Periodistas en Oaxaca [Magdalena López Rocha]
Erick Ramírez Miguel
2do "A"
CTC
El periodismo, dijo una vez Elena Poniatowska, “es la gran emoción, la gran compulsión al amanecer, es el inicio del día y es el motor que nos hace salir de la cama, es el temblor en la yema de los dedos y la palabra en la punta del teclado.
Es el ansia por atrapar los asuntos y hacerlos comprensibles. La noticia nos enamora y corremos detrás de ella por la calle, la seguimos hasta la tumba. El corazón no descansa hasta que se entregó el artículo. Ningún hombre, ninguna mujer olvidan jamás que han sido periodistas, cuando esta víbora pica no hay remedio en la botica”…
Después de leer Periodistas en Oaxaca, de María Magdalena López Rocha confirma esa mirada romántica y heroica del periodismo. Principalmente cuando escuchamos las voces de cuatro periodistas, dos hombres y dos mujeres, que narran la forma en que el periodismo se ha convertido en su vida, en su compromiso por siempre, en la razón que hace latir sus corazones.
Resulta admirable, conmovedor, sorprendente e impresionante advertir las condiciones de trabajo, los sacrificios, compromisos, retos, obstáculos y logros de cuatro representantes del periodismo en Oaxaca: Ernesto Reyes Martínez, María Soledad Jarquín Édgar, Pedro Matías Arrazola y Silvia Chavela Rivas.
Con gran acierto la autora del libro les da la voz, los testimonios son presentados en forma de relato, donde cada entrevistado, cada entrevistada nos platican con honestidad, en ámbito de verdadera confidencialidad e intimidad, la infancia, los amores, los desamores, la vida hogareña, el trabajo, el compromiso profesional, lo ganado y lo perdido, lo que falta por hacer.
Si bien, estas cuatro entrevistas conforman el último capítulo de este libro titulado Periodistas en Oaxaca, sentí la necesidad de empezar mi comentario por este final que es el inicio del periodismo en esta bella región jade. Sin duda, este apartado le da a la investigación un gran sentido humano, permite palpar el alma, los miedos, la valentía y la gran responsabilidad que cotidianamente viven quienes deciden dedicarse al periodismo.
María Magdalena López Rocha presentará un panorama puntual de la situación social, económica, política y cultural de Oaxaca, y en ese panorama advertirá la presencia de los y las periodistas. Nos describirá a los periódicos de la entidad y analizará los casos que viven reporteros y reporteras. Indicará la forma en que este oficio ha empezado a profesionalizarse. Y permitirá descubrir que esos hombres y mujeres que nos mantienen al tanto de lo que ocurre en la sociedad oaxaqueña, casi siempre oscilan entre la gloria y el infierno, la justicia y la injusticia, el compromiso y la corrupción, el desgaste y la fortaleza, el anonimato y el reconocimiento, la persecución y la complacencia, la denuncia y el silencio, el olfato periodístico y el cómodo boletín, la transformación o la complicidad…
Pero este libro tiene un plus, un punto necesario, una mirada ineludible, un análisis irrevocable y un resultado impactante. María Magdalena López Ocha utiliza la categoría género no por moda o pose, la comprende y la aplica a profundidad. La autora jamás lamenta la situación o victimiza a alguien en particular. Cuando la categoría género es aplicada perfectamente, como lo hace María Magdalena López Rocha, reconocemos que el sistema patriarcal nos afecta a todos y a todas. Que le machismo está presente en hombres y mujeres. Que el cambio es posible porque heredamos culturalmente un deber ser masculino y femenino que dependerá de nosotros y nosotras aceptarlo o rechazarlo, aceptarlo o someternos, mantenerlo o transformarlo.
Ser hombre periodista y ser mujer periodista no está ajeno a lo que una sociedad patriarcal espera de un comportamiento varonil o femenino. Por eso, ellos pueden ganar más, pueden casarse, tener amantes y tener hijos sin vivir triples jornadas de trabajo ni ser juzgados por nadie. Por eso ellas, pueden ganar menos, decidir entre el hogar o la soltería, ser juzgadas o controladas.
María Magdalena López Rocha advierte: “Los testimonios de vida de estos cuatro periodistas expresan de alguna forma las rutas, espacios y tiempos que transitaron para ser y ejercer el periodismo pero en ese tránsito hacia sus proyectos de vida, ellas más que ellos, por el hecho de pertenecer a una categoría humana, se topan con un mayor número de obstáculos que limitan su acceso a un desarrollo humano y laboral más pleno y en igualdad de circunstancias que los hombres”.
Le agradezco a María Magdalena López Rocha su ejemplo, tenacidad y compromiso. Gracias por describirnos la manera heroica en que los y las periodistas de Oaxaca se comprometen con su pueblo para denunciar todas las decisiones que pueden afectarles y que impidan la justicia social en la entidad. Gracias por darle voz a Ernesto Reyes Martínez y permitir a quienes leemos su testimonio palpar la vida de un periodista en toda la extensión de la palabra. Gracias por confirmar que una de las mejores periodistas de Oaxaca y de este país es Soledad Jarquín, a quien desde el día que la conocí admiro por siempre. Gracias por demostrar que la juventud femenina llega con bríos a la prensa, y así Silvia Chavela Arrazola se convierte en una generación promisoria, Gracias por recuperar la trayectoria de Pedro Matías Arrazola y su coraje periodístico para no dejarse vencer por nadie para informar a la sociedad oaxaqueña
Le agradezco a María Magdalena López Rocha su ejemplo, tenacidad y compromiso. Gracias por describirnos la manera heroica en que los y las periodistas de Oaxaca se comprometen con su pueblo para denunciar todas las decisiones que pueden afectarles y que impidan la justicia social en la entidad.
