de onda y acercándola al límite cuanto se pueda.
El gráfico resultante es típico de un disco editado más recientemente. De nuevo puedes escuchar como queda el resultado. Definitivamente suena más fuerte, y parece tener buena calidad…
Así es como compras el disco.
Para comprobar gráficamente cómo ha quedado, lo que ves a continuación en el vídeo es el equivalente a ajustar el volumen en casa a un nivel “normal”, concretamente al mismo que estaba el original.
Desgraciadamente, ese tratamiento probablemente haya cambiado el sonido. Lo que se ha perdido aparece superpuesto en rojo en el vídeo: Parte de los golpes de batería y otros sonidos de alto volumen dentro del conjunto del tema musical, que precisamente son una característica esencial del sonido de cada instrumento -y por consiguiente también de la suma de todos ellos-.
¿Cómo se percibe el cambio? Ahora puedes escuchar cómo ha quedado, y a continuación escucharás de nuevo el original, sin tratamiento. Escucha varias veces estas dos últimas versiones de la muestra si es necesario, para apreciar mejor la diferencia.
No sólo es bastante apreciable la pérdida en la fuerza de la percusión, sino que se ha perdido lo que el autor del vídeo llama “feeling”: La muestra original se percibe más nítida y “viva” que la procesada.
Un poco más a fondo:
Este efecto se conoce como compresión de rango dinámico. Si simplemente amplificásemos todo, los picos quedarían recortados (fuera del máximo) y la música se escucharía terriblemente mal. Esto es lo que generalmente sucede cuando se sube a tope el volumen de un equipo musical, es decir, como los picos exceden la capacidad del amplificador o la de los altavoces, esos picos no se alcanzan, así que lo que escuchamos es una versión distorsionada de la grabación, cosa a la que llamamos distorsión por recorte de picos. En realidad ocurren más cosas, pero ésta es una de las más notables.
Para evitar este recorte se aplica un compresor/limitador de rango dinámico. Este efecto se utiliza a menudo para corregir problemas en la mezcla y grabación, amplificación, difusión de audio, etc., y el resultado se percibe como un aumento general del volumen. A veces es necesario por cuestiones de efectividad, como por ejemplo en los conciertos en directo.
Con esto se “aplana” la totalidad de la grabación a cambio de algo más de volumen. Como decía, lo que hace es aplicar más amplificación a los valles y menos a los picos.
Comprimir el rango dinámico significa exactamente eso: “Aplanar” o “suavizar” la diferencia entre picos y valles de la compleja forma de onda final, lo que generalmente implica una modificación audible del sonido, alejándolo del original (menor fidelidad).
Una grabación en CD es una fuente de audio que debería ser lo más pura posible, y que cada cual luego podrá ecualizar a su gusto si lo desea. No hay ningún motivo práctico para sacrificar la calidad (o al menos para hacerlo hasta ese punto), pero las discográficas quieren que los discos suenen bien fuerte.
Es importante conocer esto porque las discográficas suelen hablar de la calidad del CD a la hora de defender el formato, pero mientras tanto empeoran la calidad de lo que graban en dicho formato. A menudo, las nuevas remasterizaciones están encaminadas a aplicar este Loudness War más que a mejorar realmente el sonido.
A los CDs de música clásica no se les suele aplicar esta compresión de rango dinámico porque en este tipo de música se busca precisamente apreciar la pureza. Sin embargo, un disco reciente de rock o pop probablemente esté masterizado de esta forma.
Aclarando conceptos:
Hay tres cosas que no se deben confundir con la compresión de rango dinámico y la Loudness War:
La “normalización”. Ésta sólo consiste en buscar el pico más alto a lo largo de un segmento (una canción por ejemplo) y hallar cuánto se puede modificar el volumen sin sobrepasar el límite, pero el índice de amplificación es fijo, por lo que no se produce distorsión alguna de la forma de onda.
La “compresión de archivos o streams de audio”. Este es un proceso encargado de reducir el tamaño de la información digital necesaria para archivar o transmitir audio, produciendo pérdidas o no según el método utilizado.
El control automático “Loudness”. A bajo volumen, el oído humano es menos sensible a las sonidos graves y a los agudos que a volumen alto. Este control se encarga de compensar esa diferencia potenciando esos graves y agudos de forma inversamente proporcional al volumen. Es decir, a bajo volumen el refuerzo es intenso, y conforme subimos el volumen dicho refuerzo va disminuyendo.
