La actriz venezolana habló del paso del tiempo, la plenitud que lleva a los 46 y los cambios físicos que surgen con el avance de los años. “Hay que aceptarse, las que se tocan terminan hechas un monstruito”, reveló.



Quizás sea una de las mujeres más deseadas por el público masculino y más envidiada por la platea femenina. Su frescura y su aspecto físico son las principales características que posicionan a Catherine Fulop como una de las futuras divas que le ganarán terreno a las históricas de la farándula local.

Sin embargo, la mujer venezolana que patentó la frase “mi gente bella” con esa tonada singular, no tiene apuro en destronar a alguna de las “reinas de la conducción”. Por el contrario, el paso del tiempo no la corre ni le pesa.

A los 46 años, la actriz devenida en fotógrafa está muy conforme con esta etapa de su vida, destacando la plenitud que lleva y su oposición a los “retoques” estéticos.

“Tengo la frescura de los veinte, pero sí la madurez de los cuarenta y pico. Hay que aceptarse. Los desastres sino, llegan con el botox, con que me estiro un poco el cuello. Y así terminan las que se tocan: hechas un monstruito”, reveló la conductora en una entrevista a la revista Gente.



Según Fulop, la seguridad que traen aparejados los años es el éxito de un matrimonio feliz, que tenga el condimento ideal para renovar las energías en la cama.

“Las mujeres de mi edad pisamos firme, estamos más plantadas que nunca en la plenitud de nuestro ser. Después de los 40 estamos más vitales que nunca y hasta tenemos mejor sexo que a los 20. Y más si, como yo, tienen la suerte de tener un marido maravilloso”, aseguró.

Aunque para algunas el paso de los años hagan estragos, Catherine Fulop se mantiene firme, como si el tiempo no avanzara. ¿Tendrá algún otro secreto?




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