Los muertos gritan de espanto- Ada Coretti
"
Ada Coretti
Relato · Terror
Tengo miedo a morir asesinada —le tembló la voz—. Mucho miedo… Esto me hace vivir con el alma en un hilo… —¿A morir asesinada? —Richard no pudo tomárselo en serio—. Pero ¿quién va a querer asesinarte a ti? Y la sorprendente respuesta fue: —Algún muerto. —¿Cómo? —Se había quedado perplejo—. ¿Qué has dicho? Creo que no he terminado de entenderte. —Sí, me has entendido perfectamente. He dicho algún muerto. —Pero ¿desde cuándo los muertos matan? —A pesar suyo, Richard se removió, incómodo, en el asiento—. Los muertos ya no tienen vida, y permanecen quietos y silenciosos por toda la eternidad. —Te equivocas, Richard. Yo puedo asegurarte que no todos los muertos se resignan con su suerte y que algunos se rebelan y gritan… —¿Gritan? —inquirió—. ¡Tía Carol, que tú nunca has estado mal de la cabeza! No vayas a decepcionarme a estas alturas. —Sí, gritan —necesitó un nuevo trago de «whisky»—. Y yo por las noches les oigo… Llegan sus voces desde el cementerio. A veces, son voces simplemente quejosas o doloridas. Otras veces es peor, gritan de espanto.
""""
""""""
""""""[/B][/CENTER]"
Ada Coretti
Relato · Terror
Tengo miedo a morir asesinada —le tembló la voz—. Mucho miedo… Esto me hace vivir con el alma en un hilo… —¿A morir asesinada? —Richard no pudo tomárselo en serio—. Pero ¿quién va a querer asesinarte a ti? Y la sorprendente respuesta fue: —Algún muerto. —¿Cómo? —Se había quedado perplejo—. ¿Qué has dicho? Creo que no he terminado de entenderte. —Sí, me has entendido perfectamente. He dicho algún muerto. —Pero ¿desde cuándo los muertos matan? —A pesar suyo, Richard se removió, incómodo, en el asiento—. Los muertos ya no tienen vida, y permanecen quietos y silenciosos por toda la eternidad. —Te equivocas, Richard. Yo puedo asegurarte que no todos los muertos se resignan con su suerte y que algunos se rebelan y gritan… —¿Gritan? —inquirió—. ¡Tía Carol, que tú nunca has estado mal de la cabeza! No vayas a decepcionarme a estas alturas. —Sí, gritan —necesitó un nuevo trago de «whisky»—. Y yo por las noches les oigo… Llegan sus voces desde el cementerio. A veces, son voces simplemente quejosas o doloridas. Otras veces es peor, gritan de espanto.
""""
""""""
""""""
0 Comentarios