El año que internet mató a la tele[Quee Tul?]

Las horas de navegación ya superan a las dedicadas a mirarprogramas convencionales. Se pautó más publicidad que en la pantallachica. Por qué la gente la elige para recibir y generar información.



Fue en YouTube, y no en el noticiero de la medianoche, donde se vio porprimera vez a una profesora con el pelo incendiado, a dos compañerosteniendo sexo en el Día del Estudiante, y a toda un aula burlándose deuna docente mediante un video titulado “La gorda pedorra”. Fueinternet, y no la CNN, la que –según los analistas políticos– terminóde definir la elección estadounidense en favor del candidato demócrataBarak Obama. Fue en Facebook, y no en una pantalla de televisión, dondeaparecieron las fotos familiares del ingeniero asesinado RicardoBarrenechea, y donde fueron vistas las imágenes del narcocholulo HernánRodolfo de Carli, vinculado con el crimen de General Rodríguez y –porende– el tráfico de efedrina.

Fue en internet donde se cocinóeste año el fenómeno de The Glammers: su rock alternativo alcanzórapidísimo la popularidad, nada menos que 1.332.805 “visitas de perfil”en un año, según se lee en la meca de la difusión musical gratuita,masiva e inmediata: MySpace. Fue en una telenovela online, y no en unproducto de prime time televisivo, que las actrices Natalia Oreiro,Celeste Cid y Brenda Gandini superaron el medio millón de espectadores.Y fue un flog, en lugar de Gran hermano, el que parió al mayorreferente mediático y local del año 2008: Cumbio. La adolescente llegópara cerrar a ritmo de fanfarria un fenómeno del que, parece, ya no hayretorno: en 2008, internet mató a la televisión. O, como mínimo, learrebató una cocarda mucho más valiosa que el dinero: la de la gestiónde información.

Un estudio realizado por la Asociación Europeade Publicidad Interactiva (EIAA) indica que en algunos países de Europa–por ejemplo, España– la población pasa más tiempo navegando por la web(12,1 horas semanales) que mirando programas convencionales (11,7 horaspor semana). Y una encuesta del Centro de Investigación Pew, en losEstados Unidos, advierte que internet y la televisión están en unacontienda hasta el momento reñida. Pero con final anunciado: si bien lafranja de usuarios mayores de 30 años elige la televisión comoprincipal fuente de información (el 70% está a favor de los productoscatódicos), los menores de 30 años se quedan con internet (con el 60% afavor de la web). En 2007, en cambio, sólo el 34% de losestadounidenses sub-30 prefería las noticias digitales.

ParaIván Adaime, licenciado en Ciencias de la Comunicación y profesor de lamateria Introducción a la Informática en la Universidad de BuenosAires, esta alteración drástica en los consumos mediáticos es unatendencia universal. “La televisión se está quedando atrasada respectode internet, que no se concibe sin la participación de los usuarios,mientras que la televisión es unidireccional. Y esa diferencia, dentrode una generación cada vez más habituada a participar en la web, puedemarcar el ascenso y la caída de un modelo de comunicación. Con internetsiempre establecés algún tipo de diálogo. Y, en ese sentido, latelevisión es arcaica. Esto no significa que vaya a morir. Pero quedarárelegada a un lugar secundario. Y, si quiere subsistir, tendrá quereconfigurarse.”

METIDOS. El primer signo deque internet estaba desbancando la televisión ocurrió en julio de 2005,con los atentados terroristas en Londres. Las fotos del desastre fueroncapturadas por los usuarios con su celular –para luego ser subidas a laweb–, y la cadena BBC legitimó esa producción amateur al ponerla en elaire y colgarla en su portal online. Fue entonces cuando sucedió lanovedad: los que subían videos ya no eran tekkies, nerds o earlyadopters (adoptadores tempranos de una tecnología en ascenso), sinociudadanos con ganas de asumir un rol protagónico en la producción deinformación.

De los 18 millones de cibernautas que tiene laArgentina, el 10% (casi dos millones) navega por internet con este afánparticipativo. Aunque “participar” no significa, necesariamente, subira la web información en un formato convencional. En el universo 2.0, laparticipación puede implicar colgar tu canción preferida en (******),mantener uno de los cinco millones de fotologs que hay en el país, oescrachar a tus amigos mientras tienen relaciones sexuales con eluniforme del colegio puesto: una producción más morbosa, económica yverosímil que –por caso– cualquier informe de Jorge Rial.