Corolario:
Probablemente habrá algunos CDs modernos que suenen bien, pero al parecer es todo lo contrario, curiosamente debido a las Guerras por el Volumen (Loudness Wars) que no dejan de ser una cuestión de márketing descarriado – que proviene de la época de las guerras de audiencia de las emisoras de FM. La música parece que suena mejor, pero simplemente suena más alta. Debido a las manipulaciones digitales, detalles como la nitidez y viveza se pierden (lo que algunos llaman feeling) o pasan desapercibidos. Este efecto es similar al que se observa en el sonido de los comerciales en televisión, que intentan parecer estar «más altos» que los demás y que la propia emisión, simplemente para llamar más la atención. Añádase a eso que mucha gente luego escucha en equipos de alta fidelidad o iPods un audio original comprimido después de haber sido convertido a MP3s a 96 ó 128 Kbps (con la consiguiente pérdida de información y calidad) y se verá lo paradójico de la situación: cada vez tenemos mejores equipos de música pero escuchamos música con menos calidad.
También se puede pensar que tal vez el concepto «reconocer la calidad» esté sobrevalorado. Por poner un ejemplo: la calidad de imagen de los vídeos de YouTube es cercana a «la peor posible» debido a que utilizan una compresión de imágenes muy alta y las fuentes originales suelen ser bastante precarias (webcams, teléfonos móviles, viejas grabaciones desde vídeo) pero paradójicamente… al público parece darle exactamente igual (prima la velocidad e inmediatez frente a la calidad).
Somos unos seres curiosos: al final por razones inexplicables acabamos viendo en pantallas de plasma de 42" y alta definición películas con menos píxeles que una estampilla y escuchando sonido que habría sido considerado pobre hasta en la era de los discos de vinilo.
http://leasbit.blogspot.com/2007/06/por-qu-los-cds-modernos-suenan-mal.html
Por qué los CDs modernos suenan mal?
Según tu capacidad auditiva y el nivel de “entrenamiento” de tu oído, es posible que hayas observado que no todos los CDs originales suenan bien. Esto puede suceder por varios motivos, pero desde el 2006, aproximadamente, la baja calidad se ha acentuado especialmente en casi todos los CDs modernos de música tipo más comercial (pop, rock, etc.).
Esto se conoce como Loudness War (algo así como “Guerra del Volumen." )
Es un problema causado intencionadamente en el proceso de masterización, donde se sacrifica la calidad en pro de un mayor volumen de grabación. Las grandes compañías discográficas son quienes más lo hacen, es una cuestión de marketing.
La masterización es el proceso en el que se ajusta el resultado final, aplicando a cada fuente de sonido (instrumentos, voces) las correcciones y efectos necesarios para obtener el mejor resultado. A la mezcla total también se le puede aplicar los efectos que sean necesarios.
Nótese que hablo de diferencias entre CDs, y no entre CDs y otro tipo de soporte como puede ser el vinilo. Esa es una discusión aparte.
Este vídeo explica de una forma bastante clara el proceso, con audio incluido:
[enlace]
Qué muestra el vídeo:
Lo que se puede ver en la primera imagen es la representación en digital de una pista de audio perteneciente a un CD de 1989. Aproximadamente en el centro de la imagen se pueden ver dos grandes picos muy juntos que corresponden a la caja de percusión (snare drum). Escucha cómo suena.
En la masterización de la que hablamos, como esos picos ya alcanzan el volumen máximo que el CD permite (eje vertical del gráfico), para aumentar aún más el volumen de la grabación es necesario aplicar más amplificación a los valles y menos a los picos. Eso es lo que pretende representar las líneas horizontales que aparecen en el vídeo “estirando” parte de la forma de onda y acercándola al límite cuanto se pueda.
El gráfico resultante es típico de un disco editado más recientemente. De nuevo puedes escuchar como queda el resultado. Definitivamente suena más fuerte, y parece tener buena calidad…
Así es como compras el disco.
Para comprobar gráficamente cómo ha quedado, lo que ves a continuación en el vídeo es el equivalente a ajustar el volumen en casa a un nivel “normal”, concretamente al mismo que estaba el original.
Desgraciadamente, ese tratamiento probablemente haya cambiado el sonido. Lo que se ha perdido aparece superpuesto en rojo en el vídeo: Parte de los golpes de batería y otros sonidos de alto volumen dentro del conjunto del tema musical, que precisamente son una característica esencial del sonido de cada instrumento -y por consiguiente también de la suma de todos ellos-.
¿Cómo se percibe el cambio? Ahora puedes escuchar cómo ha quedado, y a continuación escucharás de nuevo el original, sin tratamiento. Escucha varias veces estas dos últimas versiones de la muestra si es necesario, para apreciar mejor la diferencia.
No sólo es bastante apreciable la pérdida en la fuerza de la percusión, sino que se ha perdido lo que el autor del vídeo llama “feeling”: La muestra original se percibe más nítida y “viva” que la procesada.
