Mitomania y Cinismo Xeneizes

Pareciera que, para Boca, todo valiera con tal de autoproclamarse el mejor club del mundo. Para ello, elaboró un maquiavélico plan en etapas, año tras año, que contó con la complicidad de altos dirigentes del fútbol mundial, de periodistas y de sus propios hinchas. Así, consiguió guiños de árbitros para tener ventajas deportivas y echó mano a cuanta copa tuviera a su alcance para medirse con el poderoso Milan, y compartir así el podio de las instituciones más ganadoras de lauros internacionales. Sin embargo, tiene pendiente un último deseo: igualar y superar a San Lorenzo en el historial entre ambos equipos. Como no pudieron lograrlo en la cancha, recurrieron a la trampa. Sus cuentas incluyen, por lo tanto, partidos amistosos y de la era amateur. Penoso.



Los objetivos que Boca se ha planteado en la década Macrista fueron alcanzados y superados.



Desde que Mauricio Macri asumió la presidencia Xeneize ha puesto todas sus energías en convertir un club de fútbol casi quebrado (con un estadio en ruinas y trofeos oxidados) en una marca poderosa. Se valió del gran potencial estancado que tenía el club y de otros métodos que incluyeron e incluyen la colaboración de los árbitros, los medios de comunicación y a la AFA, con Don Julio y todos los presidentes que conforman el Honorable Comité Ejecutivo, haciendo la vista gorda.



> Todo Pasa (si lo dejás pasar)



Boca remodeló su estadio, se lavó la cara apuntando a revalidar su marketing. Se pusieron como meta ser el "Mejor Equipo del Mundo". Pero semejante título no puede ser logrado si su clásico rival le empata el historial, si dos equipos grandes (San Lorenzo e Independiente) lo tienen de hijo y uno de ellos, el Rojo, te tira en la cara la chapa de "Rey de Copas".



Primero hizo foco en sus "primos" de Núñez, los adoptó y los desplumó. Primera meta cumplida. Incluye dos eliminaciones históricas de la Copa Libertadores.



Luego fue por los Diablos de Avellaneda: El Rey de Copas tenía que ser Boca, leyes de marketing aplicadas al fútbol.



Boca superó al Rojo en el historial y consiguió las "garantías" necesarias en la Conmebol para sumar tantas Copas como fueran necesarias para que Carlos Bianchi pudiera convertirse en Virrey de la Boca y los de la Ribera en el nuevo Rey copero.



Calculadora mediante, sumando cuanta copita fuera necesaria, inventando logros que a San Lorenzo se le reirían si quisiera mencionarlos tales como la Copa Máster (para los ganadores de la Supercopa) y la Copa de Oro Nicolás Leoz (sin comentarios). Estás dos últimas igualan el record del Milan de Italia como el club más ganador del mundo con 18 logros a nivel confederaciones. Sí, no se conformaron con "acomodar" estadísticas locales sino que fueron por la yapa y lo cascotearon al poderoso Milan sin vergüenza alguna. Segunda meta, cumplida.



El periodismo se mostró (aún lo hace) "gordo" de contento, y los "Bosteros" insoportablemente felices en su ignorancia; con el Pasquín en una mano y el control remoto en la otra, consumiendo cuanto programa te venda la mentira marketinera más grande de la historia del fútbol.



> Don Julio, orgulloso



¿Y ahora qué? Y ahora los detalles. Limar las aristas, emprolijar los bordes filosos.



A ver... un ejemplo cercano para no tener que recurrir a la memoria: "si River sale último en el Apertura 08, no perdamos esta chance histórica de copar el otro extremo. Seamos primeros. Aunque se note..." Esto lo pensaron todos los hinchas de Boca, hasta los que ostentan poder para llevarlo a cabo.



Y ahí, en el otro extremo aparecía un viejo enemigo.



El indomado: el Ciclón que nunca sufrió en la cancha de Boca otros temblores que no sean los que origina su gente entre avalanchas y locura.



