La historia de cómo Steve Jobs hizo triunfar a Pixar

La historia de cómo Steve Jobs hizo triunfar a Pixar


¿Qué tienen en cómun Toy Story o Buscando a Nemo con Steve Jobs? Pues que sin él, probablemente estas entrañables películas de la factoría Pixar nunca habrían existido.



Además de morir como un ícono de la vanguardia tecnológica, Steve Jobs será recordado desde hoy como uno de los responsables del nacimiento de un tipo de cine que reimpulsó a la industria animada de Hollywood.

La historia de Pixar dice mucho sobre Jobs y su fe en la innovación. Sus comienzos fueron cualquier cosa menos fáciles. Primero, la empresa perdió dinero: cuando en 1985 Jobs fue dejado de lado por Apple, le compró al creador de Star Wars, George Lucas, el pequeño departamento de efectos especiales. En aquel entonces pagó cinco millones de dólares e inyectó otros cinco millones en la compañía, que recibió el nombre de Pixar.

Jobs se puso al frente de la nueva empresa, que estaba destinada a ser una firma informática. El producto central era el Pixar Image Computer, que en aquel entonces tenía una enorme memoria gráfica. Pero el PC no se vendió bien y en 1990 Jobs decidió poner fin a la producción de Hardware.

El primer cortometraje de Pixar fue Luxo Jr. en 1986. Y en sólo dos años la joven compañía ganaría su primer premio Oscar, por el corto Tin Toy. Fue una luz de esperanza.



Las pérdidas se amontonaron, Jobs tuvo que recortar cada vez más personal y comenzó a pensar en vender Pixar, incluso a su archirrival Microsoft. Un pequeño contrato con Disney para la producción de películas de animación parecía sólo aplazar el final.  

Las pequeñas obras maestras de Lasseter -quien hoy en día es el todopoderoso director creativo de Pixar y Disney- eran ciertamente prometedoras, pero hacía falta valor y genio visionario para pensar que la animación por computadora podía ser un mercado lucrativo.



Y Steve Jobs, que no carecía de ninguno de los dos, se puso manos a la obra y ofreció a Pixar la estrategia que le hacía falta.

Pixar era entonces una guarida de científicos y artistas que no sabían nada de negocios, Estaban leyendo libros sobre cómo hacerse un lugar en esta difícil industria multimillonaria. Y Jobs les dio la estrategia para dirigir la compañía.

Tenían cortometrajes exitosos, estaban haciendo comerciales y buscaban la forma de expandirse como empresa, pero de todos modos, a fin de mes, Steve tenía que sacar la chequera. En 1991 Steve Jobs consiguió un acuerdo con Disney que les permitió producir "Toy Story", el primer filme de animación realizado completamente por computadora y que cubrió las necesidades de la empresa.

Durante las negociaciones de 'Toy Story', Steve insistió mucho en que el nombre Pixar estuviera al principio de la película, justo al lado del nombre de Disney, porque quería establecer el reconocimiento de marca.

El sentido de los negocios de Jobs también se reflejó en su estrategia bursátil. Pixar entró en la bolsa contemporáneamente al lanzamiento de "Toy Story", en otoño de 1995, y su exitoso ingreso al mercado bursátil reflejó los excelentes ingresos de taquilla y las elogiosas críticas del filme.



Tras aquel primer filme siguió una estela de hits sin precedentes, que parecían abonados a los Oscar. Pixar y Jobs mostraron al mundo que es posible hacer películas técnicamente perfectas y a la vez apasionantes utilizando sólo la animación digital. Y con ello, desataron una oleada de producciones que tomaron su relevo.

Cuando Steve Jobs vendió finalmente Pixar a Disney en 2006 por más de 7.000 millones de dólares, la operación pareció más bien una adquisición creativa por parte del socio menor. Pues en aquel momento, la tradicional casa de animación Disney deambulaba sin rumbo tras varios fracasos, y los puestos clave los ocuparon gente de Pixar como el director de Toy Story, John Lasseter

Jobs aparece como productor ejecutivo de la inolvidable primera entrega de Toy Story y supuestamente no habría tenido intervención directa sobre otros films. Sin embargo, los creadores de inolvidables historias de Pixar siempre le dedicaron agradecimientos en los créditos. Son los casos de las multipremiadas Wall-E y Up!, así como la tercera parte de Toy Story.






Entre otros títulos que ya son clásicos de Pixar están Buscando a Nemo, Cars, Ratatouille, Monsters Inc., Bichos y Los Increíbles.















 
Lasseter, a quien Disney había despedido una vez como dibujante, dijo a la revista especializada "Variety" que aprendió de Jobs a creer en sus visiones. Jobs "no se rige por la reacción de espectadores de prueba. Cree tan fijamente en una idea que dice 'si me gusta, tiene que gustarles a todos'".