Vivir de Arriba



¿Tu pareja se olvidó de tomar la pastilla? ¿Se te pinchó el preservativo? ¿Jugaste a la ruleta rusa con el calendario y le chingaste? No te hagas problema. Ser padre, en la Argentina, es un negoción. Para empezar, si sos un rebelde de la vida y decidiste laburar en este país, lo primero que tenés que hacer es conseguir que te rajen, así comenzás a cobrar un prenatal de 220 pesitos mensuales en concepto de premio por padre poco previsor. Lamentablemente, si la madre de tu prole quedó embarazada de 2 o más bebés, no cuenta, pero algo es algo.

No sólo de mantener pibes vive el hombre, es cierto. Pero en esta patria, tirás una semilla y te crece una planta. Tirás una hoja A4 y te crece un subsidio, así que dale para adelante. Un buen inicio sería que no sucumbas a la tentación de los 900 pesos que te garpa el Gobierno para que te cases. Es por única vez y el que va a tener que vivir con tu pareja, sos vos.



Hay que tener mente emprendedora y pensar en grande. Los hijos son el negocio del futuro. Por cada pibe, te pagarán 220 pesitos, pero sólo podrás retirar 176 al mes. Los otros 44 se depositan en una cuenta para cobrar todo junto -$528- una vez al año, contra presentación de constancia escolar y vacunatoria. El límite de prole a cobrar la asignación, es de hasta cinco menores de edad, por lo cual, si sos un toro semental o una mina con puerta giratoria, al quinto parto empezás a cobrar unos 880 pesos por mes, más la alegría de 2640 pesos una vez al año como premio a haber cumplido con la obligación de mandar a tus pibes al colegio. Aparte, el Gobierno generalmente te duplica el monto a fin de año, para que tengas una Feliz Navidad y próspero Año Nuevo. Si tenías la pensión por familia numerosa (7 pibes o más) renunciá ya. Te conviene más la Asignación Universal por Hijo, lejos.

Una de las claves está en educar futuros inversores. Para este objetivo, tener hijas mujeres, es una bendición. Si para los 17 de la más grande, ella ya tiene tres pibes, dos la de 16 y uno la de 15, tenés la vaca atada. No seas boludo, no te la compliques. Imaginate que, si por alguna de esas casualidades, tenés un trabajo en blanco pero te pediste una licencia sin goce de sueldo, el Estado considera que no estás desocupado, así que no cobrás la asignación con fines de protección al infante.

Criarlos es lo de menos. La educación viene de arriba, aunque no todo está inventado. Inversores de Moreno y La Reja han creado un sistema mediante el cual podés conservar la vacante del pibe en la escuela -y por ende, la Asignación- sin necesidad que el crío en cuestión vaya a perder el tiempo frente a un pizarrón. El método es sencillo: hay que ofrecerle a la directora del establecimiento una oferta que no pueda rechazar. El resto, es pan comido. Si la prole se comporta descarriadamente, la Justicia estará de tu lado, al menos hasta los 18 años.

La salud también es gratuita. Sin embargo, al ir a alguna salita, tenés que tener precaución con esos envidiosos del progreso ajeno que podrían llegar a insistirte en que te lleves unos preservativos, unas pastillas anticonceptivas o te comenten de las bondades del DIU. Por el techo, no te preocupes. Una de las virtudes de este maravilloso país es el incentivo a la infraestructura para los pequeños emprendedores que piensan en grande. Una casita no se le niega a nadie, y menos si aporta tantos vástagos a la causa Nac&Pop. No hay que despreciarla, es una buena oportunidad para darle mayor comodidad a la empresa.

En este punto también hay que tener una visión superadora y pensar en expandir el negocio con otros rumbos. Es lógico que con tantos miembros, la estructura de un tres ambientes quede chica. Para ello, recomiendo seguir los pasos de un grupo empresarial que ha dado numerosos gurúes en esta materia. En 2005, unos visionarios con alma de megaemprendedores tomaron un predio de 150 hectáreas en Lomas de Zamora. Una vez que obtuvieron la titularidad y levantaron allí sus viviendas, aguantaron un tiempito y en 2007 expandieron el negocio tomando otras 250 hectáreas, donde dejaron a sus hijos mayores de edad, cada uno con sus propias inversiones en vientres fértiles argentinos, para que tomaran vuelo propio. El costo del operativo fue alto en cuanto a gomas quemadas en la avenida, pero el objetivo de unir Camino Negro con la Ruta 4 en una inmensa villa, bien valió la pena. Esos terrenos estaban destinados a un Polo Industrial, pero al Gobierno no le molestó que allí se levantara un Polo de Subsidios. En definitiva, el fin era similar y más barato.

Si el ámbito de tu emprendimiento es la Ciudad de Buenos Aires, lo recomendable es apuntar a la capitalización de vivienda. Con un breve estudio de mercadeo localizás alguna propiedad que no se encuentre ocupada en ese momento, y la tomás prestada. Es cuestión de tiempo para que el Gobierno de la Ciudad te ofrezca unas 10 lucas para que te retires amablemente. Puede que, sabiendo que la justicia no considera delito la ocupación de un espacio público, te veas tentado a armarte una sucursal en alguna plaza cómoda. A no ser que te metas con 3000 personas más en algún parque y te tienten con 30 lucas, la posta está en ocupar propiedades. Si sos vivo e insaciable, es probable que se te ocurra separar una platita para alquilar una casa y crear una Asocación Civil para pedir un subsidio del Gobierno Nacional. Ojo. De la que te dan, te piden la mitad para cubrir gastos de gestión. En ese sentido, es más económico tomar el camino marcado por las luminarias de "La Alameda": usurpar un bar y poner una cooperativa. Mientras una parte del Gobierno hace que los quiere desalojar, el resto del Gobierno les da el morfi para el comedor, les subsidia los proyectos, les entrega las maquinarias para fabricar ropa y hasta les regala los planos de una reforma diseñados por técnicos del INTI. Un golazo de media cancha.

Todo es cuestión de saber acomodarse y tener mentalidad empresarial, observar la oportunidad y saber aprovecharla. Del resto, se encarga el Estado.





En este país, es pobre el que quiere. El que quiere laburar.



Fuente

Si prefieres el bienestar a la libertad, la tranquilidad de la servidumbre al animado desafío de ser libre,
vete en paz a tu casa. No te pedimos tu consejo ni tu apoyo. Inclínate y lame la mano que te alimenta.
Que tus cadenas sean livianas, y que la posteridad olvide que fuiste nuestro compatriota." Samuel Adams