Esjustamente esta manera de empardar y superar la programaciónconvencional la que hizo que en 2008, en el Reino Unido, se pautara máspublicidad en la red que en la televisión. Con una audiencia que crecea ritmo desmadrado (acercándose a los 900 millones de internautas entodo el mundo, según la consultora Com.Score), los anunciantesbritánicos decidieron, por primera vez en la historia, cambiar suapuesta: volcaron 4.500 millones de euros en Internet y 4.275 millonesen televisión. ¿Por qué lo hicieron? Porque las tarifas en la tele –encomparación con las de internet– son demasiado caras respecto de laaudiencia que arrastran.

Por todo esto ya existe la ficcióninteractiva realizada para la web. En el caso de la Argentina, 2008 fueun año clave. Por primera vez hubo productos con este formato. El másnovedoso fue Dirigime, un emprendimiento de Terra y Movistar con variascaracterísticas revolucionarias en materia de entretenimiento: a travésde los mensajes de texto, el público decidía qué final quería para cadacapítulo; los envíos duraban un máximo de ocho minutos y cada emisiónse estrenaba los lunes y jueves a las tres de la tarde. ¿Por qué esehorario? Según los sondeos de Terra, ésa es la “hora pico” de consumode internet en la Argentina. El cálculo no estuvo mal: la propuesta fueseguida por unas 600 mil personas. “A diferencia de la televisión,internet crece a un ritmo de vértigo y todavía no tiene techo –explicaAlejandro Adamowicz, gerente general de Terra Argentina–. Y ese aumentotiene un correlato con la publicidad online. Además, internet ofreceposibilidades infinitas de colocar contenidos. En la televisión hay unagrilla, pero la web no tiene restricciones.”

De tan innovador,el formato –que terminó emitiéndose también por televisión abierta– fuevendido a dieciocho países de América Latina y a Estados Unidos, einspiró a multinacionales como Dori Media Group a lanzar, también esteaño, Amanda O, una novela para Internet protagonizada por NataliaOreiro.

FENÓMENO F. Los que quieran conocerlas últimas tendencias en indumentaria no tendrán que mirar a Oreiro oa Celeste Cid para ver qué llevan. La web, este año más que nunca,desplazó a cualquier celebridad en materia de circulación de la moda. Yhasta creó a sus propias estrellas. Scott Schuman, un fotógrafoestadounidense dueño del blog The Sartorialist –donde publica fotos degente común con looks innovadores– fue elegido por la revista Time comouno de los cien personajes más influyentes del mundo del diseño. YCristiana Guerra, una brasileña a cargo del fotolog Hoje Vou Assim(“Hoy salgo así”, donde muestra a diario qué llevará puesto) editó suprimer libro.

“Internet es un espacio descubridor de tendenciassuperior al de la televisión –explica Lucio Santilli, miembro de On TheCorner, un fotolog de modas argentino que es consultado por diseñadoresde indumentaria–. Las personas están tomando un rol protagónico. Noesperan salir en la televisión y las revistas: suben su video enYouTube, cuelgan su foto en Flickr y arman su perfil en Facebook.”

Elque no maneje el lenguaje de la web probablemente esté perdido. Así loentiende la reina Isabel II de Inglaterra (que desde diciembre de 2007transmite su mensaje navideño por radio, televisión y YouTube), y sobretodo lo entendió este año Barak Obama. Mientras que John McCain seconfesaba “analfabeto digital” (no sabía ni mandar un e-mail), Obamaapostaba a los recursos online con un éxito sin precedentes. Recaudódinero a través de su web. Difundió su hit de campaña “Yes we can” porYouTube. Y se abrió un perfil en Facebook con el que superó ampliamentela utopía de Roberto Carlos: Obama tenía más de dos millones de amigos.McCain, en cambio, apenas superaba los seiscientos mil. Para muchos,ése fue el comienzo del fin de McCain.