Un poco más a fondo:
Este efecto se conoce como compresión de rango dinámico. Si simplemente amplificásemos todo, los picos quedarían recortados (fuera del máximo) y la música se escucharía terriblemente mal. Esto es lo que generalmente sucede cuando se sube a tope el volumen de un equipo musical, es decir, como los picos exceden la capacidad del amplificador o la de los altavoces, esos picos no se alcanzan, así que lo que escuchamos es una versión distorsionada de la grabación, cosa a la que llamamos distorsión por recorte de picos. En realidad ocurren más cosas, pero ésta es una de las más notables.
Para evitar este recorte se aplica un compresor/limitador de rango dinámico. Este efecto se utiliza a menudo para corregir problemas en la mezcla y grabación, amplificación, difusión de audio, etc., y el resultado se percibe como un aumento general del volumen. A veces es necesario por cuestiones de efectividad, como por ejemplo en los conciertos en directo.
Con esto se “aplana” la totalidad de la grabación a cambio de algo más de volumen. Como decía, lo que hace es aplicar más amplificación a los valles y menos a los picos.
Comprimir el rango dinámico significa exactamente eso: “Aplanar” o “suavizar” la diferencia entre picos y valles de la compleja forma de onda final, lo que generalmente implica una modificación audible del sonido, alejándolo del original (menor fidelidad).
Una grabación en CD es una fuente de audio que debería ser lo más pura posible, y que cada cual luego podrá ecualizar a su gusto si lo desea. No hay ningún motivo práctico para sacrificar la calidad (o al menos para hacerlo hasta ese punto), pero las discográficas quieren que los discos suenen bien fuerte.
Es importante conocer esto porque las discográficas suelen hablar de la calidad del CD a la hora de defender el formato, pero mientras tanto empeoran la calidad de lo que graban en dicho formato. A menudo, las nuevas remasterizaciones están encaminadas a aplicar este Loudness War más que a mejorar realmente el sonido.
A los CDs de música clásica no se les suele aplicar esta compresión de rango dinámico porque en este tipo de música se busca precisamente apreciar la pureza. Sin embargo, un disco reciente de rock o pop probablemente esté masterizado de esta forma.
Aclarando conceptos:
Hay tres cosas que no se deben confundir con la compresión de rango dinámico y la Loudness War:
La “normalización”. Ésta sólo consiste en buscar el pico más alto a lo largo de un segmento (una canción por ejemplo) y hallar cuánto se puede modificar el volumen sin sobrepasar el límite, pero el índice de amplificación es fijo, por lo que no se produce distorsión alguna de la forma de onda.
La “compresión de archivos o streams de audio”. Este es un proceso encargado de reducir el tamaño de la información digital necesaria para archivar o transmitir audio, produciendo pérdidas o no según el método utilizado.
El control automático “Loudness”. A bajo volumen, el oído humano es menos sensible a las sonidos graves y a los agudos que a volumen alto. Este control se encarga de compensar esa diferencia potenciando esos graves y agudos de forma inversamente proporcional al volumen. Es decir, a bajo volumen el refuerzo es intenso, y conforme subimos el volumen dicho refuerzo va disminuyendo.
Corolario:
Probablemente habrá algunos CDs modernos que suenen bien, pero al parecer es todo lo contrario, curiosamente debido a las Guerras por el Volumen (Loudness Wars) que no dejan de ser una cuestión de márketing descarriado – que proviene de la época de las guerras de audiencia de las emisoras de FM. La música parece que suena mejor, pero simplemente suena más alta. Debido a las manipulaciones digitales, detalles como la nitidez y viveza se pierden (lo que algunos llaman feeling) o pasan desapercibidos. Este efecto es similar al que se observa en el sonido de los comerciales en televisión, que intentan parecer estar «más altos» que los demás y que la propia emisión, simplemente para llamar más la atención. Añádase a eso que mucha gente luego escucha en equipos de alta fidelidad o iPods un audio original comprimido después de haber sido convertido a MP3s a 96 ó 128 Kbps (con la consiguiente pérdida de información y calidad) y se verá lo paradójico de la situación: cada vez tenemos mejores equipos de música pero escuchamos música con menos calidad.
También se puede pensar que tal vez el concepto «reconocer la calidad» esté sobrevalorado. Por poner un ejemplo: la calidad de imagen de los vídeos de YouTube es cercana a «la peor posible» debido a que utilizan una compresión de imágenes muy alta y las fuentes originales suelen ser bastante precarias (webcams, teléfonos móviles, viejas grabaciones desde vídeo) pero paradójicamente… al público parece darle exactamente igual (prima la velocidad e inmediatez frente a la calidad).
Somos unos seres curiosos: al final por razones inexplicables acabamos viendo en pantallas de plasma de 42" y alta definición películas con menos píxeles que una estampilla y escuchando sonido que habría sido considerado pobre hasta en la era de los discos de vinilo.
http://leasbit.blogspot.com/2007/06/por-qu-los-cds-modernos-suenan-mal.html
4 Comentarios
Idem :P