Los peores asesinos de la historia

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La condesa sangrienta
No hay historia mas cruel y extraña que la de Erzsebeth (Elizabeth) Bathory, una condesa perteneciente a la mas alta aristocracia de Hungría, su vida esta ligada a mas de 650 asesinatos de jóvenes doncellas y a una obsesión que la llevó a la locura y su muerte, la de mantenerse joven por siempre, para esto creyó encontrar en la sangre de sus victimas la poción mágica que la mantendría alejada de la vejes.
Su crueldad y las practicas de rituales satánicos la llevaron a convertir su vida en una de las mas sangrientas de todos los tiempos.
Nació en 1560 en el seno de una familia de la más alta aristocracia húngara,

Elizabeth se inició desde su infancia de mano de su nodriza en estas artes ocultas de la brujería y creció con una especial atracción hacia la sangre.

Pero la gran obsesión de su vida, fue mantener su juventud, asustada por este irremediable hecho, Elizabeth pidió consejo a su nodriza quien le “informó” que para conseguir ser siempre joven necesitaba hacer un sacrificio humano, el de su doncella, y bañarse en la sangre de su víctima para conseguir la belleza eterna. Es ésto último lo que la llevó a asesinar y beber la sangre de más de 600 doncellas.
Gacy, el payaso asesino
Con 26 años, casado y con dos hijos, Gacy, que era un hombre y vecino modelo, descubrió que era homosexuale intentó abusar de un jovenal que maniató. El chico le denunció y lo condenaron a diez años de cárcel. Salió de la cárcel en libertad condicional el 18 de junio de 1970. Gacy era un hombre bajo, gordo, afable y con pinta de buena persona. Caundo no se hallaba ocupado en abusar y en hacer desparecer a alguno de sus empleados, solía cazar a sus víctimas en zonas de encuentros homosexuales. los llevaba a su casa, los maniataba y los torturaba, mantenía relaciones con ellos y luego los estrangulaba. Enterraba los cadáveres en el sótano de su casa. Cuando se le acabó el espacio, empezó a deshacerse de los cadáveres tirándolos al río cercano, el río Des Plaines.
Los rumores se empezaron a disparar porque Gacy llevaba a sus víctimas a su casa a plena luz del día y dejaba sus carteras a la vista. El hecho de que un buen número de empleados suyos desaparecieran contribuyó a acrecentar los rumores.
Algunos jóvenes tuvieron la suerte de escapar con vida porque Gacy no les mató después de abusar de ellos o porque no quisieron participar en sus famosos trucos de “evasión” con las esposas o con la cuerda al cuello.

Pero John Wayne Gacy tiene también un rostro humano, el del niño maltratado que sufrió los excesos de su padre alcohólico, el del americano medio que comenzó ganándose el pan en un Kentucky Fried Chicken y acabó como boyante constructor, el del padre de familia (dos hijos, dos divorcios) que solía disfrazarse de payaso en las fiestas de sus hijos. John Wayne aún está esperando la sentencia de divorcio de la no menos famosa Lorena Bobbitt, su ex esposa, que le mutiló el pene como venganza tras años de malos tratos y violaciones.
El estrangulador de Boston

Entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, se cometieron trece asesinatos por estrangulamiento en la ciudad de Boston. Las víctimas, todas mujeres, casi siempre mostraban haber sido violadas reiteradamente.
Seis de ellas tenían entre 55 y 75 años. Las otras cinco tenían entre 19 y 23. Además, existen otras dos víctimas de 85 y 69 años de edad, pero no se ha podido demostrar que haya sido el mismo asesino.
La primera de una larga serie de víctimas fue Anna Slesers, de 55 años. Fue hallada por su hijo, estrangulada con el cordón de su bata. Su vagina mostraba evidencias de un ataque sexual con un objeto desconocido. A las dos semanas fue asesinada Nina Nichols, de 68 años. La mujer había sido estrangulada con sus medias y tenía síntomas de haber sido asaltada sexualmente. Ese mismo día, a unos treinta kilómetros, Helen Blake, de 65 años, encontró una muerte similar.
Un día, una mujer alertó a la policía que patrullaba por una de las calles de Boston. Un hombre acababa de entrar en su casa y al ver que su marido también se encontraba allí, había huido corriendo. La descripción coincidía con el hombre que buscaban, y al poco tiempo Albert DeSalvo, El Estrangulador de Boston, fue detenido.
DeSalvo era un hombre de 29 años, casado, con dos hijos, que trabajaba como empleado en una fábrica de caucho. Confesó que no recordaba haber cometido ningún crimen. DeSalvo fue considerado demente, pero fue condenado a cadena perpetua en 1966. En el psiquiátrico penitenciario murió apuñalado por un compañero de celda en 1973.
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Bueeh fue tooh bye espero que les haya guzthado