Pedir perdon




¿Te resulta familiar? En caso afirmativo, eres como muchos niños que a veces discuten con sus amigos y familiares. Admitámoslo -no siempre es fácil llevarse bien con los hermanos, los padres y los amigos. Nadie es perfecto, y todos hacemos a veces cosas que nos hacen meternos en problemas. Aprender a pedir perdón puede ayudarnos mucho.


Pedir perdón es lo mismo que disculparse. Al pedir disculpas, una persona está diciendo que siente o le sabe mal el daño que ha causado, incluso aunque no lo haya hecho a adrede. Cuando una persona se disculpa, también puede añadir que intentará enmendarse en el futuro. Asimismo, la disculpa también puede ir acompañada de una promesa de reparar o sustituir lo que se ha roto, o la persona se puede retractar de algo que ha dicho.

¿Qué efecto tiene?


Cuando le pides perdón a alguien -y lo haces sinceramente- significa que te has detenido a pensar en cómo puede haberse sentido esa persona por algo que tú has dicho o hecho. Cuando te detienes a pensar en los sentimientos de otra persona, empieza a saberte mal tu comportamiento. Y, si has hecho algo que sabías que estaba mal, es posible que hasta te avergüences de ello.


Incluso aunque lo que ha ocurrido haya sido un accidente o lo hayas hecho sin querer, probablemente te seguirá sabiendo mal haber herido los sentimientos de otra persona. Después de disculparte, es posible que te sientas un poco mejor (lo que probablemente también le ocurrirá a quien reciba tus disculpas). Cuando una persona pide disculpas con tacto, lo más probable es que se sienta mejor por haber intentando arreglar las cosas.

¿Cómo se disculpa uno?


Hay muchas formas diferentes de pedir perdón. He aquí algunos ejemplos:



    "Me sabe muy mal haberte dicho algo tan feo."


    "Siento haberte perdido el libro."


    "Perdí los estribos, pero no debería haberte insultado. Lo siento."


    "Siento haber herido tus sentimientos."


    "Siento haberte chillado."


    "Me sabe fatal haberte pegado cuando perdí el control. Me he pasado. No volverá a ocurrir."



Cuando pidas disculpas a alguien, es posible que esa persona también se disculpe contigo. Por ejemplo, te puede decir: "No tiene importancia. Yo también lo siento. No debería haberme metido contigo". Y es posible que luego volváis a ser tan amigos como antes.

¿Cuándo debería disculparme?


Es posible que te tengas que disculpar cuando hagas daño a alguien, hieras sus sentimientos,  o pierdas algo que le pertenece. También puedes tener que hacerlo si rompes algo (incluso accidentalmente) o si haces algo que sabías que estaba mal -como mentir o saltarte una norma adrede. Y también si haces algo que tus padres te han prohibido o no haces algo que se supone que deberías hacer.


Puedes tener que disculparte ante otro niño o ante un adulto. Los adultos también pueden pedir perdón -a otro adulto o a un niño. Después de todo, ellos también cometen errores de vez en cuando. Disculpándose cuando han actuando mal, los adultos pueden dar un buen ejemplo y enseñar a los niños a hacer lo correcto y a pedir perdón cuando es necesario.

¿Y si estabas enfadado?


Todos nos enfadamos con otras personas de vez en cuando. Enfadarse no es malo -y no es nada por lo que nos debamos disculpar- pero es importante saber cómo debemos decirle a la persona con quien nos hemos enfadado por qué nos hemos enfadado.


Cuando los niños pequeños se enfadan, pueden pegarse, darse patadas o chillarse. No tienen mucho autocontrol, y pueden no haber aprendido todavía que está mal pegar a otra persona cuando uno está enfadado. Pero, cuando crecen y aprenden a utilizar palabras, saben que es mejor hablar que pegar, dar patadas o chillar cuando uno está enfadado. Aprenden a expresar sus sentimientos verbalmente, es decir, con palabras. Por supuesto, las palabras que emplean cuando están enfadados pueden ser más fuertes o duras de lo habitual -pero no es preciso que sean despreciativas o insultantes. Puedes decirle a una persona que estás enfadado sin dejarla por los suelos ni insultarla. Puedes expresar cómo te sientes con sinceridad sin ser maleducado.