2do "A"
CTC
El periodismo, dijo una vez Elena Poniatowska, “es la gran emoción, la gran compulsión al amanecer, es el inicio del día y es el motor que nos hace salir de la cama, es el temblor en la yema de los dedos y la palabra en la punta del teclado.
Es el ansia por atrapar los asuntos y hacerlos comprensibles. La noticia nos enamora y corremos detrás de ella por la calle, la seguimos hasta la tumba. El corazón no descansa hasta que se entregó el artículo. Ningún hombre, ninguna mujer olvidan jamás que han sido periodistas, cuando esta víbora pica no hay remedio en la botica”…
Después de leer Periodistas en Oaxaca, de María Magdalena López Rocha confirma esa mirada romántica y heroica del periodismo. Principalmente cuando escuchamos las voces de cuatro periodistas, dos hombres y dos mujeres, que narran la forma en que el periodismo se ha convertido en su vida, en su compromiso por siempre, en la razón que hace latir sus corazones.
Resulta admirable, conmovedor, sorprendente e impresionante advertir las condiciones de trabajo, los sacrificios, compromisos, retos, obstáculos y logros de cuatro representantes del periodismo en Oaxaca: Ernesto Reyes Martínez, María Soledad Jarquín Édgar, Pedro Matías Arrazola y Silvia Chavela Rivas.
Con gran acierto la autora del libro les da la voz, los testimonios son presentados en forma de relato, donde cada entrevistado, cada entrevistada nos platican con honestidad, en ámbito de verdadera confidencialidad e intimidad, la infancia, los amores, los desamores, la vida hogareña, el trabajo, el compromiso profesional, lo ganado y lo perdido, lo que falta por hacer.
Si bien, estas cuatro entrevistas conforman el último capítulo de este libro titulado Periodistas en Oaxaca, sentí la necesidad de empezar mi comentario por este final que es el inicio del periodismo en esta bella región jade. Sin duda, este apartado le da a la investigación un gran sentido humano, permite palpar el alma, los miedos, la valentía y la gran responsabilidad que cotidianamente viven quienes deciden dedicarse al periodismo.
María Magdalena López Rocha presentará un panorama puntual de la situación social, económica, política y cultural de Oaxaca, y en ese panorama advertirá la presencia de los y las periodistas. Nos describirá a los periódicos de la entidad y analizará los casos que viven reporteros y reporteras. Indicará la forma en que este oficio ha empezado a profesionalizarse. Y permitirá descubrir que esos hombres y mujeres que nos mantienen al tanto de lo que ocurre en la sociedad oaxaqueña, casi siempre oscilan entre la gloria y el infierno, la justicia y la injusticia, el compromiso y la corrupción, el desgaste y la fortaleza, el anonimato y el reconocimiento, la persecución y la complacencia, la denuncia y el silencio, el olfato periodístico y el cómodo boletín, la transformación o la complicidad…
Pero este libro tiene un plus, un punto necesario, una mirada ineludible, un análisis irrevocable y un resultado impactante. María Magdalena López Ocha utiliza la categoría género no por moda o pose, la comprende y la aplica a profundidad. La autora jamás lamenta la situación o victimiza a alguien en particular. Cuando la categoría género es aplicada perfectamente, como lo hace María Magdalena López Rocha, reconocemos que el sistema patriarcal nos afecta a todos y a todas. Que le machismo está presente en hombres y mujeres. Que el cambio es posible porque heredamos culturalmente un deber ser masculino y femenino que dependerá de nosotros y nosotras aceptarlo o rechazarlo, aceptarlo o someternos, mantenerlo o transformarlo.
Ser hombre periodista y ser mujer periodista no está ajeno a lo que una sociedad patriarcal espera de un comportamiento varonil o femenino. Por eso, ellos pueden ganar más, pueden casarse, tener amantes y tener hijos sin vivir triples jornadas de trabajo ni ser juzgados por nadie. Por eso ellas, pueden ganar menos, decidir entre el hogar o la soltería, ser juzgadas o controladas.
María Magdalena López Rocha advierte: “Los testimonios de vida de estos cuatro periodistas expresan de alguna forma las rutas, espacios y tiempos que transitaron para ser y ejercer el periodismo pero en ese tránsito hacia sus proyectos de vida, ellas más que ellos, por el hecho de pertenecer a una categoría humana, se topan con un mayor número de obstáculos que limitan su acceso a un desarrollo humano y laboral más pleno y en igualdad de circunstancias que los hombres”.
Le agradezco a María Magdalena López Rocha su ejemplo, tenacidad y compromiso. Gracias por describirnos la manera heroica en que los y las periodistas de Oaxaca se comprometen con su pueblo para denunciar todas las decisiones que pueden afectarles y que impidan la justicia social en la entidad. Gracias por darle voz a Ernesto Reyes Martínez y permitir a quienes leemos su testimonio palpar la vida de un periodista en toda la extensión de la palabra. Gracias por confirmar que una de las mejores periodistas de Oaxaca y de este país es Soledad Jarquín, a quien desde el día que la conocí admiro por siempre. Gracias por demostrar que la juventud femenina llega con bríos a la prensa, y así Silvia Chavela Arrazola se convierte en una generación promisoria, Gracias por recuperar la trayectoria de Pedro Matías Arrazola y su coraje periodístico para no dejarse vencer por nadie para informar a la sociedad oaxaqueña
Le agradezco a María Magdalena López Rocha su ejemplo, tenacidad y compromiso. Gracias por describirnos la manera heroica en que los y las periodistas de Oaxaca se comprometen con su pueblo para denunciar todas las decisiones que pueden afectarles y que impidan la justicia social en la entidad.
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