Hacen parte del grupo de 33 mineros que permanecieron atrapados 70 días en una mina en Chile.



Claudio Yáñez no se quejó ayer del calor de Cartagena. Había llegado a La Heroica a pleno mediodía, bajo una temperatura que quizás le recordaba la mina de San José, en el norte de Chile, donde permaneció atrapado 70 días entre septiembre y octubre del año pasado.

Tampoco se había quejado el jueves, cuando subió a Monserrate, en Bogotá, en medio de un aguacero.

"Allá no caía la lluvia, no veía los rayos y mucho menos el mar de Cartagena", dijo Claudio, refiriéndose a la mina de la que fue rescatado el pasado 12 de octubre.

Él, su hija María Paz, de ocho años  y Pedro Cortez, otro de los 33 mineros rescatados visitaron el país invitados por la Cámara Colombo Chilena y varias organizaciones más para participar del foro 'Reacción ante la tragedia', celebrado el pasado jueves en Bogotá.

El viernes llegaron a la sede del Hotel Royal en Barranquilla, y al hotel boutique La Merced, en Cartagena.

Allí recordaron la importancia de valores como la determinación y la adaptación, para superar las tragedias que se anteponen en la vida, y dieron algunos consejos para enfrentar la crisis.

También hablaron de sus vidas y de la necedad del ser humano, que necesita a veces un revés, para valorar lo que tiene en frente.

Y así le pasó a Claudio, un hombre de 34 años, nacido en la Comuna San Bernardo, de Santiago de Chile, al que se le había pasado la vida en un túnel de una mina, sin valorar, según dice él mismo, a su familia, a las flores, y a las puestas de sol como las que ahora resiste con sus gafas de sol en Cartagena.

Durante los 70 días que Claudio estuvo atrapado en la mina recibió una propuesta de matrimonio de la que ahora es su esposa, sintió la necesidad de fundirse con ella y de dedicarle más tiempo a María Paz, agrega, mientras la saca del jacuzzi del Hotel La Merced, para llevarla hasta la playa.

El viaje a Cartagena es solo una estación del largo trajinar que han tenido por el mundo tras su rescate. Recién salidos de la mina fueron llevados por CNN a Los Ángeles, California, en Estados Unidos; en diciembre asistieron a un juego del Manchester United, en Londres. Hace una semana llegaron de Walt Disney y el lunes viajarán a Tierra Santa.

"No somos héroes ricos, sino víctimas pobres. Por estos viajes es que piensan que somos ricos y otros nos dicen héroes, pero no, somos víctimas y pobres", agrega Claudio en medio de una carcajada.

Pedro Cortez, un electricista que había cambiado su profesión por la de minero, dice que con lo único que han contado es con la plata de la licencia laboral.

"Y una que nos dio el empresario Leonardo Farkas. Él, al principio, dio cinco millones de pesos y abrió una cuenta a la que llegaron tres millones de pesos más".

A estos mineros, que les salieron hongos por la humedad y que lloraron de desesperación al pensar que nadie los rescataría, ayer en Cartagena les entregaban dos sombreros vueltiaos, les tomaban fotos y les gritaban arengas por haberles dado una lección de unión y trabajo en equipo al mundo.

Ayer mismo viajaron a Bogotá, y luego a Santiago, donde partirán el lunes, juntos, para Tierra Santa, en Roma, para "agradecer a Dios el milagro de estar vivos", concluyó Claudio, con su hija María Paz en los brazos.


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