ellos solo necesitan paz





LUCES ERRANTES


El pasado mes de Julio más de 7000 niños palestinos rompieron el Récord Mundial Guinness del mayor número de cometas volados al mismo tiempo. La hazaña se llevó acabo en la playa Beit Lahiya al norte de la Franja de Gaza. Fue un evento organizado por la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina) y fue una de las actividades realizadas durante un campamento de verano.



Quizá ante nuestros ojos, muy lejos de Oriente Próximo, aquel récord no signifique gran cosa. Quizá la visión privilegiada de vivir en país afortunado (y aun en vías de desarrollo) no se alcance a topar con la realidad de una Palestina sin tierra, y miles de cometas al aíre sean sólo el espejismo de algo súbitamente infantil. Pero para aquellos pequeños soñadores la cosa cambia. Se han podido comprobar así mismos que pueden llegar a ser noticia en el mundo sin que los titulares estén teñidos de sangre y dolor. Que en medio de los bloqueos, los muros y los campos de refugiados aun hay cabida para momentos de esperanza como este.
62 años después del Al Nakba, aquella dolorosa la limpieza étnica que emprendió el Estado de Israel en 1948 en el que casi el 80% de los habitantes palestinos fueron expulsados violentamente de sus tierras, pequeños milagros como el de miles de cometas volando en el aire son sinónimo de un pueblo que se niega a morir, y que aun hoy, luchan por el reconocimiento internacional.



Los olivos florecían en Tierra Santa y los niños miran al cielo para ver volar aves de papel a la orilla del mar. La historia de Palestina es una historia escrita con sangre y dolor. Es la nación sin tierra, la eterna refugiada. La que está dividida por un muro más vergonzoso que el de nuestra frontera. La que pasa desapercibida ante la mirada del mundo y se refugia entre paredes bombardeadas.
El pasado 29 de Noviembre se celebró el Día Mundial en Solidaridad con el pueblo Palestino ese mismo día salió a la venta en iTunes la canción "Luces Errantes" un tema que Ismael Serrano grabó en la ciudad ocupada de Ramallah, en Cisjordania, junto con un grupo de niños y niñas del Conservatorio de Música Edward Said en colaboración con el Comité Español de la UNRWA y aprovechando el marco de la Campaña de Ayuda Humanitaria para los niños de Gaza.



Las "luces errantes" son los miles de palestinos desterrados desde hace décadas de sus propias tierras. Son también los miles de cometas que volaron el verano pasado en aquella lejana playa de oriente. Son esas vocesitas que cantan en árabe al cometa que vuela. Que entonan una canción con dignidad desde la resistencia de su propia inocencia.








[enlace]


Un muchacho vuela una cometa
sobre una ciudad acorralada.
Sobre el muro su figura juega
a pintar cien mil palomas blancas.
Agarra el cordel con esa fuerza
de quien ha perdido casi todo



No deja escapar a su cometa.
Desde lo alto se verá
su casa, el olivar,
su ayer y su ojalá.



Un hombre vigila la cometa
levantando su mirada al cielo.
El futuro es sólo una promesa
y el hogar tan sólo es un recuerdo.
Lejos de su casa un hombre espera
manos que le salven del silencio.



Flores de papel el aire lleva
y bajo los escombros
tirita aquella estrella
que marca su retorno.


Luces errantes
en tierra extraña,
sombras del pasado.
Memoria incómoda y frágil,
nuestro legado.
Mírame: existo,
sueño y respiro,
aunque algo cansado.



Llevaré hasta tu casa
ramas de olivo en mis manos.
Futuro aplazado,
duro camino del refugiado.
Luces errantes
en tierra extraña,
sombras del pasado.



Aves de papel hoy sobrevuelan
la playa que fue sangre y espina.
La brisa empuja a mil cometas
como quien sopla sobre una herida.



Agarra el cordel con esa fuerza
de quien ha perdido casi todo.
No deja escapar a su cometa.
Desde lo alto se verá
su casa, el olivar,
su ayer y su ojalá.




Nada saben de olvido y fronteras
el viento que enreda tu cabello
y entre nubes mece a las cometas
que pintan de colores el cielo.
Como un ave que siempre regresa



al lugar en que nacen los sueños,
vuela en lo alto mi dulce cometa.
Y se abrirán mañana
el corazón, la senda
que lleva hasta tu casa.

Luces errantes
en tierra extraña,
sombras del pasado.
Memoria incómoda y frágil,
nuestro legado.
Mírame: existo,
sueño y respiro,



aunque algo cansado.
Llevaré hasta tu casa
ramas de olivo en mis manos.
Futuro aplazado,
duro camino del refugiado.
Memoria incómoda y frágil,
camino a tu lado.
Llevaré hasta tu casa
ramas de olivo en mis manos.
Futuro aplazado,
duro camino del refugiado.
Luces errantes
en tierra extraña,
sombras del pasado.