Los Gauchos de Boedo, que nunca sintieron en la Bombonera otros latidos que no sean los del corazón de La Gloriosa. Por eso, ganó más clásicos allí que el propio anfitrión.



> El último objetivo: San Lorenzo es el único club que tiene "de Hijo" al niño mimado del Sistema



La frutilla del postre, pensaron. Pero los Cuervos aguantan y no se arrugan. No importa, ellos tienen todo a favor. A la AFA que ya no cuida formas, no interfiere, y hasta maquilla definiciones de tal forma que ni los propios dirigentes azulgranas atinan a explicar lo inexplicable.



Todo pasa, Boca y sus logros quedan. Se apoyan en los árbitros y su debilidad de carácter, después de todo. los árbitros son seres humanos y pueden equivocarse. Tienen a favor a los medios, elemento fundamental para propaganda y difusión de logros, fundamental para esconder y desmentir acusaciones ciertas...



Ejemplos sobran. Desde que se profesionalizó el fútbol, los amantes de las estadísticas contabilizan todos los partidos oficiales que se disputaron entre los dos equipos desde los años treinta hasta la fecha. Se pueden agregar Torneos Internacionales en el cómputo, pero los números siempre dan un solo ganador: San Lorenzo. Y esto entorpece todo el trabajo que se tomó Boca para ser el Mejor del Mundo. No es posible. Entonces alguno se despabiló y dijo, si toman en cuenta la fecha de su fundación para festejar el centenario, contemos todo lo que jugaron desde entonces y sumemos los partidos amateurs y amistosos (pero no los internacionales). Así y todo, en ese momento donde se planteaba este disparatado historial a la medida de Boca, los números marcaron un empate (sobre 246 partidos jugados, Boca y San Lorenzo se repartieron 88 victorias cada uno). De esta manera era más fácil dar vuelta el historial: una cosa es torcer la historia con 9 partidos de diferencia (en la era profesional) y otra arrancar desde un empate contando los logros amateurs (Boca ganó los primeros ocho encuentros desde 1915 hasta 1929 donde se impuso El Ciclón por la mínima diferencia en la Copa Estímulo).



En noviembre del 2008 visitamos a nuestros Hijos en la Bombonera y entre la distracción interna de un plantel más atento al billete que al juego y un foul inventado en homenaje al recién fallecido presidente de Boca, Pedro Pompilio, los amantes de la mentira pudieron dar vuelta el historial. Gracias a nuestros dirigentes y a Don Julio, un mes después extendieron la diferencia contra un San Lorenzo exhausto, que quiso cuando ya no pudo, y perdió la chance de campeonar en aquel triste Triangular Pedro Pompilio.



Nosotros sabemos que somos el equipo que más veces ganó en su cancha. Que de local su gente no viene porque sabe que no gana. Que cuando alguien pregunta por olvido cuando fue la última derrota de Boca, generalmente la respuesta es: contra San Lorenzo el torneo pasado...



Nosotros sabemos que siempre se contaron los partidos oficiales de la era profesional y sabemos que se mueren por poner a Boca sin sombra bien arriba del resto. No nos extraña que a partir de esto, los medios comiencen a contabilizar todos los historiales desde la era amateur. Lo cierto es que desde 1931 se disputaron 175 cotejos: San Lorenzo ganó 68, Boca 60 (con algunas ayuditas) e igualaron los restantes 46 partidos (en 1990, la AFA les dio un partido por perdido a ambos).



No lloramos, sabemos que vienen por San Lorenzo. Les avisamos, no somos tontos.



También podemos tomar este disparate como una irrevocable renuncia de Boca a su objetivo final. Ya que sabiendo de la imposible empresa que se planteaban, decidieron bajar los brazos, falsear un historial desfavorable y de paso esconder sus miserias avalados por muchos periodistas que se han hecho eco en su momento de tamaña estupidez. Quizás, hartos de chocar con la realidad, recurrieron a la mentira. A elementos vergonzosos, porque claro. no es fácil para ellos darlo vuelta a San Lorenzo.



El respeto, al igual que el miedo, puede olerse.