House On Haunted Hill (1959)
Título : La mansión de los horrores
Titulo Original : House On Haunted Hill
Audio : Castellano
Genero : Terror, Thriller sobrenatural, Drama.
País :
Año : 1959
Duración : 75 min.
Peso : 689.37 MB
Director : William Castle
Guión : Robb White
Producción : William Castle Productions, Legend Films
Productora : William Castle Productions, Legend Films
Música : Von Dexter
Fotografía : Carl E. Guthrie
Montaje :
Vestuario :
Reparto :
Vincent Price, Carol Ohmart, Alan Marshal, Richard Long, Carolyn Craig, Elisha Cook, Julie Mitchum, Leona Anderson, Howard Hoffman
Audio : Castellano
Contenedor : MegaUpload Premium
Calidad : Excelente, DVDRip Remasterizada Color.
Uploader: Eldaya
Prohibido remover los créditos de quien ha hecho posible este trabajo. Sean RESPETUOSOS con el trabajo de los demás y agradezcanlo.
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Imagenes :
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Sinopsis :
La génesis del proyecto nació con el éxito comercial de MACABRE (Macabro-1958), la anterior película de Castle, con guión de Robb White.
Filmada en seis días con un presupuesto bajísimo, MACABRE le proporcionó a Castle el modelo a seguir para sus campañas comerciales.
En aquella ocasión había ofrecido 10 mil dólares como póliza de seguro a aquella persona que muriera de miedo viendo la película.
El interés provocado por esta treta no solo llenó los bolsillos de Castle y del estudio, sino que le dio la posibilidad de saltar a proyectos mayores (y tretas publicitarias o "gimnicks" proporcionales).
Así surgió HOUSE ON HAUNTED HILL y la idea del "misterio de Emergo", es decir, un esqueleto flotante que tendría que planear sobre el público durante cierto momento de la película.
El reparto se constituyó en torno a Vincent Price, quien ya estaba siendo considerado como maestro insustituible del gran guiñol, con actores como el diminuto Elisha Cook Jr., el galán Richard Long, Alan Marshal y las actrices Carol Ohmart, Julie Mitchum y Carolyn Craig.
El filme se rodó en la excéntrica mansión Los Feliz de Frank Lloyd Wright y, al igual que el anterior, recaudó mucho dinero.
La película se abre con tomas nocturnas del frente de la mansión, y los rostros sobreimpresos de Elisha Cook primero y Vincent Price luego, que dan una idea del pasado de la casa y brindan un prólogo de lo que estamos por ver.
Un cortejo de coches fúnebres entra en la casa, cada uno trayendo a un invitado a la mansión.
El magnate Frederick Loren (Price) ha ofrecido 10 mil dólares a quien se anime a pasar una noche entera en la casa, sabiendo de la tenebrosa historia de muertes extrañas que acarrea. El dueño de la casa (Cook), increíblemente, es uno de los invitados (me pregunto en cuánto le habrá alquilado la casa a Loren).
Además, su razón ha quedado tocada desde su última estancia, dado que a cada portento extraño asigna causas fantasmales. Los demás invitados son brevemente desarrollados (tampoco viene al caso), una chica joven (Carolyn Craig) se pasa histérica más de media película.
Los sonidos guturales y gritos que sirven de marco fantasmagórico de estas apariciones nos dan la ideal sensación macabra frente a la película que estamos por ver.
Al rato se suceden lo que podríamos denominar como trucos baratos de feria: puertas que se cierran, una araña que cae, un techo que gotea sangre; más tarde hay un supuesto asesinato, una cabeza, una pileta de ácido... De esto se trata la película, una serie de trucos baratos, pero no con el fin de asustar, sino de entretener.
El guionista White plantea un transfondo pseudo lógico a cada invitado, cada uno necesita o bien los 10 mil dólares de premio o bien ingresar a la casa para escribir una nota (caso de la periodista interpretada por Julie Mitchum) o para investigar el tema de los fantasmas desde el punto de vista psiquiátrico (en el caso del Dr. interpretado por Alan Marshal). Incluso completa con una ténue intriga criminal.
Pero no nos engañemos: Castle no se plantea una película de terror ni de suspenso ya que no se toma el trabajo de asustarnos ni siquiera de provocarnos suspenso.
Tal vez podamos tomarla como una comedia negra, pero seria, sin bromas, sin gags. "Comedia macabra", tal vez, sería la clasificación más apropiada.
¿Entonces, dónde está el entretenimiento, si no tiene risa ni sustos? Bueno, tal vez eso se podría preguntar a las miles de personas que alguna vez visitaron un parque de diversiones y se aventuraron dentro de algún "túnel del terror", paseo en los que se ven personas disfrazadas y elementos de tortura, etc.
Castle no manifiesta ningún tipo de pretención (en eso es honesto), y la lógica de la película está supeditada a la de uno de esos paseos.
Cada visitante puede asignar una explicación natural a los efectos o trucos que le muestran: en ese caso, la cabeza decapitada por la guillotina será la de un maniquí; el gorila será en realidad un hombre con disfraz; la sangre será jugo de tomate.
En la película, cada uno de los hechos "sobrenaturales" podría tener una explicación completamente "natural", como causados por los dos conspiradores que buscan enloquecer a la más joven del grupo de invitados.
Y así como en los paseos del terror, siempre hay un pequeño detalle que escapa a nuestro entendimiento (y al que suponemos de buena fe que "algún truco debe tener"), tal sensación nos da en la película una soga que se mueve por sí misma... Castle logra una atracción de feria, sofisticada, macabra, con trucos bien pensados y magistralmente llevados a cabo, pero tratando siempre, en todo momento, de mostrar una artificialidad inconfundible, comparable a la falsedad presente en los espectáculos funambulescos y los números de feria.
Y es ahí donde fracasan en valorar la película quienes buscan el terror que poseen otras películas de Vincent Price posteriores (o incluso anteriores).
La mención del actor viene al caso para resaltar su interpretación en todo momento seria y desmedida del excéntrico magnate. Price brinda una presencia a la película de tal magnitud, que tenemos por seguro que sin él, no sería lo mismo.
Tal vez Castle (como haría luego Roger Corman), otorgó al actor absoluta libertad para la composición del personaje. En cualquier caso, como resultado, tenemos un Price a sus anchas.
Con esto no quiero decir que sea la suya una actuación antológica, sino que tan solo reúne los justos ingredientes en apostura, presencia, tono siniestro y juguetona malicia, que dan a la película ese sabor de diversión funesta que a casi medio siglo de su estreno, sigue atrapando y atrayendo público, esta vez sin el truco del Emergo.
Nota: No he hecho referencia a la reciente remake realizada en 1999 con el talentoso Geoffrey Rush tomando el rol de Price, ya que no vino al caso, pero no estaría mal una revisión de ambas películas para darse cuenta en que caminos surca cada una, y cuál es la definición de suculencia en 1958 y cuál en 1999, y para terminar de considerar (como de costumbre) que "siempre la primera es la mejor."
Créditos de la sinopsis : cinefania, Google, IMDB.
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