Spot, una especie de chapa o aspirina, debe rescatar a sus compañeros, que han sido secuestrados. El caso es que nuestro intrépido protagonista es representante de una famosa marca de refrescos conocida como 7 UP (y le encanta surfear, dicho sea de paso), y los secuestradores (conocidos como Wicked Will) no son otros que malvados de la competencia, que piensan usar a los aliados de Spot en el materialista mundo de la publicidad, lo que les aportará muchísimos beneficios. Como sólo Spot se ha librado de este cruel destino, deberá desatar toda su energía para liberar a sus colegas, que están encerrados en jaulas.
Pese a todo, bajo esta capa de originalidad se esconde un juego difícil, que incluso puede desesperar al más experto. Y es que los niveles están repletos de abismos profundos y enemigos (cangrejos gigantes, avispas, peces, caracolas, ratones, arañas y un largo etcétera) persistentes que complican mucho el camino (por cierto, comentar qie aplastándolos no los podemos vencer, sino que debemos lanzar una oleada de proyectiles que lanza Spot, similares a las burbujas). Por si fuera poco, las fases son largas, laberínticas y hasta siniestras, que además nos llevan a zonas muy variadas donde las refrescantes bebidas no tienen cabida en las plataformas más estrechas.