Facebook es, a estaaltura, la condición sine qua non de cualquier persona que pretendatrascender sobre la faz de la Tierra. Hasta el momento, tiene 140millones de usuarios en todo el mundo y vale –en papeles– tres milmillones de dólares. No tiene límites y es el punto de partida de lashistorias más descabelladas:

• En Chile, Giglio Pascal CortésRamírez, 35 años, empleado de telecomunicaciones, recibió vía Facebookla que seguramente fue “la” pregunta de su vida. “¿Desea agregar aPablo Cortés como amigo?” leyó en la pantalla de su PC. Pablo Cortés –yéste es el detalle– era el hijo que él había abandonado trece añosatrás. “Encontré a mi hijo por Facebook”, declararía después.

•En Australia, el pasado mes de noviembre los dueños de un restaurantese valieron del Facebook para ubicar a un grupo de individuos que sehabían esfumado con el famoso “pagadiós”.

• En Gran Bretaña, elServicio Secreto de Inteligencia (SIS) usó Facebook para reclutar a susnuevos agentes. E Interpol lo navega –junto con YouTube– para buscar alos 150 mil delincuentes sueltos alrededor del mundo.

• Y hastaPlayboy de Argentina hizo su tapa de octubre ya no con una estrellasalida de la televisión, sino con “las cinco chicas más hot sacadas deFacebook”.

“Todos los años Playboy hace por lo menos una tapa‘conceptual’ y, cuando vimos que Facebook había superado la barrera delos cien millones de usuarios, creímos que era inevitable hablar de esefenómeno –explica Luis Güerri, director de la publicación–. Además,Facebook tenía el componente extra de que nos permitía jugar con lafantasía de la accesibilidad: eran chicas que podías encontrar encualquier parte, y que estaban para el infarto.” ¿Les fue bien con esatapa? Según Güerri, las ventas estuvieron por encima de la media.

Sinhacer grandes esfuerzos, cualquiera podría entender los motivos por losque estas cinco chicas eligieron quitarse las ropas. Pero, por afuerade cualquier negocio –o incluso de cualquier afán voyeurista–, internetgenera una participación hasta el momento inentendible. ¿Qué mueve auna persona a publicar una entrada absolutamente anónima en Wikipedia?¿Qué mecanismo interno –y en algún punto delirante– lleva a un pibe atomarse el tiempo de confeccionar la lista de sus diez mejores discos,escanear las tapas y colgar todo en (******)? ¿Por qué existen los forosdonde infinidad de gente –escudada por seudónimos– aporta sus consejospara terminar con el acné, el dolor premenstrual o las plagas de moscablanca? ¿Por qué habría alguien –y son tantos– capaz de dar unasesoramiento que, en el mundo real, sólo se consigue a cambio dedinero?

“¿Por qué lo hacen?”, se preguntó durante todo el añoIván Adaime. Y, por el momento, se dio a sí mismo la única respuestaque permite internet: todo en la web –como en los laberintos– encierrauna pregunta ciega. Y lo mejor, por la salud mental de todos, espasarla por alto.

Cumbio, una celebridad que se construyó en la web

Enel mundo existen 22 millones de usuarios de fotolog y cinco millonesviven en Argentina. De entre todos los floggers, hubo una sola personaque cruzó holgadamente la barrera que separa el mundo virtual del real:Cumbio. En menos de un año, se transformó en un fenómeno de masas. Y,como tal, ya fue capitalizado por la industria editorial. Planeta acabade publicar Yo, Cumbio, su primer libro, una suerte de manifiesto queestablece las bases y las formas del fenómeno flogger. ¿Qué hizo Cumbiopara llamar la atención del mercado editorial? Para Iván Adaime,licenciado en Comunicación, logró ser una emisora efectiva, sin gastarun solo centavo. “Mucha gente dice ‘Cumbio no hizo nada’. ¿Cómo que nohizo nada? ¡Generó una comunidad! ¡Eso no es sencillo! Eso requiereconocimiento, alfabetizaciones nuevas, saber establecer una relacióncon una comunidad. Es una celebridad que se construyó a sí misma. Esono es banalizable. Si el cine, la radio y la televisión tuvieron susestrellas, es lógico que internet también empiece a tenerlas”.

Fuente: http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=17730


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