Los opositores que reclaman el fin de la corrupta era del dictador lograron capturar a varios mercenarios que buscan recuperar como sea el territorio. El coronel libio está atrincherado en Trípoli y lidera una represión que ya terminó con la vida de miles de personas.

Fuerzas leales a Muammar Khadafi volvieron a atacar el jueves los centros de exportación de crudo en manos de los rebeldes en el este de Libia.

Un líder de la revuelta contra los 42 años en el poder de Khadafi dijo que rechazaría cualquier propuesta de negociación con el veterano mandatario.

Las organizaciones humanitarias Save The Children y Médicos Sin Fronteras dijeron que están luchando por obtener medicamentos y tratamiento para los más necesitados en Libia, mientras hombres armados bloquean carreteras y los civiles tienen demasiado miedo como para buscar ayuda.

Algunos testigos dijeron que un avión de guerra bombardeó la localidad oriental de Brega, que alberga una terminal de petróleo, un día después de que las tropas leales al dictador lanzaran un ataque por tierra y aire contra la ciudad que fue repelido por los rebeldes.

Los insurgentes, armados con lanzacohetes, armas antiaéreas y tanques, pidieron el miércoles ataques aéreos apoyados por la ONU contra los mercenarios extranjeros que dijeron que estaban combatiendo para Khadafi.

Pero quizás conscientes de la advertencia del coronel de que cualquier intervención extranjera podría desatar "otro Vietnam", las autoridades occidentales expresaron su cautela sobre cualquier implicación militar, incluida la imposición de una zona de exclusión aérea.

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