El Delfín rosado en peligro de extinción

El Delfín Rosado en peligro de extinción










El delfín rosado es un cetáceo que habita en los ríos, lagunas y pantanos de la cuenca alta del río Amazonas y el río Orinoco. La contaminación, las redes de pesca y las presas hidroeléctricas son los principales “enemigos” de esta maravillosa especie en peligro de extinción. En este video de Jean Michel Costeau, nos revela interesante información de estos legendarios delfines de color rosa, que como otras tantas especies, viven sus últimos años sobre la Tierra.
El delfín rosado (Inia geoffrensis), es tambien conocido como: Delfín del amazonas, bufeo, tonina y boto.  Su color varía de rosado y marrón claro a gris azulado, siendo más oscuro en la parte superior y a medida que pasan los años. Los adultos miden 2,5 a 3 m de longitud y pesan 110 a 200 kg.
A diferencia de los delfines oceánicos, sus vértebras cervicales no están fundidas, permitiendo a la cabeza una amplia gama de movimientos. Son prácticamente ciegos, ya que la visión no les sirve de mucho en las turbias aguas del Amazonas, se sirven de la ecolocalización, a modo de sonar, para localizar a sus presas y evitar obstáculos.
Tiene un hocico prominente, largo y fino con 25 a 28 pares de dientes en las hemimaxilias. Los dientes delanteros son puntiagudos, mientras que los dientes posteriores son más planos y acopados. Los dos tipos del diente sirven diversas funciones: agarrar la presa y machacarla. Respiran cada 30 a 110 segundos. Lanzan un chorro de agua de hasta 2 metros de altura, por el orificio dorsal. La gestación dura 315 días, tras los cuales nace una cría que permanece dos años al lado de la madre.


Nadan generalmente en pareja, pero en circunstancias especiales forman grupos de hasta 20 ejemplares. Durante el apareamiento nadan con la parte ventral hacia la superficie, cerca de la orilla del río. Su reproducción depende del nivel estacional de las aguas.

Es inteligente y muy sociable. Se relacionan fácilmente con los humanos, especialmente con aquellos que se desplazan en embarcaciones pequeñas.



Debido a la vulnerabilidad de la especie se han tomado medidas para su protección en todos los países que habita. Sus mayores enemigos son la deforestación y aquellas actividades humanas que contribuyen a perturbar su medio de vida. Algunas muertes de delfines rosados ocurren por envenenamiento con mercurio del ambiente, debido que en las minas de oro, el mercurio se utiliza para separar el oro de roca circundante.





Vídeo del un delfín rosado





Parte 1/2


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Parte 2/2


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¿ Qué podemos hacer para evitar la extinción de los animales ?


-Tomar conciencia de la problemática ambiental del país, en particular sobre la extinción de especies.
-Conocer cada día más sobre el tema adquiriendo libros o revistas especializadas, concurriendo a bibliotecas o viendo documentales cinematográficos o televisivos.
-Conocer los problemas ambientales comunes a toda la humanidad y la situación general de las distintas especies, poniendo especial énfasis por dirigir nuestro esfuerzo y prédica conservacionista en temas relativos a nuestra zona.
-Los docentes, priorizando la temática ambiental o ecológica en los programas de estudio, reuniendo materiales y planificando salidas de campo.
-Los no docentes, influyendo en las escuelas para que se preste particular atención a esta temática.
-Los biólogos y naturalistas priorizando las investigaciones de las especies con mayor riesgo de extinción.
-Denunciar a quien destruya la fauna, conociendo para ello la legislación vigente.
-Apoyar la creación de reservas naturales, que constituyen tal vez la mejor garantía para la subsistencia de las especies vegetales y animales, y en consecuencia para salvaguardar aquellas ya disminuidas que se hallan en riesgo de extinción. A esto se puede contribuir movilizando a los organismos ambientalistas, tanto oficiales como privados, para que efectúen los estudios de factibilidad técnica o catastral para convertir algunos sitios en reserva natural.
-Exigir la correcta salvaguarda de las reservas ya existentes mediante la instalación de la infraestructura mínima indispensable, velando por su integridad, ya que permanentemente existen proyectos de desarrollo de las mismas o bien reclamos jurisdiccionales o de dominio que las ponen en jaque.
-Ingresar a unos de los tantos grupos ambientalistas existentes en el país, dado que la labor individual puede ser muy meritoria, pero si se avanza hacia proyectos de largo aliento, los grandes intereses que están involucrados nos harán sentir un poco solos o embarcados en un esfuerzo estéril. La misma causa, encarada en el marco de una entidad de bien público consigue mayor peso y respeto y puede concluir exitosamente.
-Concientizarnos de que el mayor peligro es el del desconocimiento, sumado a la falta de interés y a la ignorancia sobre la situación de los otros habitantes del planeta. Es el ignorar que estas especies existen, que tienen un espacio en la Tierra y en este pedazo de ella llamado República Argentina. El desconocimiento es así, la mayor amenaza, aunque paradójicamente sea la menos divulgada y la menos visible.