Pero a veces te domina el enfado y puedes llegar a perder el autocontrol. Cuando pierdes los estribos, puedes decir cosas desagradables, insultar, empujar o pegar a otro niño. Pero después probablemente te darás cuenta de que, incluso aunque tuvieras derecho a enfadarte, no te has comportado correctamente. Será entonces cuando, sin lugar a dudas, deberías disculparte.

¿Una disculpa lo arregla todo?



Pedir perdón cuando uno necesita hacerlo es lo correcto. Disculparse es una buena cosa. Pero, en sí, puede no bastar para que todo vuelva a ser como antes. A veces, junto con la disculpa, la persona necesita reparar el error o decir que intentará no volverlo a hacer nunca más. A veces, tener un detalle con la persona después de disculparte ayuda a hacerle ver que lo sientes realmente y quieres volver a ser su amigo.


A veces, un "lo siento" sincero lo arregla todo inmediatamente. Otras veces, una persona puede tardar cierto tiempo después de recibir tus disculpas en sentirse tan cerca de ti como antes. Tal vez tengas que darle tiempo. Incluso después de haber pedido perdón, es posible que siga sabiéndote mal lo que dijiste o hiciste -pero podrás estar satisfecho por haberte disculpado y haber tomado la decisión de mejorar.


Cuando alguien te pida perdón por algo, es posible que no te sientas con ganas de volver a ser su amigo inmediatamente. También es posible que, si una persona que se ha portado mal contigo repetidamente no cambia, dejes de querer ser su amigo. Tal vez encuentres un alivio por el hecho de que esa persona se te haya disculpado -y te alegres de que, por lo menos, se haya dado cuenta de que se portó mal contigo. Pero, si sigue hiriendo tus sentimientos o comportándose de un modo que te hace daño, es posible que las cosas nunca vuelvan a ser como antes. El mero hecho de que una persona se disculpe contigo no significa que estés obligado a volver a ser su amigo. Eso es algo que sólo depende de ti.


Cómo pedir perdón

2007.09.13 Cómo pedir perdón


El comportamiento social no es intuitivo, es algo que se aprende y se practica. Lo que más sorprende entonces es por qué no se enseña consciente y sistemáticamente. Una de las habilidades sociales en la que no muchos se destacan es la de pedir perdón. Este artículo se trata de cómo hacerlo bien, basado en libros leídos y en experiencia propia y ajena.


Al principio, el pedir perdón parece algo sencillo. Decís, “Uy, disculpame”. Realmente estás apenado, lo sentís así. ¿Qué más puede haber? Bueno, esa es una disculpa, es cierto. Es algo bueno si, por ejemplo, chocás contra el carrito de alguien en el supermercado. Sin embargo a lo que yo me refiero es a pedir perdón por cosas más complejas, para que la otra persona sepa que estás realmente arrepentido y ambos puedan seguir construyendo sobre la relación.

Aceptá tu responsabilidad



Si te estás disculpando pero realmente no lo sentís, todo el mundo se da cuenta. Las disculpas efectivas no son un “truco” que podés usar para cambiar tus acciones y ganar perdón sin remordimiento. Tenés que realmente sentirlo.


    * Asegurate de saber exactamente cuál fue tu trasgresión. Antes de ir a hablar con la otra persona tenés que saber por qué es que le vas a pedir disculpas exactamente. No importa por lo que vos te sientas arrepentido, acá se trata acerca del otro. Pensá qué fue lo que le pudo haber molestado. Por ejemplo, decir “Perdoname que me olvidé de llamarte y decirte que iba a llegar más tarde” es bastante menos efectivo que decir “Perdón por no haber respetado tu tiempo”. De esta forma te estás concentrando en la otra persona y no en lo que vos sentís.

    * No inventes excusas. Si lo hiciste, hacete cargo. “Leí tus emails y es algo nunca debería haber hecho”. Aún si hay atenuantes o circunstancias poco claras, en el momento en que te vayas a disculpar probablemente no sea bueno decirlas, o si tenés que decirlo sí o sí, volvé a lo que hiciste y reiterá que tu responsabilidad. ”... pero aún así te debería haber preguntado primero si a vos te parecía bien.”

    * Concentrate en las cosas que podés controlar. Las disculpas nunca, nunca deberían tomar la forma de “Perdoname porque no seas feliz conmigo” o “Perdón que te moleste esto”. Esas declaraciones son negaciones de responsabilidad implícitas. Solo podés pedir perdón por vos mismo y por lo que hayas hecho o hayas fallado en hacer.


Concientizate de las consecuencias de tus actos


Aunque no pienses que tus actos deberían causar las reacciones que causaron, este es un paso muy importante para aprender.


    * Consecuencias emocionales “Sé que te frustrás conmigo”, “No quise hacerte preocupar”, “Sé que estás enojado/a conmigo ahora”.

    * Otras consecuencias “Esto significa que el presupuesto nos va a quedar corto porque estimé mal, “Sé que necesitabas estos datos para escribir tu informe y te ocasioné un problema por eso”, “Sé que la hice enojar y por eso se descargó con vos, “Sé que me estabas esperando”.



Arreglalo


Claramente, esto es más fácil para algunas transgresiones que otras. Existen algunas cosas las cuales, de hecho, podés arreglar después de tu error. Luego la disculpa sirve solo para apuntar a las razones que te hicieron cometer el error en primer lugar.


Sin embargo, hay otras cosas que nunca, nunca podrás arreglar. Lo que es importante es que intentes y lo hagas lo mejor que puedas. Concentrarte en prevenir que este error suceda otra vez en el futuro es generalmente de bastante ayuda, junto otros esfuerzos para arreglarlo.


    * Empezá con lo que hiciste o podés hacer “Ya pagué el impuesto atrasado y me anoté en el débito automático”, “Puedo llamarla, decirle que no la había entendido y arreglar otra reunión”, “Rehice la planilla de cálculo así el error no se repite y creé un plan para recuperar la plata perdida”, “Pensé en algunas cosas que ayudarían a mejorar la situación y aquí están”.

    * Preguntá qué (más) podés hacer “¿Qué puedo hacer para volverme a ganar tu confianza?” “¿Sabés de algo que pueda hacer para asegurarnos que esto no vuelva a pasar en el futuro?”, “¿Qué te haría sentir mejor?”, “¿Había alguna forma mejor de la que te podría haber dicho eso?”.



Aceptar la responsabilidad, concientizarse de las consecuencias de tus actos y enmendar el error. Esos son los tres pasos más básicos. Una vez que ya tengas entendido eso, podés improvisar un poco más, negociar, explicar o dialogar además de pedir disculpas; siempre usando la misma estructura básica:


    * “Sé que te sentís mal cuando hago esto, y no quiero que te sientas así. Pero esto es realmente importante para mí, ¿cómo podemos hacer para ceder un poco cada uno?”


    * “Disculpame que hice tanto lío con esto. Puedo ver que te hace sentir muy mal, pero cuando tomé mis decisiones no estaba conciente de que algunas eran hechos realmente importantes. Ahora que ya lo sé, puedo tomar mejores decisiones; podemos trabajar en la comunicación para asegurarnos que esto no vuelva a pasar.”

    * “Lamento haber hecho eso. No sabía que te iba a molestar tanto y te pido perdón. De todas formas, no creo estar seguro de entender totalmente por qué reaccionaste así. ¿Podemos hablar de eso para que no lo vuelva a hacer sin darme cuenta en el futuro?”


Mientras aceptes tu responsabilidad, seas consciente de las consecuencias de tus actos e intentes arreglar todo, deberías poder armar una disculpa bastante efectiva.


Claro que hay gente que es más difícil de hablarle que otras; hasta las mejores disculpas no les llegan a algunos y nunca les llegarán. También hay cosas que ciertas personas nunca pueden perdonar. Eso tampoco significa que no debas disculparte ante ellas por pensar que es un callejón sin salida de todas formas.


Como en la vida todo es política, algunas veces tendrás que disculparte aunque no creas que dabas hacerlo. En ese caso, el viejo “Realmente lo siento. Disculpame” funciona porque cualquier otra cosa más elaborada podría sonar muy falsa.


fuente:


http://kidshealth.org/kid/en_espanol/sentimientos/sorry_esp.html

http://brunovilches.com.ar/tema/relacionespublicas/92/como-pedir-perdon/